Cantautor
Diego Jaar: “Quiero hacer música que pese”
Diego Jaar es un artista inquieto, que no se quiere limitar a una sola disciplina, y aunque le está dando calor ahora a su faceta de cantautor, quiere hacer cine y musicales.
“Quiero ser como un Charlie Chaplin moderno, y su contemporáneo es Lin-Manuel Miranda”, comenta, ya que este artista estadounidense es compositor, letrista, actor, cantante, dramaturgo y productor, y por ahí se mueven las inquietudes de Jaar.
Dentro de la fauna musical dominicana, Jaar es una especie que pertenece a la rama de la canción de autor, y con una forma de interpretar en la que, pese a que se puedan apreciar influencias, está en la búsqueda de su propia esencia.
En momentos en que la gente joven se decanta casi exclusivamente por la música urbana, que copa casi todo el espectro de la difusión, agradece sonar en estaciones de música pop y romántica, mientras ve crecer a sus seguidores, que saben como encontrarlo.
Influenciado desde chico por sus padres, quienes según refiere, escuchaban artistas como Joan Manuel Serrat, Silvio Rodríguez o Pablo Milanés, cuyas letras no entendía en ese momento, pero no por eso dejaba de disfrutar y que le gustaran las melodías.
Ese amor por la música mueve a sus padres a impulsarlo a tomar clases de piano, y ya en la adolescencia, con la rebeldía de esas edades, empieza entonces a escribir canciones.
Pero es cuando conoce la música de René Pérez entiende que se puede hacer el tipo de arte que le gusta. “Residente, para mí es una influencia capital, porque es un tipo que precisamente viene del reggaeton y de repente suelta todo y empieza a hacer este tipo de música social, revolucionaria, que habla de muchas cosas y sigue gustando”, comenta.
De igual manera, cuenta entre sus influencias a la banda Cultura Profética, porque considera que son jóvenes, hacen música auténtica, tienen su público, llenan estadios, y sobre todo, tienen credibilidad. “Esas son las que me llevan a hacer este tipo de música”, explica.
En los videos que se pueden encontrar en Youtube, se aprecia tocando el piano y con unas inflexiones al interpretar deudora del soul o del jazz, porque entiende que a la mayoría de los baladistas no les gusta tomar riesgos al cantar. “Me dije que estaría bien coger esos detalles a nivel vocal y meterlo en ese tipo de cosas que hago”, asegura.
Cuando quiso dar forma definitiva a su carrera musical, pensó que una buena forma era participar en Dominicana S Got Talent, donde no ganó, pero considera que fue mejor.
Esto, porque muchos de los que como él han quedado en un segundo lugar en concursos y festivales, han sido los que luego tienen éxito. “Quizás si hubiera obtenido el primero, no hubiera tanta gente con intención de ayudarme”, reflexiona, y que en ese momento que decidió entrar al concurso lo hizo precisamente para encontrar a alguien que quisiera meterle mano a su incipiente carrera.
Así, está dando forma a un andar en el arte en el que no solo quiere limitarse a hacer música, ya que también es cineasta y docente en la escuela de Altos de Chavón. Lo que sí, pretende ir paso a paso y ahora está dando calor a la canción, “Quiero hacer música que pese, y me voy a ir más lejos, yo quiero hacer arte que pese”, sentencia Jaar, quien participó en “High School Musical”, “El violinista en el tejado”, “Hairspray” y “Jesucristo Superestrella”.
Disco en producción
Diego Jaar prepara un álbum, del que ya tiene compuestas todas las canciones, con Allan Leschhorn como productor y Ambiorix Francisco, en los arreglos musicales, y del que ha publicado temas como “Agridulce”, “Dulce final” y “Ojos claros”.
Estos son algunos de sus temas románticos, que según explica a LISTÍN DIARIO, son vivencias suyas. “Son cosas que me pasan, para no volverme loco las hice canciones”, dice, pero que también tiene preocupaciones sociales y políticas, las que ha plasmado en “El niño” o “El monstruo”. Esta última fue una de los himnos que acompañaron las protestas realizadas en la Plaza de la Bandera, en febrero del año pasado, y que llamaban a los políticos a un cambio en el quehacer político.