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La catarsis artística de Jayro Bustamante

La nostalgia invade a Jayro Bustamante al recordar su infancia: “era un niño de pueblo que soñaba con hacer cine”, afirma. En aquel entonces, la visión sobre el séptimo arte en Guatemala era muy limitada, y se centraba en los destellos emanados de Hollywood sin que el público entendiera a fondo lo que realmente implica contar historias.

El terreno para desarrollar una carrera en el cine era inhóspito porque no había escuelas que impartieran la materia ni instituciones profesionales que brindaran un acercamiento a la industria. Para realizar sus sueños, Bustamante tuvo que introducirse, primero, en el mundo de la publicidad y la comunicación social. Todo mientras ahorraba dinero para estudiar en Europa y concretar sus sueños.

En París obtuvo las bases para su formación de director y en Roma consolidó sus cimientos como guionista. Para entonces, llegaría la interrogante más importante de su vida: quedarse en Europa e iniciar una carrera allá, o regresar a su tierra natal, donde podría generar un cambio relevante, pero cierto de que tendría mayores dificultades para despegar.

Acostumbrado a tomar decisiones osadas, Bustamante regresó a Guatemala para montar una casa productora con una filosofía clara: “El cine es una herramienta para causar impacto y cambio social positivo, más que para entretener”. Con esa premisa inició el proceso creativo de las películas que lo han proyectado internacionalmente.

Hoy, el cineasta encabeza una nueva generación de creadores que están conquistando al mundo con sus propuestas. Bong Joon Ho, ganador del Oscar a Mejor Película en 2020, se ha referido a Bustamante como una de las promesas del cine latinoamericano.

ARGUMENTOS QUE ESTREMECEN Los proyectos del director dan cuenta de su perseverancia. Es así como los tres largometrajes de su filmografía al momento integran un tríptico visual que plasma temas que han sacudido el pensamiento social en Guatemala.

“Empecé a analizar cuáles eran, según mi punto de vista, los insultos más grandes de mi sociedad y que tienen mucho que ver con la discriminación en todas sus facetas”, comparte.

En Ixcanull, su opera prima, Bustamante representa la forma en que la palabra “indio” es utilizada como insulto en un país donde la mayoría de la población es de origen indígena. En tanto que, en su filme Temblores, expone la homofobia que impera en el territorio y la cual es expresada por las personas a través de la palabra “hueco”. El insulto más complejo, “comunista”, es abordado en su película más premiada al momento, La Llorona.

“Comunista”, explica, es una expresión que aún en estos tiempos es utilizada en Guatemala para insultar a los que defienden los derechos humanos, a quienes se oponen a las injusticias.

Bustamante difiere de aquellos que describen su propuesta como ‘cine de crítica’. Él prefiere definirlo como un espejo en el que las sociedades pueden verse: “Nosotros al final, como creadores, lo que hacemos es proponer una tesis o tema para que la gente se autocuestione. No tenemos las herramientas, lastimosamente, para dar respuestas. Es muy duro porque no siempre nos gusta lo que vemos en el espejo; queremos tener una imagen publicitaria de quienes somos como países”, señala.

Desde su primera película, el director recibió una gran cantidad de mensajes de muchos compatriotas desprestigiando su trabajo, haciéndole señalamientos agresivos sobre los temas que aborda en sus cintas. Aunque le llevó tiempo asimilarlo, decidió dejar la situación de lado para enfocarse en su labor y centrarse en temas más complejos, pero necesarios. Esto lo impulsó a mostrar sus creaciones en distintos festivales de cine alrededor del mundo.

ENTRE EL MITO Y LA REALIDAD La más reciente propuesta cinematográfica de Bustamante ya ha hecho historia dentro del cine guatemalteco. La Llorona ha llegado a los escenarios más importantes de la industria cinematográfica global sumando valiosos reconocimientos, entre los que se encuentra su nominación a los Golden Globes a Mejor Película Extranjera y, por supuesto, un lugar en la lista de semifinalistas en la búsqueda del premio de la Academia, del cual quedó fuera finalmente.

Con maestría, el director de 43 años ha dado mayor significado al clásico mito hispanoamericano, recuperando uno de los episodios más oscuros en la memoria histórica de Guatemala, como lo fue el periodo comprendido entre 1981 y 1983 durante la Guerra Civil.

El cineasta, originario de la comunidad maya de Sololá, comenta que la idea desde el principio fue proyectar una historia actual con reminiscencias del pasado que mostrara las injusticias que se han cometido en el país. “Sabía que mi audiencia local no quería oír hablar de eso. Me cuestioné, ¿cómo les cuento esta historia si no la quieren oír?”. El género de terror y el realismo mágico le dieron la respuesta que buscaba y encaminó sus esfuerzos en esa dirección para hacer una catarsis desde la ficción, y lograr que todos los espectadores “pudiesen sentirse forzosamente implicados” en la trama y abrir un espacio para la reflexión.

TRASFONDO CREATIVO Para Jayro Bustamante el reconocimiento internacional que ha alcanzado a través de La Llorona fue inesperado. “Es muy difícil imaginarse esas cosas. Las puedes soñar en secreto, pero imaginártelas es difícil. No hay una receta mágica, sería muy fácil”.

Lo que sí espera es que, después de poner en el mapa a Guatemala con sus cintas, exista la posibilidad de que más connacionales sigan su ejemplo y muestren con fuerza el talento y potencial que tiene la industria cinematográfica local.

“Es un honor muy grande ser pioneros de una región y [a mi equipo y a mí] nos llena de esperanza. Una vez que la puerta se ha abierto y una vez que estamos allí en la plataforma, será más fácil para los que vienen”, expresó con determinación.

Y entusiasmado, comparte que está aprendiendo de toda esta experiencia, incluido el camino hacia la conquista del Oscar, proceso del cual el filme quedó fuera en una etapa preliminar. “Nunca se está preparado, estamos muy emocionados. Yo no sé cómo se vive en otros lugares o en otras industrias, pero desde la nuestra, que es joven y emergente, es una gran satisfacción”.

A medida que continúa la marcha exitosa de La Llorona en las pantallas de los festivales de cine más importantes del mundo, el cineasta guatemalteco ya comienza a trabajar en lo que serán sus próximos proyectos.

Entre ellos, Bustamante destacada una serie construida en conjunto con las creadoras de El Chapo para contar los orígenes de América Latina. “Creo mucho en la fuerza que estamos tomando como latinos y en la colaboración entre nosotros”, puntualiza.

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