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Papillón: Un prisionero en busca de su libertad

Es una cinta llena de meta mensajes para el ser humano sobre la importancia de la libertad y la no reverencia frente al status quo.

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Rienzi Pared PérezSanto Domingo, RD

Uno de los elementos inherentes a cualquier Ser Vivo es definitivamente la Liber­tad!. Para el Ser Humano es la facultad que tiene pa­ra poder actuar sin restric­ciones, respetando su pro­pia conciencia y el deber ser, para alcanzar su plena realización. Cuando esta es interrumpida, y sobretodo, de manera abusiva e injus­ta, el espíritu de ser libre, es lo que motiva y mueve al hombre a buscarla sin im­portar si su vida sea necesa­ria darla con la finalidad de abonar para el porvenir. La perseverancia será la clave de su éxito.

Existen innumerables ejemplos de grandes perso­najes de la historia que han refrendado su vida por al­canzarla. El destacado filó­sofo francés Jean–Jacques Rousseau dijo lo siguiente: “El hombre nace libre; pero en todas partes está encade­nado”. Por lo que siempre será una constante lucha del hombre por su libertad.

La película “Papillón” es­trenada en el 1973 y dirigi­da por Franklin J. Schaff­ner se centra básicamente en ese espíritu de libertad, máxime si no somos culpa­bles del hecho imputado, lo que nos llevará a la rebeldía o a la sumisión por el poder corrompido.

La historia de esta pelícu­la comienza en Francia don­de un grupo de individuos se disponen a embarcar pa­ra ser llevados a un penal de la colonia francesa en Sura­mérica. Aquí Papillón (Ste­ve McQueen) conocerá a Louis Dega (Dustin Hoff­man) por lo que comienza entre ellos una amistad que en un principio sería nece­saria por protección; pero luego fue madurando con los años porque no hay de otra.

Papillón es un individuo rudo y fuerte por lo que se adapta a una vida más aza­rosa. Siendo inocente del hecho que le acusan bus­ca la manera de liberarse a como dé lugar. Mientras tanto, Louis Dega es todo lo contrario. Es un hombre más sensible, más débil y más sumiso. Esta antítesis de carácter es lo que llevará a ambos a entenderse y pro­tegerse de los abusos carce­larios.

Cuando Papillón es con­finado a una celda solita­ria, su amigo logra sobor­nar a los guardias para que le lleven cocos; frutas con nutrientes que le ayudarían a soportar con entereza su estadía, pero el supervisor se da cuenta del contraban­do, y trata de obligar a Papi­llón que delate quién le su­ministra esto. No obstante, el confinado decide callar y soporta con crudeza las pe­nurias por el respeto a su amigo, dejando una estela de honorabilidad y gallar­día de no traición.

El filme denuncia las con­diciones infrahumanas a las que son sometidos estos in­dividuos. Sus vida estaban condenadas al ostracismo en una época donde el te­rror de la llamada Isla del Diablo era el móvil de re­presión psicológica para los reos franceses.

La trama se centra bá­sicamente en dos pilares. Uno es el guion bien adap­tado para la pantalla por parte de Dalton Trumbo (aquel perseguido en la ca­cería de brujas por el sena­dor McCarthy) y Lorenzo Zemple, Jr.; y por el otro la­do, las actuaciones de Ste­ve McQueen y Dustin Hoff­man quienes imprimen ese toque mágico donde pudie­ron aflorar sus capacidades histriónicas.

La obra posee varios mo­mentos sin diálogos; ya que las imágenes de por sí re­flejan la comunicación y el entendimiento al que son sometidos por un poder ab­soluto.

En fin, este filme es una muestra de la compacta re­lación entre el cine y la lite­ratura. Lo importante siem­pre a destacar es el arte como forma de expresión, y tanto la literatura como el cine son canales idóneos para trasmitir una historia.

Curiosidades: Está basada en la nove­la homónima de Henri Charriere, publicada en 1968, un éxito de ventas a escala mundial. Aun­que es una novela se di­ce que realmente se ins­pira en la autobiogra­fía de su autor, quien fue acusado de un asesina­to que no cometió y por ello fue enviado a ha­cer trabajos forzados a la Guayana Francesa, de donde se fugó, ubicán­dose en Venezuela hasta la prescripción de su pe­na, en 1967.

Papillón, en francés, sig­nifica ‘Mariposa’ y fue el apodo de Henri Charrie­re debido al tatuaje que tenía en su pecho.

Fue costosa para la época. El presupues­to llegó a alcanzar los US$13.5MM, el rodaje se complicó y las locali­zaciones fueron en: Ja­maica y la isla Maui para la parte de Suramérica, y en España para las es­cenas europeas.

Algunas de las curiosi­dades y diálogos fueron tomadas de la página abandomoviez.net.LA FICHA Título: Papillón

País: Estados Unidos

Año: 1973

Duración: 150 min.

Calificación: 4/5

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