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Cultura

Es tiempo, ya no hay excusas: Notas sobre el I Simposio de Formación Artística Especializada

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Canek Denis (Especial para Listín Diario)Santo Domingo

Como una especie de relatoría informal y a modo de opinión personal, comparto lo que pude recoger entre mis apuntes, mi experiencia personal como profesional de las artes y una breve conversación con el director del “Simposio de Formación Artística Especializada”, Elvis Guzmán.

Celebrado de manera virtual del 1 al 4 de diciembre del presente año, el evento estuvo organizado por la Dirección de Educación y Formación Artística Especializada (DEFAE), de la Dirección General de Bellas Artes (DGBA), del Ministerio de Cultura (MINC), en conjunto y con el apoyo del Centro Cultural de España de Santo Domingo así como de tantas otras instituciones nacionales e internacionales que colaboraron activamente con la iniciativa.

El programa del simposio se extendió 20 horas de conversatorios, charlas, ponencias y conferencias con un total de 24 exponentes. A pesar de las condiciones restrictivas de distanciamiento necesarias en tiempos de pandemia, esto no detuvo el evento y sus posibilidades participativas. La virtualidad permitió contar con la participación interactiva de variados especialistas en representación de importantes instituciones artísticas de distintas partes del mundo; Costa Rica, Cuba, Estados Unidos, España, Colombia, Panamá y por supuesto Dominicana.

Se abordaron múltiples y variados aspectos sobre la formación artística especializada, claro está, desde los distintos contextos sociales, geográficos y políticos de cada exponente y desde las diferentes áreas de formación artística: danza, música, teatro y artes visuales.

Se hizo evidente que las diferencias y similitudes entre nuestros países existen pero que en conjunto y aprendiendo mutuamente del otro pueden ser aprovechadas en ambas vías para nuestro desarrollo y crecimiento, tanto nacional como de la región. La necesidad de compartir experiencias y pensamientos en las artes es relevante y necesaria como se pudo constatar en la actividad. El intercambio y el diálogo abierto mostraron nuevamente su importancia.

A pesar de los normales inconvenientes tecnológicos que surgen en cualquier evento, en vivo o virtual, los mismos fueron superados con agilidad. Vale resaltar la integración de una serie de videos cortos testimoniales entre una intervención y otra.

Estos testimonios e impresiones videograbadas aligeraron la carga teórica de un evento de esta naturaleza. Sobre todo evidenciaron un aspecto ya conocido pero poco dicho o cacareado y es la altísima calidad formativa de las distintas escuelas y academias de arte de nuestro país. Conocimos que desde Cotuí, Ocoa, Santiago o Puerto Plata pasando por la capital, brincando hasta Madrid, Berlín, París, Suiza, Italia, saltando por otras islas de las antillas, cruzando por EUA y hasta por lejanos países del este de Europa, nuestros egresados y egresadas (muchos establecidos, otros más nóveles, algunos teóricos, varios académicos y hasta famosos) visibilizan y dignifican la labor que se lleva a cabo en estas escuelas y academias al decirse y presentarse ellos mismos como orgullosos egresados de las Escuelas y Academias de artes de esta pequeña isla. Son embajadores y embajadores, representantes de la más alta calidad artística y cultura dominicana. Sin lugar a dudas, podemos afirmar que nuestras escuelas forman artistas para el mundo. Ahora nos toca valorarnos.

Expectativas versus antecedentes

Por décadas, las expectativas de reformar y fortalecer la formación artística especializada en el país han sido un anhelo y a la vez una pesadilla. Este sueño se ha visto truncado por múltiples razones, desde ego, ignorancia, inoperancia gerencial pública, hasta por falta de una simple firma administrativa requerida.

Pero los artistas se niegan a abandonar sus labores y han continuado a pesar de ser ultrajados por los estamentos públicos. Luego de la agricultura (y sus derivados) y junto al medio ambiente, el bien nacional más exportable, explotable y usado para el desarrollo de la economía nacional es: nuestro el arte, es decir la cultura dominicana. Si no lo creen pregúntense; ¿a qué creen que vienen los turistas del mundo sino es a vivir en carne propia nuestra cultura? ¿No son acaso la música, las artes visuales, la danza y el teatro dominicanos bienes tangibles e intangibles que todos y todas consumimos constantemente en nuestro país y en el mundo? ¿No generan bienes materiales, mercado, servicios, economía y por lo tanto bienestar humano? ¿No es el arte y la cultura necesaria para la vida humana? Y hasta recuerde, ¿qué hacemos todos durante la pandemia para sobrellevarla? Consumir arte, ¿o no?

La testarudez, la pasión y el amor de los artistas han sido responsables de la permanencia y la alta calidad, que junto a la variedad artística y cultural se ha alcanzado a lo largo de los años en la formación artística especializada y la no formal y popular también de nuestro país. Muy a pesar del abandono que la clase política ha sometido al quehacer cultural nacional. A quien le sirva el sombrero que se lo ponga.

Entonces, es de esperar que con tantos años de ostracismo y con una empecinada esperanza de utopía que tenemos los que hacedores del arte, las expectativas de la clase artística sean muy altas ante las sinfonías de cambio.

Así que la pasión y exigencia será natural verla en espacios como el creado en este simposio. No sólo es natural sino necesario, la generación de pensamiento crítico también puede ser apasionada y señaladora, más aún después de haber pasado 16 años secuestrados por un sistema político unipartidista cercenador y corrupto, por no decir opresor y autoritario. No exagero, recordemos que el Instituto Superior de Bellas Artes (ISBA), el más importante avance en educación artística especializada en la historia de este país, fue cerrado en el año 2006 a punta de armas largas por el gobierno del PLD.

No olvidemos en estos casi dos decenios, empleados del Ministerio de Cultura fueron despedidos de sus cargos de manera ilegal, otros sancionados sin sus salarios que incluso los tribunales fallaron a favor de los artistas y ni así se respetó la cultura. Tampoco olvidemos que se realizaron múltiples huelgas en las Escuelas de Bellas Artes, siendo la más prolongada de nueve meses de paralización nacional. Hechos estos con remanentes que aún hoy se sienten y padecen. Pero volvamos al simposio.

El Dr. Elvis Guzmán (doctorado en artes y bailarín), actual director de la DEFAE y director del simposio, nos comenta que el simposio “Tiene como fundamento poder tener la reflexión que ayuda a la calidad de la docencia, a la investigación del arte y la pedagogía que debe llevarse a cabo en los centros oficiales de arte”. Qué busca también entre otras, “revisar lo que hacemos y adaptar nuevas prácticas con actualizaciones. Todo por medio del pensamiento”.

Guzmán espera que este simposio “sea un espacio, escaparate para investigaciones de artistas. Generar espacios de discusión. Que promueva la investigación, la filosofía, el pensamiento. Dar visión, visibilizar a las demás instituciones educativas de toda la geografía nacional que tiene la DEFAE”.

Con conciencia crítica y por experiencia, él entiende que hay quienes no ven posibilidades ni necesario este tipo de evento ni de gestiones. En cuanto a esas voces contrarias afirma y exhorta que “hay que estar abiertos a estudiar académicamente” y que “estudiar te abre posibilidades”, añade.

Es válido establecer que este importante y pionero evento no solo debe repetirse anualmente, sino que además debiera realizarse uno igual para cada área formativa, uno para música, uno para teatro, otro para danza y por igual las artes visuales.

Puedo confirmar que la positiva respuesta del evento fue tal, que varios expositores felicitaron y expresaron su apoyo total, no solo a futuras actividades de esta naturaleza, sino a cualquier otra iniciativa en pro de la formación artística especializada. Las manos amigas de aquí y de allá se mostraron dispuestas, tomémoslas pues.

Este primer simposio viene a traer aires y brisas de ilusión, que son de cierta forma esperanzas nuevas para la clase artística entre tantas vicisitudes y precariedades. Con las inagotables ansias de superación y con aquellos antecedentes, es de esperar que todos y todas estemos ansiosos por ver un cambio significativo y rápido. Al respecto Elvis Guzmán comenta que ya se están tomando pasos para generar esos cambios esperados. Agrega que la DEFAE y la nueva administración que lidera “tiene el empeño de crear programas para certificar a nuestros maestros y artistas que sí lo puede hacer Bellas Artes. Que también valgan en otros países. No somos el único país con esos problemas”.

“Esta es una dirección compleja”, me comenta Guzmán. Y tiene razón, pues este departamento maneja más de la mitad de la empleomanía de toda la DGBA, colosal labor. “Pero estamos interesados en lograrlo”, afirma convincentemente el Dr. Guzmán. Agrega que “el simposio ha sido una excusa para esas revisiones en la organización curricular con miras a la titulación superior”. Esta convicción esperanzadora tomó mayor fuerza cuando me enfatizó que ellos, la DEFAE, entienden y tienen como visión: “El arte como motor de cambio social”.

Apuntes personales a modo de resumen

Durante los cuatro días fui tomando apuntes generales de lo que escuchaba. De manera aleatoria destaco a continuación los que considero relevantes según mi criterio personal. Aunque no estoy de acuerdo con todos los planteamientos, son necesarios destacarlos para tratar críticamente el tema general de la formación artística especializada, aquí van:

-Varios conferencistas hablaron que existe latente la urgente necesidad de establecer una titulación válida a nivel superior para todas las escuelas de artes de la DGBA y que sea ya y de forma definitiva y permanente en el tiempo y a nivel nacional.

-Especialistas de la danza y el teatro consideran necesario, pertinente e imperioso integrar, valorar, preservar, enseñar y dialogar con las variadas estéticas de las distintas expresiones tradicionales populares de nuestro país, excluidas y marginadas en la formación artística especializada.

-También la falta de integración de los y las maestros (no titulados pero sí expertos), conocedores y portadores de los saberes artísticos ancestrales nacionales a la formación artística especializada, tanto por necesidad identitaria como por responsabilidad histórica con nuestra propia cultura y asegurar un relevo generacional de dichas tradiciones y conocimientos.

-La educación y la cultura son un derecho universal.

-Se planteó la interrogante de: ¿Para qué la titulación superior en formación artística especializada? Para ser competentes en el oficio.

-Decolonialidad en el currículo de formación artística para reformar los currículos que integren las distintas realidades contextuales e identitarias. Lo plurinacional.

-Se debe eliminar la separación y segregación entre lo mal llamado como «popular» y lo «culto».

-Debemos hacer un auto reconocimiento como colectivo. Esto refiriéndose a lo identitario como cultura.

-Se resaltó la histórica falta de voluntad política en nuestro país por el desarrollo de las artes y la cultura, en este caso sobre el aspecto formativo y educativo.

-Hacer arte es tomar riesgos. Un artista es un experimentador y necesita espacios y condiciones para ello. Integrar el presente al arte. La pluralidad, lo híbrido del arte contemporáneo.

-El arte y su formación es prioritario para la conformación de las distintas identidades locales.

-Las artes están al servicio de la integración y la socioculturalidad, y permite canalizar las diferencias de todo tipo.

-Se resaltó la importancia de la filosofía en toda la enseñanza de las artes. La importancia de la reflexión en los procesos formativos y creativos de las artes. Cuerpo y filosofía no sólo coexisten sino que son indivisiblemente necesarios. Entender la importancia ontológica de las artes más allá de lo decorativo que se le ha atribuido. El camino del ser humano se resuelve con las artes.

-La transfiguración del espacio-tiempo para el disfrute de las artes. La capacidad de las artes de conmover. El lenguaje de la empatía del cuerpo social. Se resaltó la filosofía como posibilidad de liberación. El arte nos hace mejores personas. Sin arte la vida sería un error. La vida se justifica en la medida que hacemos arte.

-Varios casos exitosos de escuelas de arte a nivel internacionales, comentaron sus presentadoras, se debió a la voluntad y en cierta medida por el azar, las brechas surgidas y aprovechadas en algunas coyunturas políticas (interesante el caso de Costa Rica y también el de Murcia).

-Los cambios y la inconsistencia de las autoridades y los programas y demás son una constante en el sistema dominicano. Sin embargo, somos un país que tiene el privilegio de contar con un organismo único en toda la región como lo es el DEFAE y al DGBA. ¡Hagamos algo! dijo un conferencista.

-Importante saber y entender la transversalidad educativa de las artes y la transversalidad de las profesiones artísticas.Desarrollo humano.

-El simposio busca desarrollar una metodología de formación integral que sea competente.

-En cuanto a la gestión de centros formativos, las precariedades no son solo en nuestro país. La realidad latinoamericana una vez más nos hermana en las malas. Aquí las escuelas se han auto sustentado, con aciertos y desaciertos, amparados más unas, desamparadas la mayoría, cayendo en la precariedad administrativa económica. Establecer sistemas de gestión independientes por medio de acuerdos. La cooperación internacional, las alianzas con fundaciones y empresas, interesantes casos de éxito nacional expuestos.

-Los saberes han sido aprendidos por los portadores, desde la práctica con toda su carga ancestral, van construyendo desde la cotidianidad que van transformando. Se necesita, sistematizar, tecnificar, investigar, registrar, documentar, validar, dignificar, visibilizar esos conocimientos intangibles. Estos deben ser integrados al currículo, tanto para su transmisión como para su preservación y sobre todo su validación oficial y social. Reconocernos. Vernos frente al espejo.

-Los artistas son entes que toman riesgos, parten de la nada para hacer algo. Los artistas contemporáneos entienden que el arte y la vida no están separados.

-La formación artística facilita el desarrollo del pensamiento divergente. Germen necesario para las ciencias. ¡El arte hace pensar! Y de paso libera a los pueblos.

-Desde la época de Rafael Díaz Nieze (fundador de Bellas Artes), años 40 y 50 del siglo pasado, se habla de la necesidad de formar, de buscar el interés público (estatal) por reconocer esta carencia formativa especializada. Que además se construya desde una originalidad, una idea nacional de lo propio, dominicana.

-Se plantea acertadamente descolonizar el currículo para reconocernos desde nuestro contexto. Nuevamente la identidad es tema.

-Se debe articular y buscar distintas formas de calificar los aprendizajes empíricos los mal llamados “informales”, trabajar para su integración al sistema de formación superior (caso colombiano es interesante).

-Se requiere reconocer las distintas formas de aprendizaje además de las oficialistas. E integrarlas a la formación especializada.

-Urgente revisar la legislación vigente, sobre todo la ley de cultura en cuanto a la parte formativa y de titulación superior. La educación artística quedó en esta ley en el limbo.

-Las múltiples posibilidades de la virtualidad para emprender proyectos en formación artística. Este innovador y pionero simposio es ejemplo de ello.

-La cultura es ineludible en la sociedad y la política, e integrar a la juventud es esencial…

Si tomamos todo esto en cuenta, que es a dura penas un extracto de lo expuesto por los y las conferencistas que a unanimidad resaltaron las importancias de las artes para la humanidad, podemos y debemos hacernos las siguientes preguntas: ¿Entonces, por qué no tener una formación artística de calidad, sin tantas precariedades y contratiempos? y ¿Por qué no recibir por dicha formación artística una titulación acorde con las demandas y requerimientos necesarios para su validación oficial, tan demandada en estos tiempos? ¿Qué hace falta?

Situación actual. Cada quien lo suyo

La hoy Dirección de Educación y Formación Artística Especializada (DEFAE), antiguo departamento conocido como el SINAE (Sistema Nacional de Formación Artística Especializada) y antes Sistema Nacional de Escuelas de Bellas Artes, es la encargada de las 18 escuelas de Bellas Artes y de otras 19 academias de música, repartidas en toda la geografía nacional, titánica tarea. Éstas 37 instituciones de formación artística están bajo su supervisión, coordinación y responsabilidad.

Tiene este departamento la responsabilidad de “propiciar la coordinación y coherencia de los diferentes niveles del sistema y crear los nexos y la articulación con los niveles de educación artística superior”. Ciertamente la DEFAE juega un papel importante, pues esta se encarga de los programas formales y no formales para la certificación de los currículos y títulos y su canalización, pero todavía falta validar niveles superiores y eso corresponde a instancias mayores. Las distintas instituciones nacionales, específicamente los ministerios de Educación y de Educación Superior Ciencia y Tecnología (MINERD y MESCyT), no han querido reconocer oficialmente estas titulaciones a nivel medio y superior, a pesar de los históricos esfuerzos.

Señala Guzmán que “las instituciones con su cuota de responsabilidad en la validación deben atender las necesidades y escuchar las voces y sentarse para ver qué hace falta para incluir y reconocer las artes y validarlas. Se requiere, dice, que “el MINERD y la MESCyT valide los títulos y programas formativos”. Las leyes de educación e incluso las propias atribuciones y funciones de la DEFAE lo estipulan al establecer que es la: “…responsable de aplicar todas las disposiciones y normativas que conduzcan a la organización y buen funcionamiento de la gestión educativa en todas las escuelas de Bellas Artes, previa aprobación de las instancias superiores”. Ya la DEFAE está haciendo lo suyo, ahora falta que las instancias de más alto rango hagan su parte.

Ser o no ser superior, he ahí la cuestión.

La cuestión es que todos los niveles deben existir; el básico, técnico, técnico medio, superior y hasta máster y doctorado. La formación artística especializada debe contar con cada uno, pues de lo que se trata es de validarlos e incluirlos todos no de quitar para supuestamente poner. A lo largo de la historia de las Escuelas de Bellas Artes se han modificado nefastamente los currículos, disminuyendo cargas académicas y niveles, eliminando otros con la excusa de que en un futuro se concretó y el que llegó, el ISBA, ya vimos lo que pasó. La solución no es quitar para poner, la medida debe ser sumar para crecer.

El Dr. Guzmán me comenta que la intención de elevar los niveles de la formación artística especializada está y que él como director de la DEFAE espera poder «colocar a Bellas Artes, en la función que siempre ha tenido en los aspectos teóricos que corresponden a la enseñanza: situarlo en rango superior. Encaminarla en los estudios superiores, sin competir con las universidades, pero teniendo voz y voto en los aspectos formativos.» Continúa diciendo que “Bellas Artes sitúa a los artistas en lo más alto, pero que la parte intelectual y educativa y de discurso reflexivo y de debate, Bellas Artes tiene mucho que decir y poner en evidencia de todo el potencial que posee en los aspectos formativos”. Las distintas participaciones en el simposio confirmaron esta sentencia.

El director Guzmán me reiteró en la conversación que la firme intención está, tanto suya desde la DEFAE, así como la dirección de la DGBA, con Mario Lebrón a la cabeza, quién ya ha iniciado pasos tácticos para ello, liderando y delegando las acciones necesarias para el alcance de estas iniciativas.

Así mismo resaltó Elvis que hay que “creer en esto, creer en la formación artística, pero necesitamos apoyo económico y político. Tenemos el apoyo por parte de la DGBA y su director”. Sin embargo confiesa que el único temor que tiene es que estas iniciativas caigan por “desinterés de funcionarios de la administración pública o por intereses personales”,a lo que yo agrego; que ha sido una lamentable constante en la lucha de egos políticos en altos funcionarios que afectan negativamente el bien común, deseamos sea superado.

Esperemos que la historia no se repita y que suceda un verdadero cambio, pues desde estos organismos y dependencias de la DGBA del Ministerio de Cultura se está gestando una transformación que debe ser apoyada hasta su consecución final. Que sienten a estos tres ministerios y demás instituciones responsables, incluyendo a la sociedad civil y actores interesados, para limar asperezas y que ya los egos y desánimos no entorpezcan esta tan necesaria iniciativa.

Vernos frente al espejo. Paréntesis.

Abro paréntesis. Todavía hoy no se ha logrado oficialmente la validación, homologación o convalidación a nivel superior de las distintas carreras ofertadas en las Escuela de Bellas Artes. El limbo académico, en cuanto a su certificación oficial de títulos y curricular, es una realidad que golpea estas escuelas y academias desde hace más de siete décadas.

Nos pasamos años estudiando para luego esperar más años todavía para recibir finalmente un pedazo de papel que sólo es válido en el patio y que solo servirá como adorno en la pared y que no será avalado ni para estudiar en el colmado de la esquina, así de cruda es la verdad. Porque un título de nivel técnico no basta por haberse pasado estudiando mínimo cuatro años, los que menos y hasta 12 y 13 años los que más. Lo digo con conocimiento de causa pues soy uno de esos orgullosos dueños de uno de esos valiosos títulos. Ojo, que no demerito mi alta formación académica recibida en Bellas Artes, hablo solo del título como documento y lo que conlleva ese certificado socialmente, con sus carencias y virtudes.

Si bien es cierto que para hacer arte y para que sobrevivan, permanezcan y traspasan las tradiciones y conocimientos artístico-culturales de cualquier cultura en cualquier país no es necesario un título académico, no es menos cierto que la titulación y las relaciones académicas son parte de nuestra realidad, local, regional y mundial. Son además, dichas relaciones y establecimientos oficiales, necesarias para una sistematización de la administración, gestión y del liderazgo de la cosa cultural, aquí y en todo el globo terráqueo. Para que podamos eficientemente conservar, transmitir, preservar, dinamizar y estudiar cualquier expresión cultural, que es de hecho muestra directa de nuestras identidades, es inaplazable ya en esta época, la titulación superior en artes en nuestro país. Titular oficialmente es reconocer socialmente. “Vernos frente al espejo” se dijo en varias de las conferencias. Cierro el paréntesis.

Concluyendo: Sin excusas ya. Ya no hay excusas.

Se han y se están realizando ya varias revisiones y transformaciones curriculares, diagnósticos varios, planteado distintos planes de desarrollo, peritajes en los centros. Se han firmado nuevos acuerdos interinstitucionales para los fines, existe cierta legislación. Tenemos suficiente personal capacitado en el país, hay espacios físicos disponibles,conocidas propuestas reformadoras e integradoras de distintos sectores de la sociedad civil y de la propia clase artística, se realizó este simposio, etc… Entonces; conociendo las necesidades de transformación curricular y sabiendo que se requieren fondos económicos (innegable), ¿qué hace falta para que se haga realidad esta imperiosa necesidad de titulación superior? Y la respuesta a la unanimidad expresada en todo el simposio es la siguiente y brevísima pero contundente respuesta: Voluntad política.

Con la convicción realista de que sí es posible, pongo mi voto de confianza con la esperanza de que a la brevedad se logrará la tan anhelada transformación y acuerdos definitivos para la titulación superior, y que esa respuesta de voluntad será contestada pronto, pues son favorables las condiciones.

Ya no hay excusas. Los fondos económicos se gestionan de múltiples maneras. Los requerimientos curriculares se establecen e implementan según se requiera. Se demostró nuevamente, ahora con este simposio, que solo hace falta voluntad política. Y al parecer esta es una muestra de que hay voluntad, al menos por parte de esta nueva administración en Bellas Artes, que además ya cuenta con el apoyo de la clase artística. Por lo menos tengo esa impresión. Los artistas estamos atentos al cambio prometido. Clase política ¡hágase su voluntad! Es tiempo ya, ya no hay excusas.

Ñapa

Debo resaltar la profesionalidad y la excelente organización del evento. Sus organizadores y organizadoras merecen que se destaque esto, pues la realización del mismo, de principio a fin mostró alta calidad temática y organizativa, lo que demuestra un evidente cambio positivo en la gestoría y en el liderazgo de la DEFAE y de la propia DGBA. Dan con ello aires de esperanza.

Si desea conocer la variada y mostrada calidad del evento, puede ver las grabaciones por completo en el canal de YouTube del Centro Cultural de España en Santo Domingo (https://www.youtube.com/user/CCESD). Y la programación del simposio, así como detalles de la DEFAE, puede consultarlos en la web https://defaebellasartes.wixsite.com/primersimposioba).