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Apocalipsis Now: Un refugio escondido lejos del horror de una guerra

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Rienzi Pared PérezSanto Domingo, RD

De las muchas cintas dedi­cadas a la Guerra de Vietnam es­ta ha marcado el horror y el atroz acontecimiento que padeció una generación de jóvenes norteamericanos, con secuelas físicas y men­tales que todavía son recor­dadas y sufridas.

Francis Ford Coppola di­rige esta titánica obra que estuvo marcada con gran­des dificultades que en su momento llegó a decir que el rodaje era Vietnam puro. La trama consiste cuando el Alto Mando envía al capitán Willard (Martin Sheen) pa­ra asesinar al coronel Kurtz (Marlon Brando) un ex boi­na verde que se ha rebelado y ha organizado su propio ejército por el cual es adora­do como un Semi-Dios.

Coppola tomó como ba­se la famosa novela “El co­razón de las Tinieblas “de Joseph Conrad y la adap­tó, fundamentándose en el horror de la guerra, la soledad y la locura que la misma conlleva. Marlon Brando se destaca en los breves minutos que apare­ce en escena, por su forma estrafalaria y una interpre­tación muy efectiva sobre la locura de esa guerra.

El tema central del fil­me es el horror. Un ho­rror cuando los helicópte­ros lanzan Napalm en una comunidad donde mueren civiles, entre ellos, muje­res y niños, representando lo despiadado de la gue­rra. En otra escena se no­ta, como si fuera bajar al mismo infierno, una pie­za de Warner de trasfondo reflejando dicha masacre, la cual nos causa pavor y miedo. Por eso se repite la frase “es el Horror; es el Horror” mientras el ca­pitán Willard mira hacia el techo viendo el abanico gi­rar dando la impresión de repetir este sin sentido de las cosas.

Consecuencias

Toda guerra tiene de tras­fondo un elemento eco­nómico, sin embargo, las secuelas de la misma lle­van al que logra sobre­vivir, consecuencias psi­cológicas que van desde la depresión, conduc­tas agresivas, y pérdidas de identidad que les son muy difíciles en poder adaptarse a la nueva rea­lidad que le tocará vivir.

El horror de la guerra, es expresado en esta pe­lícula, como una manera de influir en la conciencia colectiva de una sociedad que todavía se pregunta: ¿Qué hacíamos allá, y por­qué?

Las escenas de los efec­tos de sonido sobre las ex­ plosiones y todo lo demás fueron espectaculares. Es­te recurso fue merecedor de un Oscar, así como tam­bién, la fotografía de Vitto­rio Storaro muy elogiada y premiada. No se puede ol­vidar la edición, la música que acompaña las escenas, el guion adaptado y todo el entramado técnico que ha llegado ser un producto de altura.

En resumen, estamos ante una de las cintas bé­licas más elogiadas y con una realización estupen­da, en la cual hay que darle todo el crédito a su director Francis Ford Coppola por dirigir y ser co-guionista con un res­paldo de actores como: Marlon Brando, Martin Sheen, Dennis Hooper, Robert Duvall, Frederic Forrest, etc. que la han convertido en una de las más respetadas en la his­toria del cine.

Recomendamos el filme a los que prefieren este ti­po de género, por su pro­fundidad sobre el aterra­do mundo bélico donde se traumatiza al soldado, has­ta el punto que le cambia hasta su manera de ser.

CURIOSIDADES

Martin Sheen sufrió un ataque al corazón por lo que tuvo que retrasarse el rodaje.

El papel de Benjamin Willard fue encarnado en un principio por Har­vey Keitel; pero al cabo de varios días de rodaje, Coppola no quedó con­vencido con lo que veía, así que lo despidió y, co­mo ya se sabe, fue susti­tuido por Martin Sheen.

Ganó dos Oscar, a la Me­jor Fotografía y al Me­jor Sonido. Obtuvo, ade­más, otras seis nomi­naciones. También fue merecedora de la Palma de Oro de Cannes de ese año.

En el año 2000 la Biblio­teca del Congreso de los Estados Unidos la selec­cionó para fines de su conservación por consi­derarla “cultural, históri­ca o estéticamente signi­ficativa.

El guion está basado en “El corazón de las tinieblas” (Heart of Darkness), una novela corta de Joseph Con­rad ambientada en el África de finales del si­glo XIX.

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