Jessica Hasbún: La sangre de periodista la lleva de sus padres, pero hizo su fila
Jessica Hasbún lleva el periodismo en la sangre. Creció en los pasillos de noticiarios junto a su madre, la periodista Alicia Ortega, y su padre, el empresario Fernando Hasbún.
Sin embargo, ser hija de ellos no fue su pase automático para estar frente a la pantalla. Como una muchacha cualquiera, se preparó y empezó desde abajo la construccción de un nombre con identidad propia. Es la presentadora de la emisión vespertina de “Noticias SIN”, que se transmite a las 2:00 de la tarde por Color Vision. A veces cubre a su madre en la emisión estelar y es la corresponsal de CNNE en República Dominicana.
Jessica inició a trabajar en Grupo SIN como asistente de producción para luego pasar a ser reportera y de ahí entrar a la emisión matutina del noticiario. En buen dominicano ha tenido que “guayar la yuca” para llegar donde está.
“Amo mi trabajo. Me lo he ganado, lo digo con seguridad y no con arrogancia. Yo vivo el periodismo día tras día, siempre con el compromiso de servir. Los que me conocen saben lo mucho que he tenido que esforzarme para demostrar que soy capaz”, cuenta la comunicadora a LISTÍN DIARIO.
Sus padres
Aunque está muy orgullosa de sus padres y la oportunidad de aprender de cada uno de ellos, trabajar con sus progenitores quiere decir que las exigencias con ella son más altas que con los demás.
“Trabajar con mis padres tiene sus beneficios y sus contras. He tenido la oportunidad de aprender de la mano de una gran periodista y conocer el negocio desde el punto de vista de mi padre. Las exigencias y expectativas conmigo están muy por encima del promedio”, expresa Jessica.
La joven se graduó de la Universidad de Florida en el 2009 con una licenciatura en Comunicación, especialidad en Televisión y otra en Lengua Española. Su primer contacto con los medios fue a los 19 años. En radio y en inglés.
El derecho es su otra pasión desde niña. Por eso está en sus planes estudiar esa carrera y obtener la maestría en Administración de Empresas.
Una de las dificultades que enfrentó para entrar a la televisión fue el idioma. A pesar, de que en su casa se hablaba español, fue un obstáculo porque creció en los Estados Unidos y todos sus estudios han sido en inglés, “pero mi compromiso con mi desarrollo fue mayor”, apunta.
Asimismo, expresa que el reto más grande que le ha tocado enfrentar fue cubrir el terremoto de Haití en 2010. “Esa tragedia marcó un antes y un después en mi vida profesional. Nunca había visto tanta necesidad, tanto dolor, esos primeros días en Haití quedaron grabados para siempre en mi memoria”.
Su trabajo lo compagina con el rol más importante de su vida: ser madre de dos niñas fruto de su relación con su esposo, con quien lleva una década.
Para ella su madre es una inspiración: “Es la que me motiva, me apoya, es mi balance, mi consuelo...”.