José Antonio Molina: “Reflexiones sobre títulos de 5 canciones de papá”
Cuando suelo evocar tu nombre con callada quietud en medio de mis interminables madrugadas de inagotable insomnio, me asalta el alma una sinigual evocación, que cual sinfonía de dulces recuerdos me roban la vida y no hago más que anhelar en vano que todo sea una amarga pesadilla.
Aunque nunca te lo he dicho fuiste mi gran héroe y el músico más influyente e importante en mi existencia.
Hoy sufro por ti, porque aunque estoy aprendiendo a resignarme y aceptar lo que hoy no puedo cambiar, sabía que desde tu partir para estar a la diestra del Señor, todo se tornaría gris, ya no podré sonreír y hasta el sol se ocultará hasta que el Señor nos permita vivir una primavera que no tiene final más allá del sol.
Preguntas ¿Cuándo volveré a besarte el caquito de nuevo? A tenerte de nuevo junto a mí… escucharte decirme, Dios te me bendiga y te libre de mal… ¿Cuándo mi viejito amado? ¿Por qué terminó nuestra eterna primavera?... ¿Por qué dejarme en este desolado y frío invierno?...
Allá… más allá de la bóveda celeste, finalmente juntos podremos dirigir una orquesta de ángeles y arcángeles… El cielo estará de fiesta para la gloria y honra del Señor. Amén.
ACRÓSTICO
En tu luminoso paso por nuestras vidas de ti aprendimos que la belleza de los seres humanos no está en el físico donde todos la buscan sino en el corazón donde pocos saben llegar… y que los hombres son más altos cuando están de rodillas ante Dios.
Vocación, talento y disciplina forjan el artesano de la música, pero nacer músico es mucho más que eso… es una actitud ante la vida.
Orar y dar gracias cada día por el talento conque nos premió el Creador y tener la grandeza de celebrar el talento conque Dios dotó a los demás.
Cuando siembras semillas de amor eres tú quien florece, pues siempre hay flores en el mundo para quien lleva un jardín en su alma.
Aprendí de tu ejemplo cotidiano que la felicidad en términos absolutos es una utopía, pero podemos ser felices cada día de nuestras vidas si al cerrar los ojos cada noche lo hacemos con el alma limpia y la consciencia tranquila. También aprendí de ti a cultivar la humildad hasta que te lastime, pues la arrogancia es el camino más directo a la desdicha.
Cuando hay música en tu alma… se escuchará en todo el Universo.
Inculcaste en mí, que cada mañana hay miles de motivos para alabar a Dios y dar gracias. Y que la serenidad no es estar a salvo en la tormenta, sino encontrar paz en medio de ella.
Ora y ora hasta que duela, haz de la humildad una oración interminable, vuela alto cual águila imperial tras la conquista de tus sueños y cuando ya no puedas más sigue soñando, no te sientes en las escalinatas de la vida a contemplar el tren de los vencedores que te dejan sin aliento ante tu ritual a la inercia y la derrota.
Nunca dudes de como te amé, viejito de mi alma, héroe mío, tú fuiste y serás siempre el músico más importante de mi vida. Te amé en las batallas, en el éxito y las victorias, pero te amé más aún, en las derrotas y las adversidades que también le agradecimos a la vida, pues fuimos cómplices del gran milagro en nuestra vida terrenal.