CINE
Una pareja en busca de la noche
Un matrimonio complejo en una Roma decadente.
La referencia en el séptimo arte, muchas veces supone el recuerdo de cintas populares o de directores de nombres sonoros. Hay celebridades muy alejadas de luces artificiales y de la comercialización como Michelangelo Antonioni (1912–2007), un artista italiano destacado por la calidad de sus guiones, muy complejos y profundos para un segmento de cinéfilos que gustan de este tipo de obras.
Desde muy joven tuvo inclinaciones artísticas, hacia el dibujo y la música. Poco después empieza a escribir crítica cinematográfica en una revista de cine y llega a ser ayudante del famoso director francés Marcel Carné.
Recién finalizada la Segunda Guerra Mundial, Antonioni se integra al movimiento artístico conocido como “Neorrealismo Italiano”, junto a Roberto Rossellini, con quien escribió un guion.
Su primer largometraje de ficción fue “Crónica de un amor” (1950). A esa obra le suceden varios documentales y en 1953 estrena “La dama de las Camelias” con Lucía Bosé. En esta pieza, Antonioni traza, con apariencia de simple melodrama, una densa reflexión nada complaciente sobre el mundo burgués. En esta etapa de su vida, Antonioni presenta muchos de los rasgos y temas de sus posteriores obras. Su filme “El grito” (1957) así lo confirma. En esta obra desarrolla el conflicto de parejas que será propio del cine que vendrá.
Comienza a admirado por esta obra por su condición de antecedente directo al tema de la incomunicación humana, o mejor dicho, del aislamiento que tanto obsesionó al director en su famosa trilogía de películas: “La Aventura” (1960) “La Noche” (1961) y “El Eclipse” (1962). Tres grandes obras de la cinematografía mundial que lo catapultan como un genio de este arte.
La obra de Antonioni es compleja y muchos la consideran una reflexión sobre su entorno y el sofocante medio social del tiempo que le tocó vivir. Por ello, trató siempre de transmitir en cada plano, sus desencantos, su pesimismo y unos personajes indiferentes, rebeldes ante la incomprensión.
Las referencias visuales de Antonioni se construyen sobre silencios y miradas vacías que nunca se encuentran. La inseguridad y la tragedia interior de sus personajes, trasmiten esas soluciones irreversibles por las cuales atraviesan.
Es un cine que sabe trasmitir la mirada de un director que aprovecha el mundo de las imágenes para reflexionar sobre el vacío del alma, personajes que son incapaces de superar su angustia. Es la relación de encuentro y desencuentro.
La noche (1961)
En este filme disecciona a la clase burguesa, encarnada en el matrimonio que representan la pareja de actores Marcello Mastroianni y Jeanne Moreau. Él es un escritor exitoso, y ella lleva una tapultan como un genio de este arte.
La obra de Antonioni es compleja y muchos la consideran una reflexión sobre su entorno y el sofocante medio social del tiempo que le tocó vivir. Por ello, trató siempre de transmitir en cada plano, sus desencantos, su pesimismo y unos personajes indiferentes, rebeldes ante la incomprensión.
Las referencias visuales de Antonioni se construyen sobre silencios y miradas vacías que nunca se encuentran. La inseguridad y la tragedia interior de sus personajes, trasmiten esas soluciones irreversibles por las cuales atraviesan.
Es un cine que sabe trasmitir la mirada de un director que aprovecha el mundo de las imágenes para reflexionar sobre el vacío del alma, personajes que son incapaces de superar su angustia. Es la relación de encuentro y desencuentro.
La noche (1961)
En este filme disecciona a la clase burguesa, encarnada en el matrimonio que representan la pareja de actores Marcello Mastroianni y Jeanne Moreau. Él es un escritor exitoso, y ella lleva morir porque no quiero dejar de amarte”. Giovanni el escritor, entonces, se aferra a ella, casi quiere morderla para hacerle saber que existe una luz que hasta hace poco iluminaba caminos contrarios. Ella, cubierta casi por completo por el hombre, grita con rabia, con hambre de amor contenido mucho tiempo”. Durante esa noche ambos quedan en el silencio con un futuro incierto y la cámara va recorriendo todo el escenario hasta su amanecer.
Esta película despierta emociones encontradas en la cinefilia; para disfrutarlas, hay que dejarse llevar y sentirlas. La sutil maestría de su puesta en escena hace de “La noche” una obra elegante, envolvente, y donde se utilizan los espacios como reflejo de los estados de ánimo de sus protagonistas.
En fin, una Obra Maestra para aquellos que buscan un cine complejo y alternativo.
CURIOSIDADES
La gran fotografía en blanco y negro de Gianni di Venanzo, repleta de claroscuros, viene a resaltar la belleza de cada plano.
Fue premiada con el “Oso de Oro” en el Festival Internacional de Cine de Berlín (Berlinale), en 1961, y en Italia con el Premio Nacional “David Donatello”, en ese mismo año, como Mejor Película.