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Sergio Vargas: “Quien ayuda a alguien y lo da a conocer al mismo tiempo lo está humillando”

Ynmaculada Cruz HierroSanto Domingo, RD

El que conoce a Sergio Vargas sabe que tiene una gran sen­sibilidad por el dolor ajeno. Que su casa siempre ha estado abierta para acoger a los hambrien­tos y aquellos que buscan mitigar el dolor, y por eso la solidaridad que le ha acom­pañado toda su vida, y estar cerca de los suyos, lo regre­saron a su amada Villa Al­tagracia, y así servirle a su gente.

“El Negrito de Villa” no ha tenido que esperar una pandemia, como la que en estos momentos atraviesa el mundo por el coronavirus Covid-19, para extender la mano a los desposeídos. Al conversar con LISTÍN DIA­RIO, el merenguero desem­polva el acuerdo que hizo con Dios, a principio de los años 80, cuando partiendo a Santo Domingo a partici­par en el Festival de la Voz que produjo Rafael Solano y Yaqui Núñez del Risco, y viajando en un autobús pú­blico, con todas las caren­cias de ropa y zapatos, y un estómago vacío y doloroso por el hambre, de que si el Todopoderoso le ayudaba abrirse paso sería una bue­na persona y un facilitador de todo lo que llegara a sus manos.

“Hasta ahora he cumpli­do con ese acuerdo porque le tengo temor a Dios. Yo no puedo hacer video, fo­tos y notas de ninguna per­sona que reciba mi solidari­dad en sus manos, porque también creo que el que pa­sa una ayuda a alguien y lo da a conocer enviando una nota a los medios, al mismo tiempo lo está humillando”, expuso a LISTÍN DIARIO.

El merenguero dejó cla­ro que respeta el proceder de algunos compañeros del medio artístico a quienes se les ha visto publicitando las donaciones y las ayudas que han realizado en medio de la pandemia.

“Solo trato de ver mi sa­tisfacción conmigo mismo y con Dios. Vivimos en una is­la en donde el resentimien­to y la amargura son el pan de la amargura para mucha gente”, expresó.

Conciertos en vivo

Durante el confinamiento el merenguero también ha es­tado presente para su públi­co, que se ha disfrutado de pequeños conciertos, en vi­vo, desde su residencia en Villa Altagracia, en solida­ridad con la gente que bus­ca un respiro en medio de la difícil situación.

De igual manera lo hicie­ron los lectores del LISTÍN DIARIO, el pasado miérco­les y el sábado cuando el merenguero formó parte del “Festival Virtual Música y Poesía” que se transmite a través de las plataformas del periódico (Instagram y Facebook) y en el que han participado artistas como Pavel Núñez, Aisha Syed, Mariano Lantiagua y Wason Brazobán.

La noche del sábado Ser­gio se hizo acompañar de su guitarra, y con una pis­ta musical interpretó her­mosas canciones de amor y que hacía referencia a los momentos que vive la hu­manidad. De Roberto Car­los cantó “Yo te recuerdo”; “Lo que no fue no será”, de José José, y “Honrar la vi­da”, de Mercedes Sosa.

También estuvieron de Silvio Rodríguez “Madre”; “¿Quién eres tú?”, que po­pularizó Nelson Ned, y “Yo vengo a ofrecer mi cora­zón”, letras de Fito Páez y convertida en oro por Mer­cedes Sosa. Y para los que se encuentran en duelo “Cuando un amigo se va”, de Alberto Cortz. Sergio alegró la noche con los me­rengues “A dar amor”, de Micky Taveras, y concluyó con uno de sus grandes éxi­tos: “Marola”, de Luis Días.

Sus músicos protegidos

La cuarentena ha dejado al descubierto la situación de los trabajadores del arte en el país y en el caso de los músicos muchos han que­dado desamparados debido la ausencia de trabajo.

En cambio, Sergio, quien tiene en su empresa a más de 30 personas, todos se acogieron al Fondo de Asis­tencia Solidaria al Emplea­do, Fase.

“Yo tengo al día el pa­go del seguro social y TSS. Quienes me asisten, porque no me gusta llamarles em­pleados a los que trabajan conmigo, tienen los mismos derechos adquiridos co­mo empleados públicos de cualquier empresa. Cuan­do dicen que hay músicos desamparados mis oídos no truenan”, dijo.

El merenguero aprove­chó el tema para recordar lo difícil que ha sido en el país la unión de los músicos, quienes, muchos de ellos, carecen de educación para encontrar el progreso. En su discurso no ha faltado el do­lor por la falta de unión de los artistas y músicos.

También resaltó el buen intento de Merengueros Si­glo XXI y sus principales gestores. Pero está seguro que el problema de los mú­sicos va más allá e inicia en las escuelas en donde el es­tado debería de fomentar la educación musical para que los que tengan el talento, también adquieran la for­mación necesaria para cre­cer.

“La comunidad artísti­ca en República Dominica­na está llena de analfabetos famosos, salvo algunas ex­cepciones”, aseguró.

REFLEXIONES

En el confinamiento

“Yo estoy atendiendo las recomendaciones de las autoridades de salud pública. Cada uno es la solución de este proble­ma sanitario. Que quedó claro que este virus no viene detrás de las plan­tas ni los animales, sino de las vidas humas.

Yo lo asimilé rápido y he tratado de ser facilita­dor, un promotor de mi comunidad y un promo­tor de mi comunidad”.

“Cada pandemia que el mundo se ha enfrenta­do siempre ha cobrado una parte de la pobla­cion en el planeta. Los vanidosos, los sober­bios, los desobedientes, imprudentes casi todos se van a contar en la lis­ta de desaparecidos y muertos”.

“El coronavirus nos ha puesto de rodilla. Esta­mos invitados a cambiar de actitud y a dejar que la nobleza se siente en nuestra mesa. En la tie­rra nosotros solo somos invitados de paso, por eso hay que tener cuida­do con lo que hacemos en ella”.

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