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El gorila gigante: El muñeco de la bestia fue rellenado con algodón, hule y goma para que pudiera ser movido con facilidad

Leyenda. Sobre este gigantesco simio se han producido varias películas.

RIENZI PARED PÈREZSanto Domingo

Este es un perso­naje que ha si­do llevado al ci­ne en diferentes versiones a tra­vés de los años. Se han he­cho secuelas que en algu­nas ocasiones han sido bien tratadas; pero todas ellas no llenan el espíritu que ha ocasionado la versión del año 1933. Con una direc­ción en conjunto de Merien C. Cooper y Ernest B. Scho­edsack tenemos una pelí­ cula que para la época oca­sionó un impacto comercial nunca antes visto. Ver una bestia enamorada de una joven bella.

La trama consiste en que un grupo de aventureros, entre ellos un director de ci­ne (Carl Derham), van a fil­mar en la lejana Indonesia. Consigue a una bella actriz de teatro para encarnar el personaje para su pelícu­la (que lo interpreta la ac­triz Fay Wray); pero estan­do allá revela su verdadero propósito y es poder grabar al famoso Kong. Un gorila con proporciones extraor­dinarias encontrado en una isla llamada “La Calavera”, en la cual cohabitan anima­les prehistóricos, y poder así, capturarlo y exhibirlo en los Estados Unidos como una atracción de circo.

King Kong es un filme de aventuras producido por la extinta compañía RKO Pic­tures, con guion de Ruth Rose y James Ashmore Cre­elman, basado en la idea de Edgar Wallace y Merian C. Cooper. La trama sigue su curso narrativo, los viajeros descubren en la misteriosa isla una civilización antigua donde los nativos secues­tran a la hermosa rubia que anda con ellos para ofrecer­la como sacrificio al gran Kong.

En el interior de la selva vivirán todo tipo de situa­ciones difíciles hasta que so­lamente logra sobrevivir Jo­hn Driscoll. Sin embargo, el gran Kong los persigue por­que se ha “enamorado de la chica” recién rescatada por Driscoll. Luego, King Kong es apresado, encadenado y llevado a la Ciudad de Nue­va York con fines comercia­les como la “octava maravi­lla del mundo “.

Es notable la cinemato­grafía aplicada en la obra a principios de la década de los años 30’s. Para los trucos del rodaje se utilizó una es­pecie de armazón de acero para darle forma de simio, y este fue recubierto con pie­les de oso. El muñeco fue rellenado con algodón, hu­le y goma para que pudie­ra moverse con facilidad. Se utilizó la técnica de Stop Motion; es decir: parada y movimiento para poder de­finir cada plano donde se utilizaron objetos en minia­turas para realzar la imagi­nación.

Cuando el gran King Kong es llevado a la Ciu­dad de los Rascacielos, es presentado como atracción de feria ante la ovación de público frente a esta nueva maravilla. El gorila, encade­nado, siente desesperación y con fuerza brutal rompe las cadenas y comienza el caos en la ciudad.

Destruye todo a su paso y al escapar de la multitud su­be hasta la cima del edificio Empire State luchando con­tra todos por mantenerse junto a la joven.

Aunque el gran simio re­presenta una naturaleza salvaje; pero domesticada por el amor, cuando el gori­la cae desde lo alto del edi­ficio previo acribillamiento por parte de los aviones, el empresario que lo apresó y lo llevó a la ciudad dice al fi­nal de la película. “La bella mató a la bestia“.

Algunas secuelas Este personaje ficticio que apareció por primera vez en 1933, pertenece a la espe­cie de “Gigantopithecus gi­gantus” y ha sido una cele­bridad como cualquier otro artista del séptimo arte; ya que su fama y su legendaria figura se conoce como parte esencial de la constelación de estrellas de Hollywood.

Sobre este gigantesco si­mio se han sido producido varias películas. También ha incursionado en series de televisión, videojuegos, cómics y cartones anima­dos. Toda esta difusión co­lateral ha proporcionado ingresos millonarios a sus productores, como ningún otro monstruo de la indus­tria del entretenimiento.

Después de su primera aparición en 1933, la fama y las recaudaciones por ven­tas de taquillas, motivaron una nueva secuela titulada

“El hijo de Kong” (1933). En 1962 se estrena “King Kong vs. Godzilla”; en 1967 “King Kong se escapa”; y el famoso remake de 1976 producido por Dino de Laurentis y protagonizado por Jessica Lange: “King Kong”. Otra versión co­rresponde al 2005, dirigi­da por Peter Jackson, con Naomi Watts en el rol de la hermosa rubia. Sin em­bargo, con todo el desa­rrollo de los efectos espe­ciales, la versión original del 1933, posee un encan­to y una manera de tratar el tema -ubicándonos en el contexto de la época- que para muchos perdura co­mo una obra digna de to­mar en cuenta por la cons­trucción de los sueños.

Una reciente versión de la obra, data de 2017, titu­lada Kong: La isla Calabe­ra, protagonizada por Brie Larsen y Samuel L. Jsckson y dirigida por Jordan Vogt-Roberts.

El personaje de King Kong ha sido fuente de ins­piración para otros proyec­tos cinematográficos, así como, para animación y ac­tividades mecánicas en par­ques de diversión, como forma de utilizar la fama de este gran simio para la con­secución de grandes pro­yectos financieros.

Por todo lo anterior, en el año 1991, la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, seleccionó esta pe­lícula original para que sea preservada en su registro

nacional, por ser histórica, cultural y estéticamente sig­nificativa dentro de los ana­les que ha sido en la historia del séptimo arte.

Esta película ha resistido y resistirá el paso del tiem­po por la calidad de la obra, su trucaje, su guion, sus efectos especiales de van­guardia para la época. A es­ta fecha, permanece como uno de los grandes clásicos de la historia del cine.

LA FICHA Nombre Original: King Kong Paìs: Estados Unidos Año: 1933 Duraciòn: 100 M Calificación: 4/5 CURIOSIDADES La película, a partir de su estreno (1933), tuvo a lo largo de las décadas de los años treinta y cuarenta, diversas secuelas en honor al rey Kong.

A raíz de la muerte de su protagonista Fay Wray (2004), las luces del Empire State se apagaron por 15 minutos en honor a ella y al filme.

La puerta gigante usada en “King Kong” fue quemada junto con un plató cinematográfico para recrear un incendio en otro filme emblemático: “Lo que el viento se llevó”.

Las escenas ambientadas en la selva tuvieron lugar en la península de Palos Verdes y la isla Santa Catalina, pero los acantilados se rodaron en San Pedro, Long Beach y Redondo Beach.

La cinta costó seiscientos mil dólares de la época y tardó en concluirse casi un año, por causa de su complicado montaje en los laboratorios.

Los efectos especiales fueron los mejores protagonistas de la obra y se utilizó el eficaz; pero lento método de animación fotograma a fotograma, por medio del cual cada segundo de proyección exigía 24 fotos distintas. Si multiplicamos esta cifra por los segundos de actuación del gorila gigante, nos daremos cuenta del trabajo intenso que se realizó.

Cuando la compañía productora contrató a la actriz Fay Wray para la película, le dijeron que ella iba compartir escena con el galán más alto y fuerte de Hollywood. Ella pensaba que era Clark Gable, pero quedó pasmada ante la figura del simio.

Los productores usaron una mezcla de gruñidos de leones y tigres para recrear el singular sonido producido por la

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