La serie de culto

“La Casa de Papel”: Historia de clichés, pero muy divertida

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Ruben Peralta RigaudSanto Domingo, RD

En diciembre de 2017, un maremoto aterrizó en la plataforma Netflix: la serie española La Casa de Papel, creada por Alex Piña y recuperada por la plataforma tras su emisión inicial en el canal español Antena 3. Un éxito rotundo, entonces pudimos descubrir una serie súper entretenida con una edición impresionante, giros intensos y secuencias que se han convertido de culto.

En "La Casa de Papel" (temporadas 1 y 2), conocimos al Profesor (Álvaro Morte), un hombre con aspecto de bibliotecario cuya ambición es llevar a cabo el atraco del siglo en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de Madrid. Para lograr su objetivo, reúne a ocho criminales y los conduce durante meses por la campiña española antes del día D; la impetuosa Tokio (Úrsula Corberó), el algo psicópata Berlín (Pedro Alonso), la figura paterna de Moscú (Paco Tous) y su impredecible hijo Denver (Jaime Lorente), los discretos Oslo (Roberto García) y Helsinki (Darko Peric), la enérgica Nairobi (Alba Flores) y el joven Río (Miguel Herrán). ¿El plan? Encerrarse disfrazado de Dalí en la Fábrica Nacional con rehenes y hacer funcionar el tablero de dinero usándolos como mano de obra, todo sin causar ninguna baja.

Durante los episodios, el plan del profesor es puesto a prueba por la inspectora Murillo (Itziar Ituño), encargado de las negociaciones en el lado de la policía. Parece que siempre un paso adelante, el profesor se acerca a la inspectora, pero no espera enamorarse de ella.

Al final de la segunda temporada, la banda huye in extremis con el dinero a las islas paradisíacas sin Berlín, que se sacrifica por sus camaradas. Mónica (Esther Acebo), rehén, se ha unido a la pandilla y ha comenzado una aventura amorosa con Denver. El destino de la pareja formada por el profesor y la inspectora Murillo, que ha descubierto su verdadera identidad, también parece ser un buen augurio: ella se une a él en la isla donde se ha refugiado.

En "La Casa de Papel" (temporada 3), cada uno de ellos tomándolo con calma en una isla lejana, nuestros ladrones ven su vida paradisíaca puesta a prueba cuando son descubiertos por la policía, Río es secuestrado y la pandilla se reúne para encontrarlo.

El profesor debe entonces inventar un nuevo plan infalible y ahora será el robo del Banco de España, en el que los ladrones se encierran de nuevo con rehenes. La banda logrará liberar a Río, que se une a sus acólitos. Pero las relaciones empiezan a desmoronarse y Río rompe con Tokio.

En el exterior, el profesor y la inspectora Murillo, ahora Lisboa, dirigen las operaciones, tratando de no ser atrapados por la policía. El final de la tercera temporada nos había dejado con una gran sorpresa: Nairobi está entre la vida y la muerte después de ser disparada mientras dos ladrones hacen estallar un tanque y Lisboa es arrestada. Escuchando un disparo y pensando que Lisboa ha sido asesinada, el profesor les dice a los ladrones encerrados en el banco que la guerra está empezando.

Así que los cuatro primeros episodios de La Casa de Papel (temporada 4) son el sello distintivo de esta serie: un enérgico montaje, la música original de Manel Santisteban e Iván Martínez Lacámara que nos deja sin aliento, flashbacks sobre la preparación - en el patio de la escuela de un monasterio (el rodaje tuvo lugar en un monasterio cerca de Madrid) - y escenas de acción impresionantes.

El primer episodio de esta temporada 4 recoge a los ladrones donde los dejamos, confinados en el Banco de España - enteramente reconstruido en un estudio de Madrid para el rodaje - mientras la banda intenta salvar Nairobi, que está en mal estado. Su destino permanecerá incierto hasta el final, y esto da lugar a escenas irreales en las que los ladrones se convierten en cirujanos para salvarlo. El más mínimo movimiento podría matarla.

Mientras las relaciones se estrechan en torno a nuestra banda, la situación en el exterior no es la mejor para el profesor que, convencido de que Lisboa ha sido asesinada, pierde la esperanza por un tiempo, pero se recupera rápidamente y comienza una persecución con la policía. El peligro está siempre presente, especialmente cuando la traición puede amenazar, poniendo en peligro el destino de todos. Este primer episodio no nos da tiempo a respirar, incluso al final con un enorme suspenso que no deja de sorprendernos. Y aquellos que, como nosotros, amaron la escena de Bella Ciao en las dos primeras temporadas no se sentirán decepcionados: los flashbacks nos hacen revivir la boda de Berlín y una secuencia que también se convertirá de culto lo muestra cantando Ti Amo con una melodía de amor.

En los tres episodios siguientes, la tensión aumenta un poco, ya sea en el interior con la llegada de un nuevo enemigo, o en el exterior, donde encontramos a la detestable inspectora Alicia Sierra (Najwa Nimri) ya a cargo de las negociaciones en la temporada 3, lo que resulta en intensos encuentros cara a cara con uno de los personajes y un efectivo juego de manipulación, aunque a veces carezca de sutileza.

Por desgracia, algunos escollos que aparecieron en la anterior temporada no se evitan en La Casa de Papel (temporada 4): entre los cuatro episodios que vimos, el segundo y el tercero carecen de ritmo y tienen cierta duración. Los flashbacks, especialmente los de la boda de Berlín, no siempre están bien dosificados y tampoco son útiles, donde los flashbacks de las temporadas anteriores sirvieron para crear suspense mostrando los movimientos del profesor delante de la policía. La historia también está centrada en intrigas personales y amorosas, dejando de lado el robo y el enfrentamiento con la policía. Finalmente, el profesor, cuyo infalible plan nos hizo caer de nuestras sillas en las primeras temporadas, pierde su carisma al dejarse engañar demasiado por las estratagemas de la policía.

Esta nueva temporada, sin embargo, vuelve a los fundamentos y da nueva vida a esta historia tan llena de clichés, pero tan divertida. La Casa de Papel en su totalidad no ofrece nada nuevo, sino, que el carisma de sus personajes hace que todos esos errores y manipulaciones fáciles, nos haga pasar un buen rato. Al final, en estos tiempos oscuros, es lo que la audiencia necesita.

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