REFLEXIÓN
Fernando Villalona: Un gran ejemplo de la reivindicación humana tras enfrentar una pesadilla
Ramón Fernando Villalona Evora (El Mayimbe), “El Niño Mimado”, y por ende “el niño malcriado”, es fruto de sobrado talento y carisma que se traduce en un liderazgo único. A la vez, ese sentirse un ídolo popular lo embriagó de egos y fama. Es algo que cuándo se es demasiado joven te lleva a ser un personaje muy manipulable, controversial... No eres entendible o eres un incomprendido muchacho.
La inmensa popularidad que registró Villalona, producida por una magia envolvente que te atrapa, es fascinante para cualquier ser humano. Tú te das cuenta de lo que eres capaz de lograr al subir a un escenario y cantar ante multitudes.
Es un difícil problema para lidiar contigo y que no es precisamente la herencia que quieren tus padres para ti. Ellos, que son dos campesinos del profundo Cibao, que te vieron partir a la Capital, donde tú estás solo, no lo van a entender, pero te apoyarán.
Fuera de tu casa la situación es peor porque tendrás nuevos amigos que te acorrolarán y te llevarán por caminos que tú no estabas en capacidad de entender.
Lo mismo que pasó en la Capital tuvo mayor fuerza al llegar a Nueva York. Allí andabas en tierra movediza al llegar a un mundo donde era la época en la que “perro comía perro” y por un dólar te mataban.
Eran los tiempos en que andaban por la famosa Quinta Avenida y por el secetor de Broadway, Pedro Navaja y Juancito Alimaña. La marihuana hacía su zafra y entraban en la jugada la cocaína y el crack. Esa sería la bienvenida a un ídolo emergente en la música popular con el mundo en sus manos.
Tan pronto pisó el aeropuerto John F Kennedy comenzaba la salida de su control y entró en el universo del descontrol o a una endiablada pesadilla que duró casi medio siglo.
Fernandito Villalona, un mega popular artista, es alguien que yo conozco a la perfección. Es un monumento del enigma, del hechizo, del impacto misterioso que arrebata, embruja, conquista e induce a sus fanes a la histeria y emociones incontrorables.
Muchos de sus seguidores son capaces de hasta perder la cabeza por él y quedan atrapados por su música y figura sin nunca llegar a entender que pasó. Eso es el néctar del carisma más alucinante desbordante que registra la historia de la música dominicana.
El artista mimado vivió y tránsito como un carro de alta potencia a toda velocidad, sin frenos ni control, como si el mundo se terminaría el segundo después.
Ese título de “El Mayimbe” se lo tomó como tal y convirtió su seudónimo en realidad. Se creyó la telenovela y se disfrutó cada capítulo, gastó toneladas de pesos, dólares, bolívares, florines, pesetas, libras esterlinas como si no tuviera fin.
Sus mujeres
Además, por su vida pasaron miles de amores sin importar color, clase social o nivel de educación. Villalona arrasó con todas las de su generación: madres e hijas, jóvenes o megadivas, viejas... No se salvó una.
También bebió alcohol como si fuera agua y probó todos los tipos de drogas de la época y un imparable desorden de acciones emocionales que sólo Dios puede dar razón de cómo aún hoy disfrutamos de su gracia melódica.
A pesar de todo ese recorrido, su talento y carisma no tiene fin. Se quedó siendo un muchacho grande, con mucho sentimiento y muy frágil. Y aunque aún es monumento artistico, él sufre mucho, llora a solas de impotencia. Su silencio sólo Dios lo conoce.
Villalona vive su nueva etapa 50 años después de un montón de travesuras y de inconductas sociales por falta de madurez y una buena orientación.
Es un humano especial, pienso yo, o n tipo sobrenatural porque casi medio siglo de vicios, alimentación de muy mala calidad, sin dormir ni parar durante tres meses encerrado en una habitación consumiendo drogas, es algo realmente para ser analizado.
Es un caso de estudio, una muestra de que los humanos blindados por un misterio X son pocos pero ponen a los psicólogos y psiquiatras a usar al máximo el estudio científico de la conducta y fortaleza espiritual de cómo pudo sobrevivir y un día cualquiera decirse a sí mismo un “no más” y entrar a la vida real .
ACTUALIDAD
La luz.
Un día después entró en sintonía con contactos que yo llamo extrasensoriales. Son esas misteriosas conexiones entre el cerebro, el espíritu y el alma que te ponen a despertar y darte cuenta que conducías por la vía contraria a toda velocidad y muchas patanas de frente y estaba poniendo tu vida en alto riesgo. Te das vuelta atrás y comienzas a luchar con esa pesadilla en la que estabas atrapado y no sabía cómo salir.
Testimonio
Villalona es un testimonio vivo de la decisión correcta para seguir adelante, volando bien alto, cantándole a su amada patria, a sus millones de fanes para andar con la frente en alto y decir “yo pude, tú puedes”. Bendito sea Dios que logró el milagro.