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LOVE, SIMÓN

Televisión cubana se disculpa por censurar beso homosexual en una película

La televisión estatal cubana ofreció este domingo disculpas a la audiencia "por la mutilación" de una escena de la película "Love, Simón" en la que se besaban los dos jóvenes homosexuales protagonistas y anunció que volverá a emitir la producción "íntegramente".

El filme fue emitido ayer sábado y la omisión de la escena del beso provocó de inmediato críticas y protestas en las redes sociales por parte de activistas LGTBI, que llamaron al colectivo a concentrarse y besarse este domingo ante la sede del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) en La Habana.

En un comunicado recogido por los medios oficiales, la Televisión Cubana calificó de "error" la omisión de la escena y avanzó que "se realiza el correspondiente análisis, pues la omisión no responde a posturas homofobicas del ICRT y sus directivos de la TVC, como algunos han referido en las redes sociales".

"La visión inclusiva de la sociedad cubana puja diariamente contra estereotipos culturales. Es deber de todos andar del lado de los justos y avanzar como el país que constitucionalmente reconoce 'el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre'", concluye la nota.

BANDERAS Y BESOS

Al menos dos de los activistas que habían convocado la "besada" frente al ICRT denunciaron en las redes sociales haber sufrido amenazas telefónicas, supuestamente de la Seguridad del Estado, para que abortaran la protesta.

En la convocatoria, habían pedido llevar banderas LGTBI "y muchos besos" pero "nada de carteles o consignas que desvirtúen el sentido de la acción"".

"Si hubiera que pedir algo, sería la renuncia del censurador, una disculpa pública y la retransmisión íntegra de la película", escribió en Facebook el activista Yadiel Cepero, uno de los que denunció haber recibido llamadas de presión.

Posteriormente, tras hacerse pública la nota de disculpa de la Televisión Cubana, el joven consideró que el comunicado "da respuesta a las tres demandas" del colectivo y que su mensaje "se escuchó alto y claro".

Por ello, anunció la cancelación de la "besada pública", pidió administrar "esta pequeña victoria con sabiduría" y solicitó "a quienes vieron en la besada la oportunidad de colocar agendas con objetivos distintos a los de la ciudadanía LGTBI, abstenerse de generar provocaciones en el horario y lugar fijado para la besada pública".

PROTAGONISMO CRECIENTE

El colectivo LGTBI ha ido ganando en visibilidad durante la última década en Cuba, donde en los primeros años tras el triunfo de la Revolución (1959) los homosexuales eran perseguidos y enviados a campos de trabajo denominados Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), lo que se considera uno de los capítulos más oscuros de la historia reciente de la isla.

En mayo del año pasado, activistas por los derechos homosexuales protagonizaron en La Habana la primera manifestación no autorizada que se celebraba en Cuba en décadas y que desembocó en enfrentamientos entre los participantes y la policía cubana.

Decenas de personas desfilaron sin obstáculos y sin incidentes desde el Parque Central y recorrieron el Paseo del Prado de la capital, pero la policía no les permitió seguir avanzando cuando quisieron continuar la marcha por el célebre Malecón, lo que motivó los enfrentamientos y la detención temporal de varios activistas.

Esta manifestación fue convocada después de que el Gobierno cancelara, con la justificación inicial de la crisis económica que acucia al país, la tradicional "conga" contra la homofobia que auspicia el oficialista Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), dirigido por la diputada y sexóloga Mariela Castro, hija del expresidente Raúl Castro.

Tras justificar inicialmente la suspensión aludiendo a los problemas económicos de la isla, el Cenesex ofreció una segunda versión y dijo que la "conga" habría sido utilizada con fines desestabilizadores por la "contrarrevolución", aunque no precisó de qué manera.

SIN MATRIMONIO HOMOSEXUAL

La cancelación de la "conga" fue la gota que colmó el vaso para el colectivo, que acumulaba un malestar creciente por la retirada de una disposición que abría las puertas al matrimonio homosexual en la nueva Constitución aprobada el año pasado.

El borrador inicial de la Carta Magna proponía cambiar la definición de matrimonio, sustituyendo "la unión entre un hombre y una mujer" por "la unión entre dos personas con capacidad legal para ello".

El asunto fue uno de los más controvertidos en los debates populares sobre la Carta Magna y provocó una fuerte campaña en contra por parte de las iglesias evangélicas y católica. Finalmente no prosperó y la propuesta fue eliminada de la versión final.

El Gobierno ha pospuesto este debate, que se abordará previsiblemente el año que viene mediante la redacción de un nuevo Código de Familia que será sometido a referendo.