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Ben Affleck intentó olvidar su dolor con la bebida, pero ahora opta por la honestidad

Ben Affleck, en Los Ángeles el 11 de enero de 2020, dice que su divorcio de Jennifer Garner es de lo que más se arrepiente en la vida. (Magdalena Wosinska/The New York Times)

Ben Affleck, en Los Ángeles el 11 de enero de 2020, dice que su divorcio de Jennifer Garner es de lo que más se arrepiente en la vida. (Magdalena Wosinska/The New York Times)

Advertencia: Este no es uno de esos perfiles de celebridades que agrega una cucharadita de información nueva para condimentar un perol de historia antigua. No hay párrafo en el que la estrella y el escritor finjan ser amigos —guácala— mientras realizan alguna actividad de persona común y corriente. ¿Qué comieron? A quién le importa. No, aquí no incluiremos la cita de siempre de Matt Damon.

Este es un Ben Affleck, vulnerable y expuesto, que habla en detalle por primera vez sobre estar sobrio (de nuevo) y tratar de recalibrar su carrera (otra vez).

Affleck, quien ha obtenido un Oscar como guionista, dirigió “Argo”, ganadora del Oscar a mejor película, y es mejor actor de lo que recordamos —y, sí, también alcohólico, divorciado y orgulloso poseedor de un mítico tatuaje en la espalda—, tiene cuatro películas que se estrenarán este año. El Batman con cuerpo de papá ha quedado atrás, y hay películas auténticas nuevamente en su calendario, incluyendo el primer filme del que es totalmente responsable en cuatro años: “The Way Back”, un conmovedor drama deportivo que se estrenará en cines el 6 de marzo. Affleck interpreta al renuente entrenador de baloncesto de una preparatoria que enfrenta fuertes problemas: se trata de un borracho hinchado, terco y fracasado que destroza su matrimonio y termina en rehabilitación.

Lo leíste bien.

“Las personas con comportamientos compulsivos (y yo soy una de ellas) sienten una incomodidad intrínseca todo el tiempo y tratan de deshacerse de ella”, dijo hace un par de domingos durante una entrevista de dos horas en un lugar a la orilla del mar en Los Ángeles. “Tratas de sentirte mejor con la comida, la bebida, el sexo, las apuestas, las compras o lo que sea. Sin embargo, eso termina empeorando tu vida. Entonces te dedicas más a esa actividad para hacer que esa incomodidad desaparezca. Después comienza el verdadero dolor. Se vuelve un círculo vicioso que no puedes romper. Por lo menos eso fue lo que me pasó a mí”.

Pasó saliva. “Durante mucho tiempo bebí de manera relativamente normal. Pero después comencé a beber más y más cuando mi matrimonio se estaba desintegrando. Eso fue en 2015, 2016. Desde luego, mi problema con la bebida generó más problemas maritales”.

El matrimonio de Affleck con Jennifer Garner, con quien tiene tres hijos, terminó en 2018 tras una larga separación. Dijo que aún sentía culpa pero que había superado la vergüenza. “Ese divorcio es de lo que más me arrepiento en la vida”, continuó, hablando en presente. “La vergüenza es verdaderamente tóxica. La vergüenza no produce nada positivo. Solo engendra un sentimiento tóxico y espantoso de baja autoestima y odio a ti mismo”.

Inhaló y exhaló lentamente, como para calmarse. “No es particularmente sano para mí obsesionarme con los fracasos —las recaídas— y tirarme al suelo”, comentó. “Claro que he cometido errores. En efecto, he hecho cosas de las que me arrepiento. Pero tienes que seguir adelante, aprender de ello, después aprender un poco más y tratar de avanzar con tu vida”.

“The Way Back” originalmente se llamaba “The Has-Been”. Ese título tan deprimente fue eliminado durante el desarrollo conforme la película se iba enfocando menos en el talento que el personaje principal había tenido para el baloncesto en la preparatoria, dijo Affleck. Basta decir que ninguna celebridad quiere aparecer en un póster al lado de las palabras “The Has-Been” (La sombra de lo que fue), sobre todo después de dos decepciones en taquilla. “Justice League” (2017) recaudó 658 millones de dólares, una suma nimia según los estándares de las películas de superhéroes, y “Live by Night” (2016), un drama de época sobre gánsteres, que también dirigió, se estancó con 23 millones de dólares.

Affleck, de 47 años, ha estado trabajando como loco para hacer resurgir su carrera. La dura verdad es que no tiene el éxito garantizado. Los espectadores, sobre todo las mujeres, serán quienes decidan: ¿el perdón de las transgresiones aún es algo que la sociedad permite, pese a su polarización tuitera? Para algunos, Affleck aún es el tipo que le rompió el corazón a Garner y que fue acusado de manosear a la conductora de un programa de entrevistas en 2003. “Me comporté de manera inapropiada y me disculpo sinceramente”, dijo sobre el incidente, que resurgió en 2017, al inicio de la era #YoTambién.

En efecto, Hollywood se ha mostrado clemente con Affleck. Acaba de actuar en “Deep Water”, un “thriller” psicológico coprotagonizado por Ana de Armas (“Knives Out”), el cual se estrenará en cines en noviembre. Está en Netflix este mes en “The Last Thing He Wanted”, un filme de misterio que ha recibido muy malas reseñas, el cual protagoniza Anne Hathaway y fue dirigido por Dee Rees. Affleck también ha estado trabajando con Nicole Holofcener (“Can You Ever Forgive Me?”), nominada al Oscar, y con Damon en el guion de “The Last Duel”, que comenzará grabaciones en Francia este mes. En “The Last Duel”, ambientada en el siglo XIV, vuelven a colaborar Affleck y Damon como guionistas por primera vez desde “Good Will Hunting” (1997); Ridley Scott dirigirá la película, que podría ser una posible contendiente en la próxima ceremonia de los Premios Oscar. Disney planea lanzar “The Last Duel” en Navidad a través de su sello 20th Century.

Affleck también está planeando otro proyecto como director. Probablemente no será aquella versión nueva que se había anunciado del drama “Witness for the Prosecution” (1957), comentó. En vez de eso, quiere encargarse de “King Leopold’s Ghost”, un filme épico sobre el saqueo colonial del actual territorio de la República Democrática del Congo; Martin Scorsese se ha anotado como productor. (Affleck cofundó la Iniciativa del Congo Oriental, un grupo de defensa sin fines de lucro, en 2010).

No ha hablado mucho sobre su alcoholismo desde que estuvo en rehabilitación por tercera vez en 2018 (las primeras dos veces fueron en 2001 y 2007). Sin embargo, la llegada de “The Way Back” ha provocado que el tema sea inevitable. Affleck también ha aceptado que la segunda palabra de Alcohólicos Anónimos no aplica en su caso, y mucho menos después de que (brevemente) recayó durante el otoño pasado, cuando TMZ lo captó totalmente ebrio tras unos cuantos meses de haber divulgado que pasó un año sobrio.

“Las recaídas obviamente son vergonzosas”, comentó. “Desearía que no hubiera ocurrido. De verdad desearía que ese video no estuviera en internet, al alcance de mis hijos. Jen y yo hicimos lo mejor que pudimos para abordar el asunto y ser honestos”.

Affleck dijo que vio a su padre borracho casi a diario durante su infancia en Massachusetts. “Mi papá no estuvo sobrio sino hasta mis 19 años”, mencionó Affleck, de pronto mostrándose cauteloso. (Fue solo una de dos ocasiones en las que cuidó sus palabras; la otra fue cuando respondió una pregunta sobre el juicio de Harvey Weinstein por acusaciones de violación y agresión sexual. A principios de su carrera, Affleck protagonizó varias películas que fueron respaldadas por las compañías de Weinstein. “No creo que tenga algo que agregar que no hayan dicho, y mucho mejor, otras personas que fueron víctimas o sobrevivientes de sus actos”, comentó Affleck. Hace tres años, Affleck anunció que donaría todos los próximos pagos residuales de las películas de Weinstein a beneficencias que trabajan para combatir las agresiones sexuales).

“Mientras más envejezco, más reconozco que mi papá hizo lo mejor que pudo”, dijo Affleck. “Hay mucho alcoholismo y padecimientos mentales en mi familia. El legado de esos problemas es muy poderoso y a veces resulta difícil evitarlo”. El hermano menor de Affleck, Casey, de 44 años, también ha hablado sobre sus problemas de alcoholismo y sus periodos de sobriedad. Su abuela paterna se suicidó en un motel cuando tenía 46 años. Un tío se quitó la vida con un rifle. Una tía era adicta a la heroína.

“Me llevó mucho tiempo admitir de manera fundamental, profunda y sin ninguna duda que soy alcohólico”, dijo el actor. “El siguiente trago no será distinto”.

Parecía un buen momento para señalar la gran cantidad de celebridades que habían comenzado a hablar sobre su sobriedad —especialmente Brad Pitt— y de cómo eso estaba disminuyendo el estigma en torno a las adicciones y, quizás, inspirando a la gente que sufre estos problemas a buscar ayuda. Jamie Lee Curtis, que ha estado sobria dos décadas, apareció en la portada de la edición de “recuperación” de Variety en noviembre. En libros y entrevistas recientes, también han hablado de su sobriedad Demi Lovato, Anthony Hopkins, Jessica Simpson, Demi Moore y, desde luego, Elton John, que apadrinó a Eminem.

Affleck mencionó a las estrellas Bradley Cooper y Robert Downey Jr., que se han mantenido sobrios, como “compañeros que lo han apoyado mucho y por los que siente mucha gratitud”, continuó Affleck. “Uno de los aspectos de la recuperación que creo que muchas personas ignoran es que inculca ciertos valores: ser honesto, ser responsable, ayudar a otros, disculparte cuando te equivocas”.

“The Way Back” fue dirigida por Gavin O’Connor (“The Accountant”, también protagonizada por Affleck, un éxito inesperado) a partir de un guion de O’Connor y Brad Ingelsby (“Out of the Furnace”). A Warner Bros. y Bron Studios les costó alrededor de 25 millones de dólares crearla, y se filmó principalmente en San Pedro, una zona de clase trabajadora en Los Ángeles.

“Creo que, de una manera artística y profundamente humana, Ben quería enfrentar sus propios problemas a través de este personaje con el fin de sanar”, dijo O’Connor por teléfono.

Jack Cunningham (Affleck) es un trabajador del sector de la construcción que lidia con una devastadora pérdida. Su hogar lejos de casa es un bar sórdido, el tipo de lugar que puedes oler antes de entrar. A veces se encierra en su departamento para acabarse cajas enteras de cerveza. Comienza cada mañana bebiendo cerveza en la regadera, colocando la lata en una triste jabonera.

Sin conocer el nivel de su alcoholismo, el director del alma máter de Jack le pide que entrene al equipo varonil de baloncesto, que tiene mucha menos autoestima que él. Melvin Gregg (“American Vandal”) interpreta a un jugador que tiene problemas fuera de la cancha.

“Para Ben, la parte más difícil de la película en realidad fue el baloncesto”, dijo O’Connor. “Si jamás lo has jugado, estar en una cancha es como usar patines sobre hielo por primera vez. En cuanto logró realizar esa parte, todo el proceso continuó a mil por hora. Ya estaba listo para explorar los aspectos intensos y oscuros de la bebida”.

Casi al final de “The Way Back” (y aquí vamos a revelar una parte de la historia), Jack tiene una poderosa interacción con su exesposa (Janina Gavankar, “The Morning Show”). En ese momento está en rehabilitación y, cuando ella va a ver cómo está, él le ofrece una disculpa contundente.

“Te fallé”, dice. “Le fallé a nuestro matrimonio”.

Es una situación difícil, sobre todo cuando se ve desde la óptica de todo lo que ha pasado con Affleck fuera de cámaras. Es inevitable pensar en conversaciones similares que debe haber tenido con Garner.

“Sin ser cursi ni falso, era muy importante que se reconciliara con ella, que se hiciera responsable del dolor que solo él había causado”, comentó Affleck.

O’Connor dijo que Affleck tuvo un “colapso total” en el set tras terminar la escena.

“Fue como si se desatara un torrente de emociones”, dijo O’Connor. “Fue impactante y poderoso. Creo que se trató de un momento muy personal de la película. Me parece que se mostró tal cual es”.