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“El irlandés”: la política en el cine

La Cosa Nostra es ahora la “cosa política”. Con “El infiltrado”, Martin Scorsese ha tocado una tecla dura. Un director como él que ha incursionado con amplitud conceptual el tema del nacimiento y desarrollo de la mafia en los Estados Unidos debe haber descubierto en la novela “I Heard You Paint Houses”, de Charles Brandt, una buena excusa para exponer lo que todo el mundo deduce pero que nadie se atreve a decir, al menos en el cine: la clase política de hoy en muchos países tiene el matiz mafioso que otrora poseyeron aquellos inmigrantes italianos que llegaron a los Estados Unidos a principios del siglo XX en busca de establecer sus propias zonas para expandir negocios ilícitos.

“Nido de ratas” (On the Waterfront, 1954) de Elía Kazan, fue uno de los primeros indicios cinematográficos de cómo la mafia fue creando su propio aparato de poder a partir del control de sindicatos (el portuario, en este caso) para distribuir en la red de comercios de su territorio las bebidas alcohólicas que llegaban a puerto gracias al contrabando. “Gangs of New York”(2002) trató un tema parecido aunque su realización pertenece al presente siglo. Pero esta película no es la más representativa dentro de la exitosa cinematografía “mafiosa” de Martin Scorsese. Serían sus obras “Mean Streets” (1973) con Havey Keitel y Robert De Niro, junto con “Goodfellas” (1990) y “Casino” (1995), las que tratarían con mayor rigor y amplitud el surgimiento, desarrollo y evolución de la mafia dentro de los Estados Unidos. Personajes enigmáticos, asesinos despiadados y jefes ambiciosos deambulan por estos filmes en un intento por reconstruir una historia delincuencial que todavía sacude al mundo aunque ahora lo hace con una connotación oficialista. En Sicilia, una isla situada al sur de la península azurra, nació la mafia. Sin embargo, en la Italia de hoy, un país hermoso, cuna del Renacimiento, del Derecho y la Democracia, hay un solo rey: Silvio Berlusconi. La Cosa Nostra ha pasado a controlar esferas menores como el tráfico de indocumentados, los bienes inmobiliarios y la recogida de desechos sólidos, como denuncia Mateo Garrone en su flamante película “Gomorra”, inspirada en la novela de Roberto Saviano.

En “El irlandés”, Scorsese sugiere la naturaleza de exterminio del poder político contra su contrincante venido de Italia. El control de los sindicatos y del combate al narcotráfico, así como a los conflictos sociales generados en el mundo, pasaron a manos norteñas.

Desde la Era de los Kennedy hasta el desenlace de Richard Nixon (Watergate), se avizoró un inminente cambió en las reglas del juego del poder. Scorsese lo descubrió y lo denuncia en esta cinta inolvidable.

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