Unidos por una buena causa
Siete valientes frente a burdos delincuentes

Toshiro Mifune demuestra su histrionismo en esta historia que le dio la vuelta al mundo/ FUENTE EXTERNA.
A raíz del año 1950 ,cuando se estrena “Rashomon”, el mundo occidental dirige su mirada al cine Oriental, específicamente a Japón, y descubren que allí se está haciendo un cine de calidad incuestionable.
Las obras de Yazujiro Ozu, de Kenji Mizogushi, Masaki Kobayashi y Akira Kurosawa, trascienden fronteras y sirven de legado universal para la historia del cine.
A partir de esta década (años cincuenta), el cine japonés alcanza una profundidad en sus guiones, así como, en la estructura y diseño de producción que marcaron a grandes cineastas, tanto europeos y norteamericanos. Una de esas películas que tuvo gran influencia fue “Los siete samuráis” (1954) de Akira Kurosawa.
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