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Historia inolvidable

La muchacha que quiso ser payaso

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Srienzi Pared PérezSanto Domingo

Algunas cintas pueden quedar marcadas para siempre, ya sea por su título, o por características especiales que la conforman, o también por la trama y por la puesta en escena por parte del director. Otras, aunque poseen todo lo anterior, llevan consigo un aurea de conexión con el público que muchas veces no nos explicamos. Pero la magia al parecer existe.

Esa magia nos arropa y nos encanta cuando observamos una obra espectacular por su contenido de sencillez y armonía con la candidez de su protagonista. Nos referimos a la joya de la cinematografía mundial: “La Strada”, de Federico Fellini.

Al inicio de neorrealismo italiano en 1945, la industria cinematográfica azurra se aboca a realizar producciones de contenido para esa sociedad de posguerra con sentimientos grises de pena y dolor. En 1954 se estrena “La Strada”, donde nos narra la historia de Gelsomina y Zampanó por el cual este último, la “adquiere” por diez mil liras a su madre para que le asista en sus trabajos callejeros de cirquero ambulante.

Zampanó posee un carácter violento y utiliza su fuerza bruta para romper cadenas contra su pecho ante la expectación del público, yendo de calle en calle para tratar de sobrevivir. Su asistente Gelsomina, observa con detenimiento ciertos aires de esperanza dentro de su infantil mundo interior, y aunque es abusada y maltratada por Zampanó, ella siempre posee una sonrisa angelical andando por ese mundo real de reconstrucción que se encuentra Italia a raíz de la posguerra; pero que ella no lo nota, porque su sensibilidad solamente le permite observar la vida para ser feliz.

La actuación de Anthony Quinn en el papel de Zampanó es extraordinaria, reflejándose una química para trabajar en otras latitudes y esquema. Gulietta Massina en el papel de Gelsomina, refleja una hermosa combinación de su rostro y su inocencia para brindarnos uno de los mejores papeles para sentir la nobleza expresada magistralmente en la pantalla.

En el mundo siempre han habidos muchos Zampanó que no valoran y no comprenden las sutilezas de las personas. Existen varias de ellas que nos brindan amor, consuelo y ternuras; pero muchas veces, no sabemos apreciar ese regalo.

Peor aún, esos sentimientos a veces son pisoteados y burlados por el cual solamente nos harán falta cuando llegue el momento de no tenerlo y sentir esa ausencia de valorar cuando ya lo hemos perdido.

“La Strada” es una poesía social muy bien declamada en fotogramas, donde nos sumerge en un mundo de emociones tan hermosas como la gran sonrisa angelical de Gelsomina. Esta cara de payaso representada en ella, será por siempre, una de las imágenes más inolvidable desde el mismo nacimiento del cine como expresión del verdadero arte puro.

Por lo tanto, recomiendo esta gema a los nuevos cinéfilos, para que aprecien el cine clásico, como manera de conocer ese mundo que no está perdido y puedan entender el cine actual.

CLAVES

Premios

Se estrenó en el XV Festival Internacional de Cine de Venecia el 6 de septiembre de 1954 y ganó el León de Plata.

Hollywood.

Fue candidata al Oscar en 1956 en la categoría de mejor guion (Federico Fellini y Tullio Pinelli), y ganó el premio a la mejor película de habla no inglesa.

Protagonista.

Anthony Quinn había manifestado que Fellini lo dirigió sin piedad; porque el director andaba buscando la perfección del personaje, y lo logró.

Gran actor.

Anthony Quinn es brillante.

Su trabajo como actor con diferentes directores y géneros, hizo que su imagen fuera un ícono de excelencia.

Música.

La banda sonora de la película fue escrita por Nino Rota (el mismo del Padrino).