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ACOSO SEXUAL

Weinstein vuelve a la corte para buscar que sean retirados los cargos en su contra

Foto de archivo.

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¿Podría Harvey Weinstein, enemigo público número uno del movimiento #MeToo, terminar en libertad? Este jueves, el otrora poderoso productor volverá a presentarse ante la justicia de Nueva York con su abogado estrella Ben Brafman, para pedir al juez que desestime los cargos de agresión sexual en su contra.

Brafman dice que el mal desempeño de la policía, específicamente el trabajo de un investigador, ha "contaminado irreparablemente" el caso.

Se enfrentará a los fiscales ante el juez del tribunal penal de Manhattan James Burke, para una audiencia que podría cambiar el destino de Weinstein, de 66 años, quien de ser declarado culpable podría enfrentar una condena a cadena perpetua.

Aunque un cargo en su contra fue rechazado, Weinstein, quien fue detenido en mayo, aún enfrenta cinco cargos por una presunta violación en marzo de 2013 y un acto forzado de sexo oral en 2006.

El deshonrado productor de Hollywood ha sido acusado por más de 80 mujeres de conductas sexuales inapropiadas. Él insiste en que todas sus relaciones sexuales fueron consensuadas y permanece libre tras el pago de una fianza de un millón de dólares.

Pero el escándalo acabó con su carrera, y la de Weinstein se convirtió en la primera de una catarata de acusaciones contra otros hombres poderosos de Hollywood, la industria mediática y otras.

Tras su arresto y acusaciones, las activistas del movimiento #MeToo esperan que el padre de cinco hijos, que se ha casado dos veces, sea juzgado, condenado y enviado a prisión.

Pero Brafman, uno de los abogados defensores más célebres de Estados Unidos, ha logrado que la fiscalía desestime varias acusaciones, incluido un supuesto caso por acto forzado de sexo oral en 2004, presentado en octubre por la exactriz Lucia Evans.

Errores en la investigación

Los investigadores decidieron no dar cabida a este último caso, luego de que se conociera que un detective que trabajó en la investigación no había revelado testimonios de testigos que contradecían el relato de Evans.

Una amiga dijo que la había oído decir que voluntariamente había accedido a practicarle sexo oral a Weinstein para conseguir un papel en una película.

Según Brafman, el detective en cuestión, Nicholas DiGaudio, cometió otros errores.

Presuntamente, le dijo a otra acusante, Mimi Haleyi, quien dice que Weinstein la forzó a tener sexo oral en 2006, que eliminara mensajes de texto que podrían ser vergonzosos para ella, a pesar del consejo de los investigadores que le habían dicho que no lo hiciera.

Al parecer, tampoco fueron revelados a la defensa los mensajes afectuosos que Haleyi envió a Weinstein después de la presunta agresión, que habrían introducido un factor de duda sobre la naturaleza forzada del encuentro.

Sin embargo, la fiscalía quiere que el caso continúe y rechazan la moción de Brafman de que el proceso es irreparable, ya que la conducta del detective solo afectó el caso de Evans y DiGaudio ha sido retirado del caso.