CINE/COCALECAS
"Bohemian Rhapsody" luce extraordinaria música en medio de una historia sin profundidad
La película da inicio en 1970, cuando Freddie Mercury (Rami Malek), Brian May (Gwilym Lee), Roger Taylor (Ben Hardy) y John Deacon (Joseph Mazzello) formaron la banda “Queen”, que luego se convertiría en una las más legendarias de todos los tiempos. Pero detrás de la fachada de confianza y estilo de Mercury, se va desarrollando una inestabilidad emocional, no solo con su sexualidad, si no con su entorno por querer parecer algo que no es.
Cuando su gran amor, Mary (Lucy Boynton) se separa de él, Freddie rompe el contacto con los miembros de su banda y trata de ser igual de exitoso como solista.
Aquí hubo varios problemas. Primero, Rami Malek reemplazó a la estrella de "Borat" Sacha Baron Cohen en el papel principal de Freddie Mercury; luego el director Bryan Singer, 16 días antes de culminar la filmación fue despedido y Dexter Fletcher tuvo que tomar las riendas. Todas las señales apuntan a un desastre, y desafortunadamente así ocurre.
Pero el mayor de los problemas no es siquiera el desastre de la producción, es la presentación suave de un personaje que a leguas tuvo una vida corta y tormentosa.
Los excesos de Mercury en “Bohemian Rhapsody” solo se presentan por encima y los pesados últimos años del cantante están completamente obviados, creando una impresión de que se trata de un homenaje placentero y conmovedor.
Los demonios de Mercury, que aunque son medianamente presentados, al final son tratados como una simple historia de superación, apoyada en una muy buena banda sonora y secuencias forzadas para gustarle al público.
Es más fácil emocionarse con la extraordinaria música que sumergirse en las profundidades de su alma, porque la música y las escenas de los conciertos son realmente grandiosas y cran una extraordinaria escena atmosférica.
Aparte de estas limitaciones, "Bohemian Rhapsody" respira puro rock 'n' roll, incluso si falla constantemente en explicarse. Rami Malek presenta a un Freddie Mercury excesivamente sensible y complejo, su frágil personalidad brilla una y otra vez.
Gwilym Lee tiene mayor éxito como Brian May, quien roba cada escena con su mera presencia una y otra vez animando la película con su encanto. Lucie Boynton presenta a Mary Austin, la leal amiga de Mercury, y la responsable de presentar el lado suave y tierno del cantante británico.
Como es habitual en una película biográfica, la realidad aquí está diseñada para agilizar la acción de forma dramática. Esto no solo se aplica al principio, que de hecho ha sido algo diferente, donde en poco tiempo nos cuentan los inicios de la banda y de Mercury en ella, los años del cantante viviendo en Munich también se tocan en un nivel superficial.
En cuanto a su sexualidad, "Bohemian Rhapsody" nunca es explícita, los directores la dejan expuesta tras un par de secuencias donde las insinuaciones son muy obvias, pero como espectador, uno puede pasarlo benévolamente como una alusión al hecho de que Mercury nunca comprometió su arte en contra de su propia homosexualidad.
El filme no aprovecha su plataforma para contar una historia, quiere abarcar tantos temas que no termina ninguno de estos y peligrosamente, roza en el morbo.
Las actuaciones de la banda y sus representantes son lo más rescatable, amén de la conocida banda sonora que nos impregna el sentimiento y la razón por la que amamos la banda.
Vemos un guion mediocre que no aporta ningún dialogo interesante mas se preocupa por acelerar las acciones y tan solo presentar destellos de lo que realmente esperábamos.
Para los fanáticos de Freddie Mercury y Queen, la electrizante y nostálgica música será importante para ser testigos de la historia de cada éxito. El resto, es pura decepción e impotencia por lo que pudo ser y no será.