CULTURA
Don Quijote y Jacques Brel, un idilio entre soñadores que vuelve a escena
Cuando Jacques Brel, ya de retirada, vio en Broadway "El hombre de la Mancha", el musical de Dale Wasserman que llevó el mito de Cervantes al Carnegie Hall de Nueva York, compró los derechos para ponerle su voz en francés, una obra que vuelve a escena medio siglo después con producción española.
En verano de 1968 el espectáculo arrancó en el teatro de la Monnaie, la ópera de Bruselas, que retoma hoy este proyecto sacudido entonces por la crítica belga: Brel solo logró el éxito en los escenarios de París.
De la mano del Cervantes de Bruselas, el KVS -el teatro nacional flamenco- y el Teatro Español, que programará en mayo la obra, original en francés y con subtítulos, Bélgica rinde ahora homenaje a su estrella, a un soñador que encontró en el Quijote un reflejo de sí mismo.
"Todo el mundo es Don Quijote, creo. Todo el mundo tiene esa faceta. Lo espero, al menos... Estoy seguro. Todo el mundo tiene unos cuantos sueños", decía Brel.
Precisamente en torno a los sueños y al deseo de ver un mundo mejor gira el espectáculo retomado ahora por el KVS, con el libreto y la música originales, compuesta por Mitch Leigh y Joe Darion, la orquesta de la Monnaie y el argentino Gerardo Salinas en la dramaturgia.
"En el mundo en el que vivimos, que haya un persona que aún cree en un mundo mejor y que lucha por él, contra unos hábitos de un mundo que no funciona y que solo ha generado dolor y catástrofes, es muy necesario", afirma a Efe la directora del Teatro Español, Carme Portaceli.
La valenciana espera que el espectáculo tenga buena acogida en España, no solo por los nostálgicos de Brel sino también entre aquellos que quieran conocer más este mito de la literatura española "que muchos no entienden porque no se les ha explicado bien", y porque "es una obra que llega al corazón".
Con lleno total en Bruselas, donde se representará hasta el próximo día 28, "El hombre de la Mancha" irá después a Lieja y a Turnhout y, tras pasar por Madrid en 2019, viajará a Uruguay.
Brel, ya cansado de los escenarios y frágil -perdió 10 kilos para interpretar al caballero de la triste figura- encontró en Don Quijote un "alter ego" y en las letras de Joe Darion, que tradujo para su versión del musical, su propia visión de la vida: "Soñar un sueño imposible", reza el primer verso de "La Quête" (La Búsqueda), uno de los principales temas.
"Amar hasta el desgarro. Amar, incluso demasiado, incluso mal. Tratar, sin fuerza ni armadura, de alcanzar la estrella inaccesible", canta Don Quijote, esta vez interpretado por Filip Jordens, gran conocedor e imitador de Brel, incluso parecido en el físico, que décadas después reencarna la voz del cantante bruselense.
Brel logró convertir unas letras de musical americano en unas canciones "que ya solo puedes imaginar en su voz y que forman parte del universo de sus letras", afirma a Efe Felipe Santos, director del Cervantes de Bruselas.
"Él se consideraba un 'Quijote', siempre se sintió muy cerca del mito, por ser alguien que decía ver lo que nadie veía y que era considerado un loco cuando la realidad pesaba tanto, algo que el propio Brel reivindicaba en sus canciones".
Con un montaje transgresor que incorpora elementos de este siglo -proyecciones en escena, juegos de cámaras en directo, subtítulos y algunos guiños al lenguaje actual- este Hombre de la Mancha es fiel al espectáculo de Brel y a la propia creación de Cervantes, que aparece en la obra como espectador de su propia creación.
Una oda a los sueños, a la imaginación y a la poesía, con un reparto que refleja el mosaico cultural que es hoy Bruselas: actores belgas y de orígenes de Albania, Congo, Sudáfrica, Polonia, Italia o Marruecos dan vida a Don Quijote, Sancho, Dulcinea, la sobrina y los otros personajes que Alonso Quijano se encuentra en su camino por la Mancha.