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UN PUNTO DE VISTA

"¿A qué te sabe la luna?": ejemplar montaje teatral dominicano

Por años, he pensado que el teatro infantil aparte de recrear, entretener o generar siempre un pro para el espectador de Santo Domingo, es que además el espectador pueda confrontar y disfrutar de una excelente oferta artística.

El pasado fin semana dentro de la programación que ofrece la Fundación Teatro Cúcara-Mácara y NovaTeatro, el público pudo presenciar el magnífico montaje infantil: "¿A qué te sabe la luna?", basado en el cuento infantil de Michael Grejniec y expuesto por esta agrupación que arriba a sus 37 años de labor artística.

Radiografiar a esta fundación y su legado no resulta nada fácil. Esta circunstancia compromete cualquier intento de obtener una veraz aproximación tanto a la trayectoria profesional como a la trascendencia personal y artística de una individualidad tan connotada y definida como lo ha representado la presencia en tierras dominicanas, como es el creador, titiritero y actor Basilio Nova.

Incluso, el hecho de pretender esbozar un perfil de su actividad como gestor teatral podría situarnos en un terreno harto complicado debido a que su labor creativa no se ha restringido a esta representativa actividad sino que, se ha diversificado en tiempo y espacio hacia trayectorias fusionadas del teatro y la enseñanza, lo que lo ha convertido en una entidad creadora que, obligatoriamente debe de ser percibida bajo parámetros de un reflexivo intelectual, sutil crítico y visualizador del difícil universo del teatro infantil dominicano.

Son contados los grupos y los creadores dominicanos que buscan dar oportuna respuesta a estas interrogantes. Un ejemplo de esa actitud de cambiar los paradigmas lo constaté el pasado sábado en la sede de los Cúcara-Mácara gracias al sólido trabajo verificado en este nuevo espacio para la creación donde se presentó la producción infantil –pero con rasgos de abarcar a toda la familia- de la pieza ¿A qué te sabe la luna? escrita y dirigida por Jean Helmuth y producida por Ana Jiménez Grullón.

La anécdota que nos cuenta, es muy sencilla: hace mucho tiempo que los animales deseaban averiguar a qué sabía la luna. ¿Sería dulce o salada? Tan solo querían probar un pedacito. Por las noches, miraban ansiosos hacia el cielo. Se estiraban e intentaban cogerla, alargando el cuello, las piernas y los brazos.

¿Quién no soñó alguna vez con darle un mordisco a la luna? Este fue precisamente el deseo de los animales de esta historia. Tan solo querían probar un pedacito, pero por más que se estiraban, no eran capaces de tocarla. Entonces, la tortuga tuvo una genial idea probar la luna.

Del tratamiento del tema, la formulación del argumento, el perfilamiento de los personajes, el trabajo artístico de diseño y realización, la idea musical, el trabajo histriónico con objetos, la visual de resolución espacial, la búsqueda de una conexión con el espectador infantil y la articulación de un todo significante, hicieron que esta propuesta estuviese orientada en romper con las convenciones y estereotipos que, por lo general atrofian a buena parte de lo que se muestra como trabajos para niños y para todo público.

La labor artística fue compacta y lúcida; destacaron la joven actriz que arranca con muy buen pie, Elsa Laura como la Luna con verdad y fuerza creativa; Valentina Castellanos, Johanny García y Basilio Nova, fluidos histriones, que crearon esa sensación de un trabajo consistente, bien calibrado y lleno de entrega que dio, sin duda alguna, un hálito de cambio a lo que entiendo, debe ser el trabajo creador para nuestra infancia. Sobriedad en todos los elementos que conformaron este trabajo, apego artístico para decir lo que debía decir y una justeza estética en cada una de las partes dieron ese sí que uno aspira hallar en montajes de esta clase.

Para terminar, diré, estimado lector, es necesario pasar un rato de solaz con el niño o niña, el teatro infantil debe conllevar sea bien, un mensaje o una serie de valores que, de forma directa o indirecta, toque la recepción del infante como lo hace esta proposición.

¿A qué te sabe la luna? en su totalidad fue un acierto. Su logro aplaudible. Su capacidad energética bien ajustada. Una obra que, desde mi punto de vista, es ganancia y esfuerzo que gracias a la programación de la Fundación Cúcara-Mácara, seguirá mostrándose esta obra todo el mes de septiembre del 2018, en la sala NovaTeatro, en la calle Benigno Filomeno de Rojas #54 -Zona Universitaria.

CR (@miPuntoCritico)

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