PANTALLA GRANDE
Misión: Imposible repercusión
Toda película de espionaje debe tener una imagen sofisticada, elegante y una buena dosis de acción. Esto es lo que desde siempre ha tenido la saga “Misión: Imposible” desde su inicio, primero en la televisión y luego en el cine, de la mano de Tom Cruise.
Lo que si no había tenido, por lo menos hasta las dos últimas entregas, era una continuidad en el aspecto de la producción y la estética de cada filme independiente.
Esto, pese a que el productor y protagonista es el mismo Cruise. Esto por la visión y estilo de los cuatro directores que hicieron igual número de episodios: Brian De Palma, John Woo, J.J. Abrams y Brad Bird. Eso hacía que cada una de ellas funcionara como una pieza individual.
Es por esto que la presente, “Mission: Impossible-Fallout” es más una secuela de la anterior, “Rogue Nation”, ambas dirigidas por Christopher McQuarrie, quien es el único que ha repetido en esta serie.
Al parecer, este realizador estadounidense se lleva bien con Cruise, con quien ha hecho otros filmes como “Jack Reacher” (2012), y también ha sido el guionista de otras del actor como “Valkiria” (Bryan Singer, 2008), “Al filo del mañana” (Doug Liman, 2014), y “La momia” (Alex Kurtzman, 2017).
En la cinta, Ethan Hunt y su equipo del MIF, es decir Mission Impossible Force (esa traducción de las siglas al castellano como FMI, hace recordar instituciones más odiosas) continúan luchando contra El Sindicato, organización que los tuvo de frente en “Rogue Nation” y regresan personajes como Solomon Lane (Sean Harris), Ilsa Faust (Rebecca Ferguson) y Alan Hunley (Alec Baldwin).
La película busca la forma de unificar la saga, que por lo expuesto anteriormente no sucedía, haciendo guiños a pasadas entregas, como el hecho de que White Widow (Vanessa Kirby), y su hermano Zola (Frederick Schmidt) sean hijos de Max, traficante de información que en la primera de 1996 interpretaba Vanessa Redgrave, o que se conozca qué sucedió con Julia (Michelle Monaghan) la esposa de Ethan Hunt, con quien se casó en la tercera (2006).
Una película entretenida que juega como en las demás con las intrigas y los giros dramáticos en los que, como en otras cintas de espías, no se sabe cómo es fisícamene el villano, John Lark.
Como siempre, lo mejor son las secuencias de acción y escenas de riesgo y de impresionante forma de rodar, como la de paracaídismo o las de la lucha entre los helicópteros. Ideal para pasar el rato.