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El Festival de Cine Global Dominicano (FCGD) ha dado inicio el miércoles, y ha sido un espacio para resaltar algunos aspectos del cine local y hacer peticiones en el mundo del teatro.

Es lo que ha hecho Manuel Corripio, quien habló durante la inauguración de esta edición número 11, que tuvo como escenario la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional, y que contó con la presencia de Leonel Fernández, presidente de Funglode, y el del alcalde del Distrito Nacional, David Collado.

Corripio defendió las comedias que se realizan en el país, destacando que estas dan fuerza económica a la industria cinematográfica. “Ha contado con todo el apoyo de las personas que van al cine y gracias a ellas, a los productores de comedias, y a ese público que apoya masivamente, encuentra sostenibilidad”, expresó Corripio, tras precisar que esto sucede pese a que son “altamente criticadas”.

El empresario también alabó que la Ley de cine dé cobijo, no solo a los que quieren hacer filmes humorísticos, sino también a todo un grupo de jóvenes cineastas que “empieza a probar los límites, a dónde puede llegar, a hacer travesuras”.

En este espacio mencionó producciones como “Carpinteros”, de José María Cabral; “Cocote”, de Nelson Carlo de los Santos; “Sambá”, “Cochochi” y “Jean Gentil”, estas últimas de Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas, que se han paseado por festivales internacionales, obteniendo varias de ellas reconocimientos. “Ese joven empieza a defendernos con acciones de adultos y con ideas que trascienden”, sostuvo el también productor cinematográfico.

En la gala se reconocieron a varias personalidades, entre ellas al dramaturgo y actor Franklin Domínguez, honrado con el premio Francisco Palau, cineasta con quien realizó la película “La silla” (hoy desaparecida) en 1960.

Domínguez aprovechó el escenario para pedir que se hagan teatros municipales para que las obras puedan movilizarse en giras permanentementes por el país. “Que los espectáculos y las obras no solo puedan presentarse en la ciudad capital y deban ser retirados después de dos o tres funciones”, pidió el autor de “Se busca un hombre honesto”, quien entiende que esos espacios deben tener un escenario preparado para conciertos sinfónicos, danza y teatro. “Aumentaría visiblemente el desarrollo cultural del país; despertaría vocaciones dormidas”, aseguró Domínguez.