MÚSICA
Un estadio a los pies de Timberlake
Justin Timberlake cerró el sábado la segunda noche del Festival Presidente de la mejor forma. Su singular mezcla de pop, soul y Rhythm & blues, su baile y atractiva personalidad cautivaron a la multitud que se reunió en el Estadio Olímpico Félix Sánchez para tener la experiencia de verlo por primera vez en el país.
Pasadas las 12:00 de la medianoche dio inicio a su espectáculo, con el sonido de una grabación de la famosa canción “My Way”, en voz del legendario Frank Sinatra.
Esto dio paso a un juego de luces impresionante que cubrió como un techo móvil a la audiencia desde el enorme escenario.
Esto dio paso a gritos de emoción de parte del público mientras que en las enormes pantallas se veía la imagen de Timberlake, que entonaba la primera canción del repertorio, “Only when I Walk Away”, que trajo la energía característica del también compositor e instrumentista.
“What´s up?”, dijo a la audiencia Justin Timberlake, quien ataviado con un traje negro y sombrero, y acompañado de una excelente banda y coristas, interpretó temas como “Drink You Away”, “Future- Sex/LoveSound”, “My love”.
“Estoy muy feliz de estar aquí por primera vez”, dijo en un castellano que él mismo había dicho que hablaba muy mal. Luego de esto dio paso a la canción “Summer Love”, de su álbum “Future- Sex/LoveSound”.
Pero sin dudas uno de los más esperados de la noche y de los más coreados por el público fue “Cry me a river”.
Como a otros artistas que actuaron antes que Timberlake, a este también le pasaron una bandera dominicana. Finalizó su actuación con la canción “Mirrors”, uno de sus más populares temas, cerrando una actuación que llenó de energía al estadio.
El Festival Presidente volvía, de esta manera, a entregar al público nacional un artista estadounidense de los más importantes de los últimos 20 años, como hizo en 2014 cuando presentaron a Bruno Mars.
Previo a Timberlake estuvo el colombiano Carlos Vives, quien se presentaba por tercera ocasión en el escenario del Festival Presidente. Acompañado como siempre por La Provincia, su banda, Vives llegó en su “Bicicleta” con ganas de pasarla bien frente a su público dominicano.
El artista, quien hace dos décadas supo mezclar el vallenato con elementos del rock y del pop, y acercarlo a más público, ahora ha hecho lo mismo con este y el reguetón, logrando una muy buena combinación.
Es por esto que tuvo como invitado a Wisin, con quien interpretó los temas.
“Al filo de tu amor” y “Nota de amor”.
No faltaron éxitos como “Pa´ Mayté” “Fruta Fresca” y “La tierra del olvido”, para despedirse con “Robarte un beso”.
Wisin, quien actuó antes que Vives, encendió el escenario con la fuerza de su reguetón, y el público recibió a un artista que se entregó por completo y que a base de experiencia ha logrado un conocimiento pleno del manejo escénico.
El boricua demostró una vez más ser un consentido de la audiencia dominicana, que lo recibió de la mejor forma.
Un detalle que tuvo la participación de Wisin fue el hecho de que supo gozar de la virtud que tiene de contar con un repertorio de reguetón, conocido de su etapa con Yandel, y de nuevos experimentos con ritmos como el vallenato.
En ese sentido, su repertorio estuvo matizado por la unión de canciones antiguas como “Rakata”, “Mayor que yo” y “Mírala bien”, las cuales mezcló con temas de sus más recientes producciones como “Vacaciones” y “Adrenalina”.
Fuegos
Efectos. Los artistas que desfilan por el Festival Presidente tienen como marco para sus presentaciones un impresionante escenario que cuenta con efectos bien llevados. Aparte de las pantallas gigantes y las luces, tienen el apoyo de fuegos artificiales que al final de cada noche y durante las actuaciones otorgan mayor vistosidad. Los fuegos artificiales se activan desde 30 posiciones que están ubicadas detrás del escenario y alrededor de este. Estos son controlados por un técnico especializado desde el centro del estadio. Un momento piromusical tuvo lugar durante la actuación de Wisin, con fuegos en los bordes de la tarima que danzaron al ritmo de la música. Al final, como en cada jornada, una fiesta de bellas explosiones cubrió el cielo.