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DESDE LA ÚLTIMA BUTACA

Sopyonje

Entre las películas más notables en el arte musical tradicional coreano conocido con el nombre de Pansori, se encuentra “Sopyonje” (1993). Además de su excelencia técnica, fue un éxito en la taquilla, convirtiéndose en la primera película coreana en convocar más de un millón de espectadores, solo en Seúl.

Más que un homenaje al Pansori, estamos en presencia de un tratado de intención, un homenaje al artista, al ser creativo capaz de sacrificar lo que ama por alcanzar la perfección.

Además de su hermosura, “Sopyonje” es una película triste. En ella sobresale un guion que respeta la inteligencia del espectador. Y dentro de ese guion merodea una historia que no solo provoca introspección, sino también ingenio reflexivo. Aquí hay una puesta en escena apreciable, que no por dramática deja a un lado su tono sentencioso, dulce y a la vez cruel. Aquí, la fotografía no es un arma para deslumbrar, ni un elemento de esplendor, sino un complemento de la historia que crece en intensidad y belleza en la medida en que la trama también lo hace.

Las actuaciones son inolvidables, sobre todo Jo Jae-hyeon, en su rol de padre de la joven virtuosa. Su rostro lo dice todo. No solo sabe viajar de lo sublime a lo ridículo sino que en la medida en que se acerca a la villanía, la cámara transforma su maldad en un epicentro ingenuo cuya trascendencia cruza la pantalla para adentrarse en la memoria del cinéfilo. Ese trabajo profesional es imperceptible para el consumidor de palomitas y refrescos; se logra tanto en los primeros planos como en la gestualidad del personaje.

Myun-gon Kim, no solo hace las veces de su hija: simboliza la docilidad ante la autoridad paterna, la obediencia debida antepuesta a su propia proyección y la aceptación de un destino que no desea.

Si algún mérito extra cinematográfico se le puede endosar a Im Kwon-taek es su homenaje a la cultura coreana, personificado en una joven expuesta a todo sacrificio con tal de alcanzar la perfección como intérprete de un género vocal que se resiste a morir frente a la posmodernidad.

“Sopyonje” respira vida. Tiene la hondura y la perfección del arte perdurable. Es de esas películas que se consagran fuera de las fronteras donde fue creada. Es, sencillamente, un legado que no podrá pasar inadvertido por la historia del cine.

Ficha técnica: País: Corea del Sur. Año: 1993. Duración: 111 minutos. Dirección y guion: Im Kwon-taek (Gwangju, 1936). Premios: Oso de Oro honorario (Berlinale, 2005). Reparto: Jo Jae-hyeon, Myun-gon Kim, Jung-hae Oh y Kim Kyu-chul. Sinopsis: Un padre dedica su vida a que su hija (e hijo adoptivo) se conviertan en los mejores exponentes del arte musical tradicional coreano conocido con el nombre de Pansori. Para lograr este propósito no descansará aunque tenga que tomar las decisiones más drásticas contra su familia.

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