Entretenimiento

Crítica

“Viva la libertá”

Film. Viva la Libertá del director Roberto Andó.

Armando Almánzar R.Santo Domingo

A primera vista, cualquier podría pensar que “Viva la Libertá”, del italiano Roberto Andó, es una comedia. A primera vista. Porque, por menos que piensen, van a ir descubriendo los hilos cada vez menos tenues sobre esta diatriba sobre lo que es la democracia en Italia.

Por supuesto, este filme se rodó en 2013, y es mucho que ha pasado desde que Matteo Renzi está en el poder y hasta en el Vaticano con Francisco Begoglio.

Pero es evidente que el decurso de la historia particular política de Italia está plagada de atrocidades, de crímenes políticos, de mafias enquistadas en todos los ámbitos (la iglesia incluida), de corrupción por los cuatro costados.

Y por eso, aún luego de Renzi y Francisco, suena y se impone el discurso político de Andó cuando nos ofrece la historia del líder de la oposición, Giovanni Ernani, cuyas debilidades y estupideces están hundiendo su partido y con ello empeorando la situación general. Y cuando Giovanni, aturdido por las críticas, un buen día desaparece del ámbito y cunde la desesperación en su partido, Andrea Bottino, su mano derecha, tratando de dar con su paradero, va a dar a casa de Enrico Oliven, su hermano gemelo.

Y entonces, cuando un periodista le entrevista en un bar creyéndole el líder, surge la idea: en tanto aparece el real, vamos con el gemelo.

Pero resulta que ese gemelo acaba de salir nada menos que del manicomio, y se toma su rol tan en serio que sacude el estamento político por completo, no solamente su partido, sino a todo el espectro de la política italiana.

Ernani muestra un breve video con Federico Fellini que despotrica con la política y los políticos, y toma sus palabras para él, seduce a los votantes en proximidad de elecciones, seduce a sus rivales, al Presidente de la República, a todos; sus palabras impactan por las suelta sin tapujos, sin disimulos, sin disfrazar sus ideas por conveniencias de grupo.

Lo suyo es, prácticamente, una revolución sin armas.

¿Sería posible? Tal vez no, tal vez esta historia de Andó y Angelo Pasquini no sea más que una simple fábula; pero es una fábula que nos llega y quisiéramos para nosotros.

Y además, es muy buen cine, y con una doble y fabulosa actuación de Toni Servillo, un grande del histrionismo en Italia y el mundo.

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