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VESTUARIO

La música "grupera" de México también tiene su propia alta costura

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Juan Ramón Peña | EFEMéxico

Vestir a la moda grupera puede costarle a un músico mexicano desde 2.000 hasta 25.000 pesos (de 150 a 1.920 dólares), dependiendo si se forma parte de una banda modesta o si se es una leyenda de la épica norteña como Ramón Ayala y sus Bravos. Los héroes populares del corrido, el pasito duranguense y el norteño conforman una estética aparte en la música mexicana: sombreros, grupos uniformados, botas, cintos de grandes hebillas y un traje de bordados y estampados en colores vivos. "Se engalanan o ensalzan artículos que vienen de una necesidad de trabajar en el campo, con los caballos y el ganado", explicó hoy a Efe Toño Aldeco, conductor del canal de televisión Bandamax, dedicado en exclusiva a este panorama musical. Surgidos del pueblo y cantando para el pueblo, los gruperos elevan a la categoría de mitología las historias surgidas en la base de la sociedad, de rancho en rancho, de plaza en plaza, siempre con el denominador común de su llamativo vestuario. Antonio Escobar lleva casi toda su vida en el mundo de la costura, y desde hace unos años se dedica en su taller de Guadalajara a diseñar los atuendos de músicos sin la bolsa demasiado llena. "Lo importante es que no sean calurosas, ni pesadas, y que duren mucho", relató Antonio Escobar, que tiene su taller en la occidental ciudad de Guadalajara. El precio viene determinado, en primer lugar, por la calidad de la tela. Un traje hecho por él ronda los 2.000 pesos; si es de charro -la indumentaria de gala típica del mariachi- 3.000 pesos (230 dólares); por trabajos muy, muy lujosos, con herrajes de plata, con bordados de hilo bañado en oro, puede pagarse hasta 25.000 pesos. Escobar procura que sus diseños -cada banda debe verse diferente a las demás, con su símbolo- no sean recargados "para que no se vean como anuncios" y sean más o menos conservadores. Toma los pedidos a cinco semanas. "El músico es muy dado a vestirse lo más barato que pueda, cada año cambia de traje", explicó. Considera que los gruperos de la sinaloense "Banda El Recodo" son los que marcan el paso de la moda. Se visten en un término medio de calidad, pero como cambian muy frecuentemente, "llaman la atención por el repertorio de trajes". El precio hay que multiplicarlo por el número de miembros del grupo, que suele oscilar entre cuatro y diez habitualmente; añádase complementos como sombrero, cinto y botas. La suma total puede ser considerable, aunque no tanto considerando que los grupos que gozan de cierta fama en el país se cotizan entre el medio millón y 1,5 millones de pesos por actuación (de 38.460 a 115.300 dólares). Uno de los sastres más reconocidos en el ambiente grupero es Jorge Tajimeroa, que tiene su tienda en la norteña ciudad de Monterrey, donde se siente con fuerza el género. Entre sus clientes están el legendario Ramón Ayala -con cuatro premios Grammy en su haber-, Los Huracanes y Los Cardenales. Por una chaqueta normal cobra 350 dólares, pero si le encargan algo muy exclusivo, con telas especiales e incrustaciones, la factura es por lo menos de 1.500 billetes verdes con la cara del tío Sam. Al menos la mitad de sus clientes son grupos hispanos del sur de Estados Unidos, donde la música grupera está muy de moda. Según Aldeco, la vestimenta de los gruperos estadounidenses es más casual: algunos prescinden del sombrero, se adornan de forma más estilizada y pueden sustituir las botas por botines, más discretos. Musicalmente, también hay una diferencia: "no se pueblea tanto, las ciudades en Estados Unidos son más parecidas", explicó, y eso hace que los ritmos no se mezclen tanto como en el caso de los mexicanos, que entran en contacto con más influencias. Su sonido varía frente al habitual canto al amor o a la desdicha por éste -frecuentemente por haber sido infiel- y se centra más en la melancolía por las raíces mexicanas. Hay, como en México, diversas clases. "La música grupera se fija en las necesidades aspiracionales, la máxima expresión de éxito es estar enamorado, sentirse deseado", indicó Aldeco sobre la sobredosis de mujeres voluptuosas y lujo que acompaña algunos vídeos.

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