Santo Domingo.- Hace 15 años el destino enfrentó a Ramón Orlando y a Juan Luis Guerra cuando la directiva de la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte) decidió empatarlos con el Soberano de los premios Casandra. Muchas fueron las críticas a favor y en contra de la decisión, ya que Juan Luis había sido ganador del mismo premio el año anterior. Ha llovido mucho desde ese entonces, hasta que en una entrevista con Colombia Alcántara en el programa “El especial” (Telecentro) Ramón Orlando externó su queja y reclamó: “A Juan Luis le entregaron en el 91 todo lo que le correspondía y en el 92 todo eso era mío”. El maestro explicó que la directiva de Acroarte, que encabezaba Joseph Cáceres, se inventó otro Soberano porque a Juan Luis le habían entregado el Grammy americano días antes del Casandra. El encuentro Fue en 1985 cuando el destino juntó por primera vez a estos dos genios de la música dominicana. Para ese entonces, ambos pertenecían al sello Karen Records, propiedad de Bienvenido Rodríguez. Ramón Orlando trabajó con Juan Luis en los arreglos musicales del disco “Mudanza y acarreo”. Sobre esta experiencia Ramón relata: “Al principio de su carrera, Juan Luis, en vez de ponerse el sombrero en la cabeza se lo ponía en los pies”. Y es que según asegura, el maestro Valoy fue quien le enseñó “los trucos” a Juan Luis para realizar los arreglos del merengue. Para esa fecha ya Ramón, que venía de una gran experiencia al lado de su padre en la Tribu de Cuco Valoy, había formado La Orquesta Internacional. En tanto que Juan Luis comenzaba a despegar con un estilo diferente de presentar el merengue, tanto en sus arreglos como en sus letras. Cada uno en su estilo lograron un despegue fenomenal. Juan Luis con una mayor incidencia internacional, pero en cambio, Ramón Orlando con una popularidad extraordinaria con su disco de baladas “The king of baladas” (1987). En cambio, para Juan Luis el gran éxito estuvo en el disco “Ojalá que llueva café” (1990) y “Bachata rosa” (1991). El fenómeno de Juan Luis se expande a Europa, Estados Unidos y a toda América. Ramón Orlando continúa afianzando su carrera en el merengue tanto en el país como en el ámbito internacional con produccio nes como “Weo” y “Diciembre party”. En 1994 Juan Luis decide parar su carrera tanto en presentaciones como en la producción de discos. Unidos en Cristo La vida no sólo se encargó de unir a Ramón Orlando y a Juan Luis Guerra en un estudio de grabación. La fe en Jesucristo los ha unido en el Espíritu. Fue a final de la década de los 80 cuando Ramón Orlando decidió convertirse al cristianismo y a predicar la Palabra de Dios ante el público. Ramón aprovechaba sus presentaciones en la televisión, la radio y en las fiestas que tocaba, el maestro decía: “Cristo viene... Cristo salva. Conviértanse, que Dios les ama”, eran algunas de las frases favoritas de Ramón. Su actitud, muy criticada por muchos de sus fanáticos y no fanáticos no amedentró a Ramón en su deber como predicador. En 1994 Juan Luis Guerra decide parar y se convierte también al cristianismo. Para la música dominicana fue un duro golpe, pero más aún para la música su fanaticada. Juan Luis se dedicó a escuchar la Palabra de Dios y razones de salud también influenciaron en su retiro. En 1998 Juan Luis decide regresar al mundo de la música con un nuevo disco “No es lo mismo ni es igual” y una nueva disquera, Vene Music. A partir de entonces, Juan Luis al igual que Ramón, aprovecha los escenarios para predicar La Palabra y dar ejemplo de lo que el Señor Jesucristo había hecho con su vida. Así lanzó su primer disco de corte cristiano “Para ti”. El éxito continúa sonriéndole con su última producción “La llave de mi corazón” y la gira “La travesía”. Libre de Karen Tanto Juan Luis como Ramón Orlando quedaron libres de la disquera Karen Récord, en la entrevista realizada por Colombia Ramón cuenta: “Viví once años en la cárcel de Karen y Bienvenido Rodríguez, en el desierto. Bienvenido me decía que si no le daba dinero que me olvidara de libertad, que se moría mejor”.
