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Mujeres que asumen la maternidad con valentía

Cada madre vive la maternidad de una forma muy especial y diferente. Algunas, más que otras, deben asumirla con algo más de dificultad.

República Dominicana honra en el mes de mayo a las mujeres que con amor, dedicación y esfuerzo asu­men la maternidad, y se dedican a proteger a sus hijos con un esmero que, a pesasr de ser casi una “norma” en ellas, vale la pena reconocer de forma especial.

En el norte del país re­siden dominicanas y ex­tranjeras que desempeñan dicho rol con cierta excep­cionalidad, al laborar ar­duamente para cubrir sus necesidades y, además, realizar tareas domésticas en sus hogares.

Muchas de ellas por estar divorciadas, solteras o no contar con el apoyo de los progenitores de sus hijos, pertenecen a familias uni­parentales en las que son el pilar.

Mientras que otras cuen­tan con parejas que las apo­yan y se dedican solamen­te a ser amas de casas, no siempre porque sea lo que deseen, sino debido a que sus hijos padecen de tras­tornos y anomalías, por lo que requieren cuidados es­peciales que solo sus ma­dres pueden darles.

Una de ellas es María Cristina Martínez, quien a sus 22 años es la proge­nitora de Eimy Martínez, una bebé de 10 meses que fue operada hace unos me­ses del corazón, debido a que padecía de una cardio­patía congénita (anomalía en dicho órgano).

Junto a su esposo, subía videos en las redes sociales con el fin de que manos so­lidarias los ayudaran econó­micamente para cubrir los gastos médicos.

“Hoy en día lucho cada día para que Eimy se man­tenga bien de salud, para que sea una niña feliz y que tenga todo el cariño que se merece”, comentó la joven.

Mujeres provenien­tes de otros paises se en­cuentran trabajando en las principales avenidas y calles de Santiago pa­ra mantener a sus hijos. Tal es el caso de Yscarlys Hidalgo, una venezola­na que emigró al país jun­to a sus hijos hace cuatro años, y que desde enton­ces se ha dedicado a ven­der donas, empanadas, arepas y churros venezo­lanos en la icónica Calle del Sol de la ciudad, para así alimentarlos y cubrir sus gastos, y ayudar a su madre.

Es la mamá de Yscarlys Rodríguez, una chica de 19 años con el síndrome de Rett (trastorno gené­tico que causa problemas en el desarrollo y en el sistema nervioso), por lo que, requiere de un cui­dado especial, que ha he­cho que esta labore en un horario limitado por el bienestar de su hija.

EXTRANJERAS Otra de las emigran­tes es Rosa Félix, una madre de origen haitiano que debido a su precaria situa­ción económica via­jó a este país en bus­ca de una mejor vida para su hija Solan­yi Félix, quien tie­ne nueve años. Rosa vende ropa interior para mujeres y hom­bres en las aceras de las calles de Santia­go, en las cuales, pe­se al cansancio que puede llegar a sentir, labora con la espe­ranza de algún día vivir en una mejor situación y dejar de soportar ciertas hu­millaciones que, en ocasiones, suele re­cibe.

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