Jean Alain y los plátanos que cuestan 18 meses
Miren, ya nosotros no íbamos a hacer más faroles de Jean Alain y la Procuraduría. Pero es que han surgido unas declaraciones estos días… que Dios mío. Señores yo me moría si no grababa esto. Y mira que a mi mamá no le gusta que me muera.
Sí, sí, lo primero es lo de los plátanos, que los puso de moda Hipólito mandando a la gente a los camioncitos, pero esa es otra historia.
El cuento es simple y ustedes se lo saben: llevaron a Jean Alain a su oficina para abrir la caja fuerte y zas… en vez de documentos, prendas o dinero, encontraron plátanos.
Jean Alain ya nos explicó por qué rayos le llamó la Operación Sancocho, en lugar de Operación Medusa, como quería el Ministerio Público.
Señores, Yeni Berenice, una mujer que fue al FBI a entrenarse para venir a estar allanando plátanos en cajas fuertes. No, no, pero las cosas de Jean Alain…
Lo peor es que Jean Alain tiene pinta de todo menos de comer plátanos. Y ahora nos queda una duda, ¿le gustarán barahoneros o prefiere los cibaeños, como Yeni?
No importa sin son der sur o dei noite: Yo solo les digo algo: los plátanos están caros. Hay unos a 15 pesos, a 20, y hay otros que salen a 18 meses de prisión preventiva.
Y zas… a Jean Alain le dieron a beber del sancocho que preparó.
Póngale usted el precio que quiera pero tenga en cuenta que Yeni Berenice advirtió que el proceso no ha terminado, que habrán más comensales que los próximos días, que vendrán más presos, más gente que tenga que responder ante las autoridades.
(Ojalá y no sea como en Coral, que nos quedamos esperando…).
Algo así como “la Medusa pica y se extiende”. Mierquina, ta malo ese chiste señor escritor.
Junto a lo de los plátanos hubo otro rifirrafe, un pleito de lengua y tonos altos, en realidad.
Resulta que Jean Alain nunca pidió el acceso a la prensa mientras lo estaban acusando. Y cuando le llegó el turno de defenderse, pidió que por favor dejaran entrar a los medios de comunicación. Los fiscales se opusieron, porque los ponía en desventaja, y al final la jueza lo permitió con la advertencia de que no podía referirse a la acusación.
Pues Jean Alain tomó la página 43 de la acusación del Ministerio Público y dijo que era un asunto de honor, entró Yeni y lo interrumpió, la jueza le dio al martillo de madera para que se calmaran, Jean Alain habló más duro, Yeni se regó, la jueza mandó a callar a Yeni, Yeni no se calló, Jean Alain se irritó…
Un pleito de barrio es chiquito, ¡Licey campeón por si acaso!
Jean Alain aprovechó para pedir ser juzgado “por la verdad sin ningún tipo de perjuicios como lo han hecho en otras ocasiones, no por venganza sino por la verdad”.
Jean Alain ha insistido en que lo persiguen por un error que cometió, en referencia al choque que tuvo con Miriam Germán Brito.
Pero también dijo que no se ocupaba de hacer o de dar cursos, que eso era asuntos de recursos humanos. Y que ningún abogado podía decir que le dio o le ofreció algo mientras estuvo como procurador.
Detrás de todo hay una gravísima acusación. Yeni Berenice dice que las nuevas cárceles que empezó a construir Jean Alain son una estafa al Estado. Que parte de lo que se construyó habrá que derribarlo.
Que se compraron equipos cuando la edificación iba por un 50%, que están ahí arrumbados por meses y ahora no se sabe cuántos realmente funcionan. Que se compraron equipos que ni siquiera hoy están fabricados.
En ese lío, dicen los fiscales, hay envueltos 10 mil millones de pesos.
Madre mía.
Esto arrastra un problema de origen. Esas cárceles comenzaron a construirse con el dinero que pagó Odebrecht de indemnización por los 92 millones de sobornos.
Y eso es curioso porque ahora el caso Odebrecht se está tambaleando en un tribunal por falta de unas traducciones.
Pero bueno, que Jean Alain se disfrazó de Bob Construye y ministro de Obras Públicas y comenzó a dar palazos y picazos para levantar las nuevas cárceles: se buscaba 12 mil nuevos espacios para reos e intervenir 41 cárceles y 12 penales preventivos de todo el país.
El resultado, aunque momentáneo, fue el envío a prisión de Jean Alain Rodríguez por 18 meses. Lo mandaron a Najayo, donde mismo están Alexis Medina, Adán Cáceres Silvestre y Luis Maisichel Dicent.
Con él fueron enviados otros tres de sus compañeros: Jonathan Joel Rodríguez Imbert, Javier Alejandro Forteza Ibarra y Alfredo Alexander Solano Augusto.
A prisión domiciliaria mandaron a Rafael Antonio Mercedes Marte, a Altagracia Guillen Calzado y a Jenny Marte.
A Miguel José Moya, la jueza le dictó garantía económica, impedimento de salida y presentación periódica.
Con todo esto, y volviendo a los plátanos, queda algo por aclarar. Una sola cosita. Hay que preguntarle a Yeni si en Najayo el mangú lo sirven de desayuno, o de cena.