voleibol
Mayo Sibilia, la reina de reinas, ya es inmortal
La otrora jugadora de la selección nacional y desde 1974 entrenadora, será la primera fémina que ingresará como propulsora .
Y, finalmente, se hizo justicia con la mayor de todas las reinas que ha tenido el voleibol dominicano.
El que más la conoce afirma que Geovanny –Mayo-- Sibilia acumula méritos sobrados para entrar por la puerta ancha del Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano como jugadora, entrenadora y propulsora, como finalmente ha sido escogida.
“Mayo llenaba todas las expectativas”, enfatiza el inmortal Ricardo Gioriber Arias, su compañero de vida y de cancha por más de cinco décadas, con quien construyó la dinastía del emblemático equipo Mirador del Sur, el más exitoso del voleibol en el país.
“Siento una gran satisfacción.´Yo creo que lo merecía más que yo”, confesó el también entrenador, dirigente y propulsor, quien en 2012 ingresó en esta última categoría al sagrado templo.
La veterana entrenadora, quien el día 18 de este mes cumplirá 80 años, aún está impactada con la buena nueva que el pasado lunes le comunicó su nieto Luis David Reynoso tras verla en las redes sociales.
Aunque nunca perdió la fe -- en parte porque le brotan unos méritos que le hacen ver como una inmortal – le impactó la noticia porque no la esperaba.
“Como habían pasado tantos años y me echaban a un lado no pensé, en realidad yo no estaba pensando en eso”, declaró la primera fémina en ser elegida como propulsora. Con su caso se cumple una máxima de los directivos del Pabellón de la Fama en el sentido de que muchas veces tarda, pero termina haciendo justicia.
“Todavía estoy nerviosa, como que no he asimilado mi elección. A veces me duele el estómago”, manifestó Mayo, cuya idílica relación con el voleibol al comenzó a la edad de 13 años en el Club Gustavo Bejar bajo las orientaciones del profesor Otilio Mirabel.
“El voleibol me ha cambiado la vida, lo siento en el corazón, es mi pasión”, subrayó la emblemática entrenadora, quien desea laborar un año más en el Proyecto Nacional de Selecciones Nacionales Femeninas, que tiene su sede en el viejo pabellón de esa disciplina del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte. “Me siento bien enseñando a las niñas. Eso me da vida”, destacó Mayo, una dama dentro y fuera de la cancha, pero con un carácter que le cuesta aceptar actitudes alejadas del camino correcto.
Su amor por el deporte de la malla alta y el balón es tal que durante los decenios del 70´ y 80 la casa del ensanche Mirador del Sur, en la que aún reside, ella y Gioriber la convirtieron en una mini villa.
“Mayo quitó los muebles de la sala para colocar tres camas dobles”, relató el hombre con cuyo nombre se distingue el Palacio del Voleibol.
En esa vivienda fueron acogidas jugadoras del interior que soñaban con ser grandes en el voleibol –y lo fueron – como la salcedense Magnolia Concepción, la vegana Heida Joaquín, así como las puertoplateñas Mirian García y María –Coqui—Pepín, la más atenta de las centenares de jugadoras que han pasado por sus manos.
Esta alegría que no le cabe en el pecho, doña Mayo la comparte con su familia, con mucha gente que le quiere y que se lo han hecho saber ahora al felicitarle de manera personal y por otras vías, tanto de aquí como del extranjero, así como con las compañeras que tuvo como jugadora en las décadas del 60´ y 70´.
“Este reconocimiento es un sueño largamente anhelado y un justo homenaje a su incansable labor en la formación de miles de jóvenes, incluidas nuestras Reinas del Caribe. No solo ha sido una entrenadora excepcional, sino que ha sido una madre, para muchas, guiándolas, apoyándolas en cada paso de sus vidas”, destacó su hijo Edgar Arias Sibilia.
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Jugadora
Debutó con el equipo nacional en ocasión de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1962 celebrados en Kingston, Jamaica, siendo pieza clave en la consecución de la medalla de oro lograda por el seleccionado tricolor.
Histórico
Sibilia será parte de otra pareja de esposos en el Pabellón de la Fama, ya que su compañero de vida Ricardo -Gioriver- Arias fue exaltado en el 2012. Otra dupla de esposos inmortales la conforman Nelly Pineda y Freddy Gómez Villalón, introducidos en los ceremoniales de 1978 y 1987, como atleta de voleibol y propulsor, respectivamente.