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Victoria Garza llega de México con clavados a ritmo de bachata

Aun cuando finalizó 27 de 29 participantes en la plataforma de los diez metros, hizo historia en “París 2024” al convertirse en la primera clavadista dominicana en competir en unos Juegos Olímpicos.

Victoria Garza es una de muchos atletas mexicanos que han decidido nacionalizarse y representar a otros países en competencias internacionales por falta de apoyo..

Victoria Garza, la clavadista mexicana que como representante dominicana vivió en “París 2024” el sueño de competir “algún día” en los Juegos Olímpicos, siente que tomó la decisión correcta cuando le dio el “sí” a un país que la ha hecho suya.

Al ser cortejada, “Vicky”, como le llaman sus familiares y amistades cercanas, menos su madre Cristina cuando está enojada (“¡Victoria!”), accedió a naturalizarse por la falta de apoyo de la Federación Mexicana de Natación, un paso que previamente había dado el también clavadista Jonathan Ruvalcaba, principal exponente de la natación dominicana.

La joven atleta de 21 años, nacida en Coahuila, Monterrey, más allá de lo meramente deportivo, siente un cariño especial por una nación con la que sin saberlo comenzó a relacionarse en 2015, cuando en la fiesta de su cumpleaños 15 le enseñaron a dar los primeros pasos en el baile de la bachata, género en el que tiene a Romeo Santos como su preferido.

No se trató de un amor a primera vista, dada la incertidumbre que tuvo al llegar el primero de septiembre de 2021 a un lugar con una gastronomía muy diferente a la que tiene la tierra del mariachi, del Chile, y donde no conocía a nadie --ni siquiera a Frandiel Gómez, un clavadista dominicano que comunicó con su madre.

Vicky es hija única y aquí tuvo que residir por un tiempo en casas ajenas, donde por suerte le trataron como si fuera de la familia. También laboró dando clases de natación para agenciarse algunos ingresos y en muchas ocasiones moverse sola para conseguir la documentación, un proceso difícil, que le permitiría naturalizarse dominicana.

“Yo siento que, en verdad, todas esas experiencias que tuve que pasar en este proceso no fue fácil, me hicieron crecer como persona”, resalta la atleta de 5´6 de estatura y 120 libras de pesos.

Disyuntiva

Tanto han cambiado las cosas que ahora tiene una disyuntiva, pues cuando está aquí añora a sus padres Cristina Garza Valdez y Asael Garza, así como la comida mexicana.

“Yo creo que era por lo que más me moría”, refiere Vicky, con una cara de niña buena que confirma su buen proceder.

Un caso contrario le ocurre, pues cuando se encuentra en su tierra de origen le echa de menos a las playas de Quisqueya, al mofongo (“Eso es buenísmio”) y a los tostones maduros, principalmente.

“Me encantan las playas de aquí. No conozco tantas, son súper bonitas”, subrauna Garza que sí ha hecho verano. Ella se inclina por las que tienen un mayor oleaje como Juan Dolio y Bahía de las Águilas.

Radhamés Tavárez, presidente de la Fedona, la define como “una niña maravillosa que ha hecho buena química aquí con nuestros atletas dominicanos”.

Apuntó que en la federación están muy orgullosos y complacidos del esfuerzo realizado para apoyarla porque la decisión de adoptarla está dando sus frutos.

Indicó que seguirán apostando a ella en ruta a los compromisos que tienen por delante, como los Juegos Bolivarianos, programados para iniciar el 28 de noviembre próximo, los Juegos Panamericanos Junior de 20205 (Paraguay) y, finalmente, los Juegos Centroamericanos y del Caribe “Santo Domingo 2026”.

“Estamos muy contentos y, sobre todo, por el cariño y el amor que ella le ha cogido a la República Dominicana, que la representa con tanto orgullo”, enfatizó Tavárez.

“Ella está sumamente aplatanada con la cultura dominicana y nuestras costumbres”.

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