tribuna abierta
El libro de Plutarco Arias, el Covid-19 y el deporte
Un triunfador es aquel que se levanta y busca las circunstancias que desea y, si no las encuentra, las fabrica”
George Bernard Shaw.
“Trillando Caminos sobre la Pandemia del COVID- 19, Visión y Perspectiva”.
La semana pasada recibí del doctor Plutarco Arias, un ejemplar de su reciente obra, título que plasmo en el encabezado de este trabajo.
En la adversidad se conocen los temples y valores. El 2020, será más que un número en el mundo y habrá de recordarse por saecula saeculorum, ya que fue el año en que la pandemia Covid-19, puso el mundo de rodillas.
La República Dominicana no fue excepción, ya que, el primero de marzo, 2020, se conoció el primer caso en la Altagracia. Desde ahí los casos crecieron como verdolagas, trayendo muertes y grandes aflicciones en cientos de familias dominicana, ricos, clase media y pobres.
No hubo un solo dominicano que no perdiera directa o indirectamente un familiar o un ser querido.
Los hogares fueron confinados y el transito reducido a su máxima expresión.
Las actividades sociales, artística y deportivas fueron prohibidas.
Paulatinamente, se fue dando ciertas libertades. Sectores, como el artístico, se las ingeniaron para hacer música con sublime mensaje a través del internet.
El deporte buscó fórmula para seguir con sus actividades, a través de charlas, entrevistas vía el internet, observando el protocolo del cuidado de la salud.
En la República Dominicana se suspendieron todos los eventos deportivos. Suspendida todas las actividades deportivas, surgió un intrépido presidente de la entidad rectora del béisbol invernal, Vitelio Mejía Ortiz, que convenció a los presidentes de las seis franquicias que conforman Lidom, que ese era el momento para que la Lidom hiciera el aporte mayor a la fanaticada y familia dominicana, llevando a sus hogares el pasatiempo nacional para atenuar la ansiedad que vivía el pueblo por la pandemia. Fue en esa circunstancia, que el consejo de directores de la Lidom y su presidente, decidieron llevar ante el presidente Luis Abinader, la idea de montar el torneo con alto protocolo de seguridad.
El presidente no solo vio con buenos ojos la iniciativa de Lidom, sino, que, la recibió con entusiasmo y ante la propuesta de hacer un torneo de 40 juegos, el pidió que fueran de los 50 normales en serie regular.
El presidente Abinader instruyó a su ministro de Salud Pública, Plutarco Arias, coordinar con la Lidom y elaborar un protocolo de seguridad que permitiera la realización del torneo 2020-2021.
Fue en esa condición que el doctor Arias, encargó a su viceministro Edward Guzmán, un joven hacendoso y de condiciones profesiones excepcionales, que se pusiera al mando de la ejecución del protocolo de «béisbol en tiempo de pandemia». el resto, todos lo conocemos.
Guzmán, con un formidable equipo que coordinó la doctora Laura Mora, entregada y capacitada profesional, puso mano a la obra y el torneo fue un éxito, rompiendo record de audiencia y posteriormente dando al país la Serie del Caribe de Mazatlán 2021.
La ejecución del protocolo, fue un trabajo titánico de Salud Pública y Lidom, el equipo que encargó el doctor Arias, trabajó sin descanso, tanto el torneo como en la Serie del Caribe. Los doctores Guzmán y Mora, abandonaron sus oficinas y familia para cumplir con las instrucciones del presidente Abinader y el ministro Arias.
Estos párrafos extensos, pero necesarios, son para preparar al lector en el entendimiento de la lectura del libro «Trillando Caminos sobre la Pandemia del Covid-19, Visión y Perspectiva» del doctor Plutarco Arias. Con este profesional de la medicina, el país tiene una deuda de gratitud inmensa por la forma que manejó esa fatalidad que azotó el país, pero que, gracias a su visión y entrega, nos dio menos duro que a otros países.
Me leí el libro de un tirón y, aunque el libro no deja nada suelto, yo, testigo de excepción, les aseguro, que la visión y entrega del doctor Plutarco Arias y su equipo ejecutivo encabezado por Edward Guzmán con Laura Mora a su derecha e izquierda, dicen mucho más que la obra.
Léanla, no se van a arrepentir.