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Thais Herrera y las aventuras, inseparables para toda la vida

La dominicana ha tenido desde pequeña un idilio con la naturaleza y sus retos.

Thais Herrera mientras mostraba uno de los pares de las botas que utiliza en sus aventuras durante su visita a LISTÍN DIARIO.Glauco Moquete

Por más alta que sea una montaña, o lo árido que sea un desierto, no son imposibles de escalar o atravesar cuando hacerlo ha sido el anhelo de toda una vida.

Aunque fue a sus 49 años que la dominicana Thais Herrera pudo escalar la cima del Monte Everest, desde pequeña estuvo unida a la naturaleza, junto a los retos y aventuras que esta trae consigo.

Herrera, la primera mujer dominicana en escalar el citado monte, que con sus 8,849 metros sobre el nivel del mar es el más alto del mundo, admitió fue “traviesa” desde niña, y que, por ende, nunca le tuvo temor a ser “diferente”, refiriéndose al amor que le tiene a los desafíos de la naturaleza.

“Desde pequeña fui muy inquieta, era niña exploradora, y siempre me mantuve muy asociada a los temas de ayuda social, pero la parte que me gustaba más era ir a limpiar costas, que de hecho ya desde ese tiempo había mucha basura en las orillas del mar, pero de todas formas iba y lo hacía con amor”, dijo Herrera en una entrevista para el Café Deportivo del LISTÍN DIARIO.

“Pienso que desde ese momento empezó mi amor a todo lo que tiene que ver con la naturaleza”, añadió.

Ya en la primera etapa adulta de su vida, siendo una joven llena de sueños y retos por afrontar, Thais comenzó a encabezar eventos de triatlón, sin saber que serían la puerta que la conectaría con el montañismo.

“En esas competencias de triatlón fue cuando conocí a Karim Mella, que fue el primer dominicano en alcanzar la cima del Everest y el único que lo ha hecho dos veces. Él me invitó con su fundación al Pico Duarte, y aunque yo había ido de niña, en ese momento es que realmente reconecto con la naturaleza”, dijo Thais.

Si bien siempre estuvo en el interior de Herrera el espíritu aventurero, necesitó que sea alguien del exterior que le “avivara esa chispa”.

“Ellos (Karim y su equipo de trabajo) me dijeron que yo tenía buen perfil de montañista, y me lo creí. A partir de ahí empecé de lleno con el montañismo. Fui a una escuela de glaciares con una beca fuera del país, y empecé paulatinamente a adquirir la experiencia”, sostuvo.

No es solo montañista

Su logro más grande ha sido sin dudas alcanzar la cima del Everest, sin embargo, no es la única actividad física aventurera que sabe hacer Thais.

Detrás de esos vestidos que usa al momento de ofrecer conferencias como parte de su otra tarea como empresaria en su compañía “Asertiva RD”, se esconde una gran atleta.

Herrera ha participado en múltiples triatlones (competencias de natación, ciclismo y carrera a pie), ha corrido en varias carreras de seis kilómetros. Ha transitado con sus piernas también el desierto del Sahara, y por si fuera poco, es nivel 1 en parapente.

La vida es muy parecida a escalar una montaña


No piensa en el retiro

Sin duda, las actividades deportivas de Thais Herrera exigen demasiado: dígase tiempo, entrenamiento y sacrificio, además de que su también función de empresaria complica aún más su agenda, sin embargo, y aunque cumple 50 años en pocos meses, no piensa tirar la toalla.

“Mis amigos me preguntan ¿para qué estás entrenando?, y yo siempre les respondo que entreno para la vida. Me encanta ser una persona saludable y voy a seguir haciendo lo que me gusta hasta el momento que me “apaguen el swicher”, quizás de ahora en adelante no escale montañas tan altas, pero sí puedo hacerlo con otras de menos riesgo. Puedo atravesar senderos, nadar, correr varios kilómetros. En fin, hacer las cosas que me permitan seguir sintiéndome viva”, enfatizó.

Escalar la cima del Everest forma parte del “Explorer Grand Slam” que es como se llama el proyecto que lleva a cabo Thais, y que consta de escalar la montaña más alta de cada continente, además de esquiar el Polo Norte y Sur.

A Thais solo le falta escalar la montaña más alta de Oceanía y esquiar el Polo Norte para completar este histórico ciclo, el cual solo 74 personas en el mundo han podido culminarlo.