Ellas han sido medallistas y madres

En cada ciclo olímpico, la cuota femenina de la delegación dominicana aumenta, eso porque la calidad en el “género débil” se ha incrementado con el paso de los años.

El caso más sonoro es el de la velocista Marileidy Paulino, oriuenda de Don Gregorio, Baní, quien ha conquistado par de preseas en los principales torneos multideportivos, como es el caso de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

En este momento, Paulino busca lograr un ciclo de oro. Ya la atleta conquistó el nivel más alto en los pasados torneos centroamericanos y panamericanos que pertenecen a este cuatrienio.

Así mismo es el caso de Crismery Santana, quien en Tokio 2020 se colgó una medalla de bronce. Fue en esa ocasión la primera vez que las atletas femeninas de la República Dominicana escalaban el pódium olímpico.

Sin embargo, hay un porcentaje de deportistas del país, aunque no se han colgado un metal dorado olímpico, ya tienen en sus bolsillos una medalla de rodio.

Esas son las madres, que representan los dos extremos del deporte y el mayor sacrificio de la humanidad. Ese que llevan por poco más de 30 semanas a un indefenso, y que alimentan, a veces con su salud.

Comprometida

con la patria

Beatriz Pirón es uno de esos casos especiales. La pesista es madre de tres niños, dos niños y una jovencita. El último de los tres tiene una historia, la nativa de San Pedro de Macorís tuvo que participar en las olimpiadas de Tokio 120 días después de dar a su tercer bebé, Juan Manuel.

La halterista confesó en esa ocasión que sólo entrenó 49 días para la justa olímpica. Añadió que, a pesar del dolor y el riesgo que llevaba participar en el certamen, sintió la necesidad de representar el país.

En esos juegos, Pirón terminó en el octavo puestos de las olimpiadas y segunda mejor del grupo B, logró esta hazaña tras alzar un total de 176 kilogramos.

También está clasificada en los Juegos Olímpicos de París en la categoría de los 48 kilogramos. Dentro de sus logros, Pirón ostenta un par de medallas de oro, en los panamericanos de Lima, en 2019, así como en los centroamericanos de Veracruz 2014.

La inmortal del Deporte Cosiris Rodríguez es una de esas historias que regocijan a cada madre. La Reina del Caribe tuvo que esperar más de una década para procrear ya que cuando era atleta no contaba con el tiempo.

En el 2019 Cosiris se convirtió en madre y meses después de tener a su criatura lo definió como “la medalla olímpica” que no logró alcanzar.

Algo parecido

La karateca María Dimitrova vivió una situación similar. A pesar de que no se ha retirado como deportista, esperó el tiempo correcto para convertirse en madre.

Dimitrova formó una familia con el doble campeón olímpico, Félix Sánchez, y poco después tuvieron su primer bebé.

María, quien se ha convertido en dueña y amo del combate simulado con sus movimientos y técnicas, ha cosechado de forma individual cinco medallas de oro en las últimas cinco ediciones de los Juegos Centroamericanos y del Caribe.

Anunció que se retiraría formalmente de los tatamis durante los centroamericanos que se efectuarán en Santo Domingo en el 2026.

La pesista Yudelkis Contreras también comentó que eso de ser madre y atleta al mismo tiempo no es un nada fácil.

Contreras, quien se convirtió en madre de Ian, en el 2018, tuvo que elegir entre los entrenamientos o cuidar a su bebé.

Manifestó que se le hacía muy difícil ir a la universidad y entrenar cuando su bebé estaba en casa.

Las Reinas

Otras madres son las integrantes de las Reinas del Caribe Bethania De La Cruz y Brenda Castillo, quienes han traído a sus tesoros mientras están aún en competencias, y han tenido que esperar un tiempo para volver a las canchas.

Luego de dar a luz, ambas jugadoras se colgaron sus respectivas medallas doradas que alcanzaron en los panamericanos de Lima.

Poco después, Bethania habló del retiro luego de culminar las olimpiadas de Tokio, sin embargo sigue dando lo mejor para la selección femenina de voleibol.