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deporte global

Un comité olímpico huérfano

John F Kennedy siempre repetía la frase de que el hombre inteligente se rodea de personas más inteligentes que él. El presidente sabía que no hay talentos únicos, siempre se necesita personas para colaborar, en las mejores tomas de decisiones.

Esto lo digo a propósito de que leí una nota de prensa sobre las autoridades olímpicas de nuestro país, donde informaban que se abocaban a una reforma estatutaria.

Me quedé estupefacto, porque no podía creer lo que estaba leyendo. Todos sabemos que el comité ejecutivo del Comité Olímpico Dominicano carece de una adecuada orientación jurídica.

Es difícil comprender que una institución de esa naturaleza carece del ABC de la comunicación. Una crisis no se enfrenta con otra crisis ni en los manuales del globo de ensayo de Gerber se encuentra semejante aberración.

Las autoridades olímpicas dominicanas, en cada paso que dan recurren a una violación estatutaria, porque un proceso de reforma estatutaria es una prerrogativa exclusiva de la asamblea extraordinaria (Artículo 32.1 de los estatutos del COD).

Es evidente que la estratagema de algunos genios del Movimiento Olímpico pretende culpar a los estatutos de la actual crisis. Sin embargo, la causa es la cultura dictatorial que vive el olimpismo.

El Comité Olímpico Dominicano atraviesa su peor crisis desde su fundación, en medio de una falta de liderazgo, legalidad, legitimidad y, en consecuencia, de autoridad; con un comité ejecutivo dividido y fragmentado, y ahora salen a la opinión pública con semejante desacierto. Es notorio que los actuales incumbentes no entienden la dimensión de la crisis.

Un proceso de reforma estatutaria es mucho más delicado que un proceso electoral. Por lo tanto, se requiere de un criterio de unidad mayor para llevar a cabo de manera exitosa una transformación de los estatutos del COD, ya que un proceso eleccionario se encuentra definido como un procedimiento ordinario de la institución; pero la reforma estatutaria se declara a través de una proclama de necesidad indispensable para la vida institucional.

La forma legal y legítima para iniciar este proceso de conformidad a las leyes y a las normas, es que esa iniciativa debe ser conocida en una asamblea extraordinaria.

Una vez allí aprobada se le da el mandato al comité ejecutivo, para que este realice una propuesta de las personas que pueden ser parte de esa comisión reformadora de los estatutos, que no deben ser solamente conocedores de los aspectos constitucionales y de las leyes, pero también con amplio conocimiento de la Carta Olímpica, el funcionamiento de las federaciones internacionales y la forma de cómo opera el deporte local e internacional.

Una vez seleccionadas las personas, se debe convocar nuevamente la asamblea extraordinaria, para que este órgano conozca los nombres y se le delegue el poder. Asimismo, se debe dar la autoridad a la comisión reformadora para la apertura a las modificaciones estatutarias que respondan al interés colectivo, y que afecten la vida institucional de ese organismo.

De acuerdo con el procedimiento estatutario, solo la propuesta debió conocerse en la asamblea antes que la opinión pública, ya que un comité ejecutivo no tiene legalidad ni legitimidad ni autoridad para llevar a cabo una reforma. Porque es una autoridad delegada de conformidad al Artículo 35 de los estatutos de COD.

En el caso de este comité su situación es mucho más crítica porque se encuentra en una profunda crisis. Un comité ejecutivo que no ha sido capaz de informarle a la Asamblea la renuncia de seis (6) miembros pretende abocarse a un proceso mucho más delicado, que la propia crisis que enfrenta. Por lo tanto, estamos ante una franca violación de los estatutos y un acto de imprudencia olímpica.

Finalmente, aunque parece que uno de los grupos puede estar ganando una batalla, lo cierto es que ambas partes en conflicto han perdido la guerra por una actuación errática, porque el daño al Movimiento Olímpico es irreversible, ya que acciones como estas lo que hacen es profundizar la crisis, y como lo establece la dialéctica, cuando cambien la correlación de fuerzas se verán las consecuencias impredecibles en el Olimpismo.