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“El béisbol me hace sentir grande”

La frase la dice el famoso recoge bates “Chevale”, de los Leones del Escogido, y quien a pesar de su condición de enanismo, es “bat boy” para sacar a su hija a adelante.

José Valentín Burgos ha trabajado en México, Venezuela y República Dominicana.fuente externa

En el mundo del béisbol, hay historias que van más allá de los números en el marcador. Una de ellas es la de un “bat boy” originario de Culiacán, México, que ha encontrado en este deporte no solo una pasión, sino una forma de superar las barreras que la vida le ha presentado.

Con una condición genética llamada acondroplasia, que afecta el crecimiento óseo, José Valentín Burgos, mejor conocido como el “Chevale” ha demostrado que la verdadera grandeza no se mide en centímetros, sino en actitud y determinación.

“El béisbol me hace sentir grande, pues a pesar de este trastorno, puedo trabajar gracias a este deporte, y sacar a mi familia hacia adelante”, dijo emocionado al Listín Diario.

Y es que el béisbol ha sido para él mucho más que un trabajo o un hobbie. Es su refugio, su terapia y la manera en que ha logrado demostrar que ningún sueño es imposible.

Inspirado por el amor

Detrás de su energía y compromiso hay una fuente de inspiración muy especial: su hija Valentinna, de cuatro años. “Ella es mi motor, lo que más me motiva a dar lo mejor. Siempre está al pendiente mío, y me emociona más cuando ella me ve en vivo o por televisión haciendo lo que me apasiona”, contó con una sonrisa.

También destaca el apoyo incondicional de su esposa, Norma Cárdenas, a quien describe como su mayor fortaleza. “Mi gran esposa significa todo. Sin ella, nada de esto sería posible. Me anima, me da su amor. No me veo sin ella en mi vida”, añadió entre lágrimas.

Una vida dedicada al diamante

A pesar de las limitaciones físicas que le impidieron jugar béisbol profesionalmente, Chevale ha pasado los últimos 20 años como bat boy, una tarea que va mucho más allá de recoger bates.

“Ser bat boy significa estar pendiente de toda la utilería del jugador, desde los cascos hasta las guantillas. Es una gran responsabilidad, pero también una gran satisfacción”, explica.

Nacido en Culiacán pero radicado en Mexicali, ha encontrado en el béisbol una familia. Aunque no pudo firmar como jugador, su amor por el juego lo ha llevado a participar en ligas tan importantes como la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP), la Liga Mexicana de Béisbol (LMB), y LIDOM, donde ahora goza de la oportunidad de trabajar con alguien que siempre ha admirado: Albert Pujols.

“LIDOM es una liga muy competitiva, con muchos peloteros de Grandes Ligas y lanzadores de gran calidad. Es una experiencia única estar rodeado de tanto talento”, comparte. “Estar al lado de Pujols es como un sueño hecho realidad. Agradezco mucho a Dios por todo esto”, añade.

Un sueño que espera concretar

Aunque su carrera como bat boy ya es motivo de orgullo, su mayor sueño es trabajar en las Grandes Ligas con cualquier equipo que le brinde la oportunidad. De hecho, en 2019 estuvo a punto de cumplirlo al recibir una oferta de los Rockies de Colorado. Sin embargo, la llegada de la pandemia de COVID-19 truncó ese momento.

“No pierdo la esperanza. Sé que llegará el momento en que se dé la oportunidad”, asegura con determinación.

Con su lema personal, “Vamos pa’ la altura”, sigue esforzándose cada día para alcanzar ese sueño, convencido de que su dedicación y pasión tarde o temprano abrirán las puertas de las Grandes Ligas.