PRESENCIA DOMINICANA
Despidiendo al Rico
Con la partida de Ricardo Carty expira un miembro más de la generación de dominicanos que, siguiendo las huellas trazadas por Felipe Alou, recorrieron el camino que abrió el cauce por donde el deporte dominicano ha cosechado más éxitos en su historia, el béisbol.
Fueron pioneros que, aun alcanzando sobresalientes actuaciones, tuvieron que enfrentar xenofobia y racismo. No solo tenían la piel oscura, además no hablaban el idioma. Alvin Dark, manager de los Gigantes para la época, decenio de los sesenta, intentó en una ocasión prohibir que se hablara español entre los jugadores. Tenían un pelotón de estelares hispanos de la talla de Juan Marichal, Felipe Alou, Orlando Cepeda y José Pagán, pero eso no fue estorbo para que brotara la vileza.
En esa década la lucha por los derechos civiles en los Estados Unidos estaba en su apogeo y determinadas circunstancias provocaron que en 1966 el equipo de los Bravos mudara su sede de Milwaukee a Atlanta, del extremo norte al sur de los Estados Unidos, donde el rechazo a todos los que no fueran de piel blanca era más hondo. Varios negros militaban con el equipo, la figura máxima era Hank Aaron, también estaban Mack Jones, Felipe Alou y Rico Carty. Los dos últimos con la problemática doble situación, además no eran estadounidenses.
Sin embargo, nada de eso impidió que Carty se adueñara del corazón de los fanáticos, desplegaba una sólida ofensiva, pero sobre todo gozaba de una personalidad extrovertida y carismática. Sus resultados del año fueron muy buenos, .326/.391/.468/.859, pero aumentaban cuando el juego estaba en presión. El OPS acrecentó a .934 y el slugging a .546. La conexión atleta-fanático fue instantánea.
Esa cualidad de Carty es poco conocida; su eficiencia como bateador agrandaba cuando era más necesario. En 1975, militando con los Indios, en ese contexto alcanzó promedio de .406 con OPS de 1.209 en 79 partidos y entre los dominicanos de mayor participación en grandes ligas, es uno de tres con porcentaje de bateo vitalicio por encima de .300. en ese escenario, finalizó con .308. Los otros dos, Vladimir Guerrero y Tony Fernández, lograron; .319 y .309 respectivamente.