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reportaje

Hanser Alberto: “Dios es mi gran batazo”

El potro viene de un hogar cristiano, sus padres son creyentes desde antes que el nordestano llegue al mundo. Alberto es más pequeño de tres hijos que procrearon Tony Alberto y Elba Rosa.

  • El veterano asegura que en situaciones difíciles, apegarse a sus creencias cristianas es la solución.

Hanser Alberto nació siendo un fanático fiel de los Gigantes del Cibao.

La carrera de Hanser Alberto ha sido inusual desde sus inicios, su forma de jugar el béisbol y hasta su manera de ver el juego.

Alberto firmó como campocorto, midiendo cinco pies y 10 pulgadas, “pequeño para la posición” y saciado de realizar try outs durante el final de década del 2000.

Firmó por 65 mil dólares con los Vigilantes de Texas en el 2009, en una “época difícil” donde el talento y la tecnología de la pelota estaban evolucionando.

En ese momento, luego de varios intentos de firmas, incluso pensamientos de retiro, Alberto se apegó a sus creencias cristianas y “Dios obró”.

“Te puedo asegurar que mi firma fue una diosidencia. Hay muchos momentos en mi vida que son inexplicables y eso se debe a la presencia del altísimo en mi carrera. En ese momento yo pensé en colgar los zapatos y él estuvo conmigo para llevarme por el camino correcto y 15 años después, mira los resultados”, dijo Alberto en una entrevista exclusiva para Listín Diario.

El potro viene de un hogar cristiano, sus padres son creyentes desde antes que el nordestano llegue al mundo. Alberto es más pequeño de tres hijos que procrearon Tony Alberto y Elba Rosa.

Se describió como “el consentido de la casa”, y aseguró que crecer en un hogar de esa dinámica deja sus frutos para bien.

“Siempre fui el niñito o así me trataba mi mamá. Ese sentimiento de amor hace que uno lo replique con sus hijos. Ahora que soy padre entiendo cuando ellos me llamaban a la atención”, sostuvo el veterano, que juega su vigésima temporada en la Liga Profesional de Béisbol de la República Dominicana (Lidom).

El potro es uno de los peloteros que tuvo la gracia de pertenecer al equipo que siguió desde pequeño, los Gigantes del Cibao, además de vivir “a la vera del estadio Julián Javier”, lugar aún donde permanece.

Esa coincidencia le permitió desarrollar más sus habilidades, aun cuando escuchas del béisbol aseguraban que le faltaba talento para llegar a las Grandes Ligas.

Texas tenía su equipo armado en Liga de Verano, él sería un jugador ocasional en ese conjunto, pero se ganó un puesto como jugador de todos los días y finalizó la campaña como líder de bateo de la Dominican Summer League (.358).

Alberto estuvo ocho años en roster de 40 en las Grandes Ligas. Accionó en 488 partidos y bateó para .269.

En el 2019, jugando para los Orioles de Baltimore, registró un promedio de .305, pegó 160 sencillos y 21 dobles. Fue su mejor año.

Otro rol en la Lidom

En la actual temporada con los Gigantes, Alberto está enfocado en compartir sus experiencias de veterano con los nóveles de San Francisco.

Se incluye en las prácticas, en las conversaciones con los coaches a los fines de brindar una propuesta distinta al múltiple ganador del título de bateo.

“Lo importante es sacar el equipo hacia delante. Mi entrega con los Gigantes es incondicional, no importa lo que tenga que hacer para que San Francisco gane”, destacó Alberto. Los de jaya están a medio juego del cuarto puesto luego de 17 partidos. Llevan récord de 7-10.