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PRESENCIA DOMINICANA

"Perreo"

Al final del tercer episodio del cuarto juego de la Serie Mundial, Jack Chisholm de los Yankees, con Aaron Judge corriendo en la inicial y un out, disparó un largo batazo que parecía tener suficiente vigor para volar la valla. 

No fue así, la bola rebotó en la pared y el bateador. que se mantuvo detenido observando la trayectoria de esta creyendo haber logrado un cuadrangular, no pudo pasar de la inicial, llegando Judge a la antesala.

Lo que pudo ser corredores en la segunda y tercera almohadilla con un out, fue en la inicial y la antesala. El marcador enseñaba ventaja de dos a una para los Dodgers y la posibilidad de una doble matanza estaba latente con Giancarlo Stanton agotando el siguiente turno.

Esa conducta de Chisholm se ha convertido en costumbre, el sujeto busca gozar lo que se conoce como “perreo”, que no es otra cosa que burlarse del contrario lanzando a la basura el respeto al adversario que caracterizaba este deporte.

Eso no ocurría en el pasado reciente. Cuando el bateador conectaba, salía raudo del plato en busca de la almohadilla, sin importar el calibre de la conexión. Un manager como Billy Martin no aceptaba ese tipo de comportamiento; por algo

así sostuvo con Reggie Jackson un famoso incidente. Martin entendió que el entonces estelar de los Yankees no había realizado el esfuerzo suficiente para concretar una jugada defensiva.

Siendo Jeff Torborg un receptor novato de los Dodgers, le tocó recibirle a Sandy Koufax. El zurdo estaba encendido abanicando rivales. Cada vez que lograba uno, Torborg ejecutaba violentos ademanes de burla. En un momento Koufax lo llamó y le pidió detener ese comportamiento, con él irrespetaba la dignidad de los eliminados que eran jugadores de Grandes Ligas.

Cuando Mickey Mantle disparaba un cuadrangular, realizaba el recorrido de las bases con la cabeza baja, no quería ni por asomo herir la sensibilidad del lanzador víctima de su batazo.

El béisbol es el mismo que se jugó por primera vez el 18 de junio de 1846 en Hoboken. Lo que ha cambiado para mal es el respeto reclamado por la nobleza que debe caracterizar la actividad deportiva.