Luego de un lento inicio de 25-32 en los dos primeros meses de temporada, los Diamondbacks de Arizona se han repuesto para colocarse en posición de regresar a los playoffs luego de perder la Serie Mundial antes los Vigilantes de Texas en 2023.
A partir del 1 de junio, tienen récord de 44-21 (.677). En ese lapso, la ofensiva del conjunto ha promediado 5.92 carreras por partido, muy por encima del promedio de 4.44 en ambas ligas.
Luego del Juego de Estrellas, han arreciado el paso con marca de 20-5, y en agosto han ganado 11 de 13 partidos, el mejor rendimiento en el béisbol.
Inician la actividad del viernes con seis victorias sucesivas, y con marca de 12-0 con un empate en las últimas 13 series jugadas.
Además de encabezar la competencia de los comodines de la Liga Nacional en un empate con los también calientes Padres de San Diego, los Diamondbacks se han acercado a 2.5 juegos de los Dodgers de Los Angeles en la competencia por la División Oeste.
Es obvio que la ofensiva ha sido la clave del repunte de los campeones de 2001. Ketel Marte ha sido uno de los mejores jugadores del circuito (.298/.369/.561 con 30 cuadrangulares) y ha contado con el respaldo de Joc Pederson, Christian Walker (lastimado en este momento) y Lourdes Gurriel, Jr., entre otros.
El dirigente Torey Lovullo también se ha beneficiado del despertar ofensivo de Eugenio Suárez y Corbin Carroll, quienes han superado lentos inicios. Últimamente, Jake McCarthy se ha convertido en una real amenaza, bateando .455 (de 66-30) con 19 carreras impulsadas en sus últimos 18 partidos.
Mientras otros equipos batallan con lesiones en sus cuerpos monticulares, el conjunto del desierto se ha fortalecido con el regreso a la rotación de Merrill Kelly y Eduardo Rodríguez, quienes se unen a Zac Gallen, Brandon Pfaadt y Jordan Montgomery en un plantel de abridores mucho más profundo que el de 2023.
El dominicano Justin Martínez, armado de un sinker de 100 mph que complementa con slider y recta de dedos separados ha asumido exitosamente el rol de cerrador del conjunto. Los oponentes batean .085 contra los dos lanzamientos secundarios del nativo de Bonao, algo realmente notable.
Con salvamentos en tres de sus últimas cuatro presentaciones, Martínez parece haber resuelto el principal problema de este equipo, provocado por la inefectividad de Paul Sewald, anterior cerrador del conjunto.
Así las cosas, los Diamondbacks lucen listos para nuevamente crear problemas a sus rivales en los playoffs.