PRESENCIA DOMINICANA
Willie Mays (2)
La Serie del Caribe de 1955 se efectuó en Caracas, Venezuela. Era la sexta versión de la primera etapa y los favoritos eran los puertorriqueños. Habían ganado las dos versiones anteriores, iban por una tercera en forma consecutiva y así ampliar su liderato obteniendo la cuarta corona; dos más que las logradas por Cuba. Representados por los Cangrejeros de Santurce, llevaban en su roster a la rutilante estrella que simbolizaba Willie Mays como su jardinero central. Por primera ocasión en un evento de esa naturaleza participaba un jugador de su prestigio, basta con señalar que había sido seleccionado como Jugador Más Valioso de la Liga Nacional en la temporada anterior y su contribución para que los Cangrejeros obtuvieran la corona había sido fundamental, ganando incluso el cetro de promedio de bateo con un astronómico .395. En los bosques estaba flanqueado por dos jardineros de diferente perfil en el momento. En el derecho un veterano con una brillante hoja de servicios de la categoría de Bob Thurman y en el izquierdo un joven poco conocido que había iniciado su carrera dos años antes. Firmado al inicio de 1954 por los Dodgers de Brooklyn, había conseguido su primera gran campaña ese invierno. Su nombre: Roberto Clemente.
El entusiasmo del público por el evento era frenético por la presencia de Mays en el equipo borinqueño, alimentado por los resultados que había alcanzado anteriormente. La serie comenzó el 10 de febrero con una asistencia de más de 38,000 fanáticos, demostrando inmediatamente Santurce su superioridad ganando los dos primeros juegos a Cuba y Panamá. No obstante, Mays había sido una decepción, llegó al tercer juego sin haber conectado de hit y en ese frente a Venezuela alcanzó los doce en blanco. Entonces ocurrió la explosión; ese partido, extendido a doce entradas fue decidido por él con un soberbio cuadrangular. De ahí en adelante estuvo indetenible conectando diez incogibles más, finalizando el certamen con promedio de .440 y el liderato de remolques.
Los Cangrejeros obtuvieron el título. En ese momento nadie presentía que esa sería la única vez que dos astros de la magnitud de Clemente y Mays se unieran para defender los jardines de un equipo.