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Los niños millonarios del béisbol

Horacio Nolasco

Horacio NolascoFuente Externa

Leodalis De Vries y Fernando Cruz encabezan la lista de los chicos millonarios de la recién establecida clase de enero 15 del 2024.

Esta semana vimos a los torpederos De Vries (4.2 millones) y Cruz (4.0 MM) comandar la tropa de adolescentes dominicanos que se convertirán en millonarios sin haberle puesto la mano a un guante o una pelota de manera profesional.

El dinero es un arma sumamente poderosa en manos inexpertas y familias que de la noche a la mañana se topan con montos económicos que solo en sueños estuvieron en el subconsciente de los chicos y los padres beneficiarios de sumas tan fabulosas.

Siempre hemos dicho que el bono no hace el pelotero. Citamos el caso de Pedro Viola (recibió un bono de mil dólares y amenazas de cancelar al scout que lo firmó), quien lanzó de manera breve en MLB entre 2009 y 2011 y estuvo trece años en el béisbol organizado.

Eso sin contar los pírricos bonos obtenidos por el gran Pedro Martínez, David Ortíz o Framber Valdez que fichó a los 21 años por apenas 10 mil dólares. Similar es el caso de Gerónimo Peña, el padre de Jérémy, el torpedero de Houston, acordando por dos mil dólares y la garantía de una visa. Peña estuvo durante siete campañas a nivel de Grandes Ligas.

En los 90 recordamos las memorables firmas millonarias de Ricardo Arámboles (1.5 MM) y Josephang Bernhart (1.1), cifras que en esa época resultaron escandalosas. Lo último que se ha sabido de ambos es que Aramboles pasó a ser peluquero y Bernhart se graduó de abogado y ocupa el puesto de juez en un tribunal de La Romana.

Son incontables los casos de muchachos que recibieron sumas millonarias a los 16 o 17 años de edad y no alcanzaron niveles más allá de la categoría Rookie. Cuando esos chicos, sin el más mínimo concepto de la cultura americana, tienen que jugar bajo temperaturas extremadamente frías en época de entrenamientos o muy calurosas en verano, se acuerdan que tienen 100 millones de pesos en bienes activos y pasivos en Dominicana, cogen un avión y se despiden del sueño americano.

De los bisoños recién firmados en San Francisco de Macorís pongo de ejemplo, y a la vez le deseo la mejor de las suertes, a Luis De La Cruz, quien recibió un bono de 400 mil dólares de parte de Cleveland. Cruz fue compañero de colegio de mi hijo Horacio Miguel, dedicando su vida desde la niñez en busca de una firma y una oportunidad que con muchísimo esfuerzo lo llevaría a Liga Grande.