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La falta de identidad del béisbol en Dominicana

Gilberto SorianoFuente Externa

A través de Deporte Global Radio realizamos una afirmación, que se convirtió en tendencia en las redes sociales, donde planteamos que en República Dominicana no hay béisbol.

De entrada, parece una aseveración contradictoria, lo cual puede dar a entender que el fin es buscar polémica o likes. Muy por el contrario, es un argumento muy simple de demostrar, y a través de este artículo pretendemos darle a comprender al lector la realidad del deporte rey de los dominicanos, y la carencia de una base que sustente nuestra tradición, y que contribuya al desarrollo nacional.

Nuestro país vive en una burbuja mediática, que no nos permite ver cuál es el impacto que ha tenido la industria del béisbol, en todos los órdenes de la vida nacional y, se ha replicado a todo el funcionamiento del deporte.

Huérfanos

Hace un tiempo escribí que la Federación Dominicana de Béisbol, es una institución inorgánica y, pudiera parecer una conclusión tremendista, ya que es una entidad de primer orden en nuestro país.

Muchos amigos cuestionaban nuestro planteamiento, haciendo alusión a las distintas actividades que hace dicha federación, lo cual refleja que no entienden el proceso que está aconteciendo y, que la impacta de manera significativa.

El béisbol aficionado en RD es prácticamente inexistente, esto viene dado de una combinación de hechos. La universalización de la escuela sin deporte; por otro lado, una industria agresiva que opera de manera marginal al sistema educativo, dejando al país y a nuestros niños sin el disfrute de su pasatiempo nacional.

Negándole, a la vez, los derechos fundamentales, como son la recreación a través del deporte y el desarrollo de su libre personalidad, ya que son sometidos, no solo a la negación del pan

de la enseñanza, sino al trabajo infantil, sin ningún tipo de garantías en el orden educativo y de la salud.

Además, bajo las condiciones inhumanas impensables.

Todo esto con la mirada indiferente del Estado, ya que para que pueda existir béisbol a nivel nacional, debe ser bajo un proceso sistémico como el que teníamos hace unas décadas, que es el mandato de la Ley 1-12: que inicie desde la escuela, que va desde lo local, municipal, provincial, regional y nacional.

De esa manera, se extrae el talento para que represente en distintas categorías, tanto nacionales, como internacionales, ya que el rol de una federación deportiva no es la masificación del deporte nacional, sino las preselecciones y selecciones nacionales, así como la alta competición.

Por esta razón, la FEDOM no encuentra el recurso humano para cumplir con su misión en virtud de su realidad socio deportiva y, el gran pecado de los actuales directivos es no entender cuáles son los factores que afectan su disciplina.

La Liga

LIDOM “Una liga extranjera en territorio dominicano” Uno de los propósitos y la razón social de una liga profesional, en un país, es promover el entusiasmo, la motivación, la inspiración, que sirva como estímulo para que los estudiantes se mantengan dentro del sistema educativo, y de esa manera obtener un impacto social de conformidad al mandato de la constitución.

Los jóvenes dominicanos no tienen acceso al LIDOM, aunque tenemos una liga desde 1955, lo cual constituye una negación y una discriminación de su propio territorio.

Claro, no es responsabilidad de esta entidad porque es una empresa, lo cierto es que, como consecuencia de lo explicado anteriormente, República Dominicana carece de un sistema deportivo desde la escuela, que moldee el talento, de conformidad a las distintas etapas escolares y universitarias.

Carecemos de béisbol en la geografía nacional, como resultado de una industria sin ningún tipo de regulación, trayendo consigo la desaparición del béisbol aficionado y la próxima víctima será el profesional.

Por eso, Cristóbal Marte expresó en los pasados Juegos Olímpicos, que no puede enseñarles vergüenza deportiva a sus jugadoras y, él tiene razón, porque la vergüenza no se enseña, sino que se cultiva sobre la base de la educación de calidad y valores; y, en la actualidad nuestro béisbol carece de la dos; por lo tanto, el deporte rey necesita construir su identidad.