Béisbol

presencia dominicana

La bofetada de Petán

Tony Piña Cámpora

El pasado domingo un lanzamiento de Gerson Garabito golpeó en el rosto a Jorge Alfaro. El bateador designado del Licey fue sacado de juego y necesitó costura quirúrgica en su rostro. Eso es parte del espectáculo. En la mayoría de los casos ocurre por accidente, en otras no. Para algunos lanzar cerca de la anatomía de los bateadores es una forma de intimidar. En el pasado fueron famosos en ese sentido los dominicanos Pascual Pérez y Mario Soto, más recientemente Pedro Martínez. Otros, temen hacer daño con sus envíos, era el caso de Randy Johnson.

Muchas veces un pelotazo saca definitivamente a la víctima de actividad, pero en una sola ocasión ha provocado la muerte. Fue el evento de Ray Chapman torpedero de Cleveland, golpeado en agosto de 1920 por un envío de Carl Mays de los Yankees. El golpe le fracturó el cráneo y le provocó la muerte. Entonces no existía el casco protector. Pero, no creo que haya habido, mundialmente, un golpeo de un lanzador de consecuencias más transcendentales que el que le hizo Billy Smith a Andre Rodgers en la serie final de Lidom en 1959. Aconteció en el sexto episodio del octavo partido entre Licey y Escogido, Rodgers consideró que el golpeo había sido intencional y se abalanzó sobre Smith. Como normalmente ocurre, la violenta situación se dominó continuándose con el juego. Entonces, de repente apareció en el terreno Petán Trujillo, hermano del déspota Rafael, que presenciaba el juego, con su séquito de lisonjeros procediendo a llamar enérgicamente la atención a Rodgers por su acción, propinándole una bofetada. Testimonios afirman que Petán, que fue un energúmeno, creía que Rodgers era dominicano y le había faltado el respeto.

El suceso produjo una delicada situación diplomática. Finalizado el juego, los jugadores extranjeros de ambos conjuntos decidieron abandonar al país, indignados y temerosos por lo ocurrido. Se necesitó la intervención directa del tirano para que retornara la normalidad, realizándose entonces el juego decisivo ganado por el Licey coronándose campeón. Conociendo lo ocurrido luego en la nación, es válido pensar que ese acontecimiento marcó el preludio del derrumbe del tiránico régimen entonces vigente. Ubiquen la fecha: febrero de 1959.