PRESENCIA DOMINICANA

Trío de exaltados

La tormenta ocurrida el pasado sábado impidió el ceremonial de exaltación a la inmortalidad deportiva por parte del Pabellón de la Fama del deporte dominicano de doce nuevos deportistas, entre ellos tres jugadores de béisbol profesional con méritos más que suficientes para recibir el “espaldarazo de la gloria”.

Adrián Beltré, con una hoja de resultados en liga mayor que alcanzó un nivel tal que hace no sea una osadía afirmar que está entre los tres mejores defensores del tercer cojín de la historia. Resiste con firmeza una comparación con Brooks Robinson y Mike Schmidt y sale airoso en más de una habilidad. 

Disparó un total de 3,166 hits y de ellos 2,987 fueron defendiendo la antesala, líder vitalicio, su WAR defensivo de 29.3 solo es superado por Robinson que acumuló 39.1 y es tercero entre sus colegas de posición en jonrones conectados con 477.

Armando Benítez, relevista cerrador, sus galones los obtiene en ese rol en el que exclusivamente ejerció en grandes ligas. Es su mejor época lo señalaron como uno de los mejores cerradores del negocio, dominaba con maestría una bola rápida de dedos separados que se hundía al llegar al plato, combinada con una de cuatro costuras, ambas enviadas de forma similar, adornadas con un ocasional slider. Logró un 17.4 de WAR, cifra entre los dominicanos únicamente por debajo de los 17.7 de Joaquín Benoit. En 1996 fue el primer relevista dominicano con más de cien ponchados en una campaña, hazaña que repitió en 1997 y 1999. Entre los criollos con más de quinientos episodios completados como apaga fuegos, es dueño del mejor promedio de bateadores eliminados por la vía del ponche, un 29.1%.

Finalmente está Julián Heredia. Su elección reconoce al lanzador de relevo intermedio, de inmensa importancia en el béisbol actual. Su paso por Lidom tuvo un impacto tan positivo que encabeza en la historia del circuito un departamento de suprema jerarquía, el de SO/9IL con 8.29. En 297 salidas, solo cinco como abridor, completó 483 episodios y su PCL fue de 2.74, el octavo mejor de todos los tiempos y su WHIP de 1.10 el tercero. Con esos dígitos, supera a muchos abridores.