Novato esplendoroso

Más que justa fue la elección a unanimidad del jardinero de los Diamondback Corbin Carroll como Novato del Año de la Liga Nacional. Su actuación fue impresionante, principalmente en el aporte dado en el desplazamiento que desplegó en las almohadillas. Podría significarse que sus 54 bases robadas en 59 intentos, promedio de éxito de 92%, es fruto de las nuevas reglas que en ese sentido se comenzaron a aplicar este año, pero aun así la contribución fue espectacular.

Se agrega que con la indicada habilidad contribuyó profundamente tomando una base extra cuando se disparaba un batazo estando en circulación, en un 72% de las veces logró ese extra, co-líder de las mayores junto a Michael Harris y asimismo encabezó consiguiendo llegar a la goma un 44% de las ocasiones que arribó a las bases. De cierta forma, Carroll obtuvo una especie de triple corona de velocidad aplicada a la ofensiva.

Vale recordar, que la velocidad es la única de las cinco pericias exigidas a un jugador de béisbol que es inapreciable tanto para la ofensiva como para la defensa.

Hay tres aspectos del juego que, combinados en volumen, exponen el preciso valor que con la rapidez puede favorecer a su equipo un jugador de todos los días. Lograr en una campaña anotar cien o más carreras, disparar diez o más batazos de triple mérito y robar treinta o más bases con un porcentaje de éxito por encima del 75%. Carroll cruzó la goma en 116 ocasiones, fue líder en triples con diez y ya fue indicado la suma de estafas y promedio de éxito en ese renglón. Nadie conseguía cifras semejantes desde 2011, cuando José Reyes anotó 101 veces, disparó 16 triples y se robó 39 almohadillas en 46 tentativas, para un 85% de dominio. El torpedero dominicano en cuatro ocasiones acumuló esos dígitos, cantidad máxima de veces a partir de 1950.

Entre 1901 a 1917 Ty Cobb hizo la combinación cinco veces y Honus Wagner cuatro, pero entre 1901 a 1913 no se compiló el out en intento de robo. Eso permite reconocer a Reyes como el máximo exponente contemporáneo de esa vital particularidad del juego.

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