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Rolen y McGriff entran a Salón de la Fama de Cooperstown

Fred McGriff y Scott Rolen con sus respectivas placas que los certifican como integrantes del Salón de la Fama.AP

Los mejores momentos de los 17 años de carrera de Scott Rolen no ocurrieron durante la temporada 2006 en la que llegó a la Serie Mundial con los Cardenales de San Luis, o incluso en su primera temporada completa con los Filis de Filadelfia en 1997, que le valió ser elegido de forma unánime como Novato del Año.

Para Rolen, uno de los dos jugadores inducidos al Salón de la Fama del Béisbol el domingo, ese honor fue reservado para un momento inesperado con sus padres después de que fue llamado para su primer partido de Grandes Ligas en 1996.

“Ver a mi madre y a mi padre caminar a sus asientos desde mi posición en tercera base fue una sensación nunca superada en mis 17 años”, recordó Rolen durante su discurso de aceptación de 16 minutos.

Necesitó de seis intentos, pero los padres de Rolen, Ed y Linda, finalmente pudieron ver a su hijo ganar su placa de bronce del Salón de la Fama. Fue acompañado por Fred McGriff, elegido de forma unánime por el Comité de Jugadores Contemporáneos en diciembre, después de desaparecer de la boleta de los escritores en 2020.

Rolen fue el único jugador que recibió más del 75% de los votos necesarios para calificar para la inducción. Recibió 297 votos (76,3%) de la Asociación de Escritores de Béisbol de América, en enero. Un año antes, obtuvo 63,2% de los votos.

“Estoy agradecido por este gran gesto”, dijo Rolen. “En ningún momento de mi vida se me ocurrió que estaría aquí parado en este escenario”.

El tercera base pasó seis de sus 17 temporadas con los Cardenales, donde se ganó cuatro de sus siete selecciones al Juego de Estrellas y tres de sus ocho guantes de oro.

Rolen bateó para .281 con 316 cuadrangulares y 1.287 carreras producidas en 2.038 partidos. Lideró a su equipo con .421 durante la Serie Mundial de 2006, que San Luis ganó en cinco partidos sobre Detroit.

Rolen le dio el crédito a sus padres por los valores que le enseñaron.

“No fui educado para ser un jugador de Grandes Ligas”, dijo. “Fui educado para ser honesto, trabajar duro y ser responsable de mis palabras y acciones, y para tratar a las personas con amabilidad y respeto”.

Junto a Rolen en el escenario estaba McGriff, quien se aseguró de estrechar las manos de los casi 50 miembros del Salón de la Fama que le dieron la bienvenida.