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Dodgers, un dominio inevitable

¿Cuándo iniciará el descenso en una década plagada de éxitos? No parece estar cerca.

Freddie Freeman, de los Dodgers de Los Ángeles, celebra en el dugout tras batear un jonrón de tres carreras contra su exequipo, los Bravos de Atlanta, en la quinta entrada de un partido de béisbol, el lunes 22 de mayo de 2023John Bazemore/AP

Los Ángeles Dodgers emprendieron un viaje de tres días hacia la ciudad de Atlanta con un objetivo suficiente claro: vencer en casa a los Bravos como boleto de ascenso hasta la cúspide de la Liga Nacional. Lograron la victoria en dos de los partidos, consiguiendo elevar su marca de temporada a 31-20.

Como en esta ocasión, encontrarse en posiciones de dominio ha sido una costumbre de los californianos en el tiempo reciente.

Han impulsado una hegemonía que en las diez campañas anteriores les llevó a la postemporada, una racha que no parece tener merma en el mediano plazo y simboliza la más longeva para el club.

Continúan dando cada paso para mantener la fórmula ganadora, aun cuando reportan bajas como fue perder en la agencia libre al campocorto Trea Turner que decidió marcharse a los Filis de Filadelfia.

Y luego, en medio de los campos primaverales, Gavin Lux sufrió una lesión de rodilla que le mantendrá fuera toda la temporada, mismo que estaba llamado a tomar la posición seis.

Durante las anteriores diez contiendas, los Dodgers alcanzaron el título de la División Oeste en nueve oportunidades. Buscan ampliar esto, a pesar de tener opositores como los Padres de San Diego - que con una nómina estimada de US$250 millones - están dispuestos a provocar un golpe de estado.

Aun sufriendo la pérdida de miembros vitales, la franquicia se mantiene blindada en cada apartado del juego.

Con la capacidad de producir ofensiva siendo el punto de mayor vistosidad, los dirigidos por Dave Roberts poseen el quinto OPS colectivo más alto en todas las Grandes Ligas (.777).

Esto puede ser posible con la conjugación más difícil entre bateadores: obtener poder con notable disciplina en el plato.

La alineación está convirtiendo el 41.9 por ciento de las bolas bateadas en conexiones con velocidad de salida superior a las 95 millas por hora, la octava mejor en el circuito. Y antes de conseguir este éxito, apenas realizan swings fuera de la zona poco más de 23 por cada 100 intentos.

Los lanzadores han apoyado con ímpetu la labor “hitteadora”, quienes han estado limitando las novenas contrarias al promedio de bateo de .239, seguidamente de registrar un diferencial de enfrentamientos terminados en ponche por cada base por bolas del 15.1 %.

No cuentan con una velocidad superba cuando ocupan la posición 19 con 93.9 millas por hora en la bola rápida; tampoco pasan bates con constancia mientras disponen de la octava peor tasa de abanicados (24.6 %), pero sí inducen a contactos inofensivos mientras el 42.6 terminan convertidos en roletazos.

Está en la defensiva la peor parte dentro del engranaje, un apartado que carga con el infortunio de restar ocho carreras y tres outs sobre el promedio.

Cada factor convierte a los Dodgers en dueños de la mayor cantidad de ganados en el “Viejo Circuito”. A partir de este viernes inician una travesía con destino al Tropicana Field, casa de los Tampa Bay Rays, para enfrentar codo a codo al mejor equipo del béisbol en los primeros dos meses.

¿Cuándo iniciará el descenso en una década plagada de éxitos? No parece estar cerca.

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