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¿Los campos son difíciles o complicados? Ahí está el dilema!

Es increíble cómo para algunos un campo determinado es muy “fácil”, mientras que para otros ese layout resulta complicado y “difícil”.

Uno de los hermosos campos de golf existentes en el país.Fuente externa

Hola Fiebruses. El título de esta columna es el de nunca acabar, y tal como lo decía Rubby Pérez en el hit “El Africano” de Wilfrido Vargas, es “la eterna batalla”. Pero vamos al grano. Todos sabemos que definitivamente el diseñador o el arquitecto de un campo de golf pone sus dificultades, y a veces esa marca con la que pretende que lo distingan o diferencien de sus colegas, es precisamente “la gota que derrama el vaso”. En términos de diseño, la mayoría de las veces el jugador de fin de semana no logra palpar la diferencia entre la huella que deja un diseñador y otro, pero si se da cuenta de manera general que hay algo que hace que el campo sea, o más duro, o más suave (desde su punto de vista). Tomemos como ejemplo al gran Pete Dye, quien tiene cinco diseños en el país, todos en Casa de Campo (aunque se dice que los primeros 9 de Santiago y los primeros 9 de Cayacoa salieron de su mente). Pete se caracteriza, de manera primaria, por lo intrincado de sus greens, tipo “Crown”, o sea, que son como una “olla al revés”, y porque no le pone collar de grama a sus linderos o fringes (que por cierto se pronuncia frinch), lo que provoca que muchas bolas terminen, o fuera del green o en un bunker de los que también caracterizan sus diseños. De Nicklaus ni hablar. Todos sabemos a qué sabe el Hard Rock Golf Course y también Punta Espada, del que solo la belleza del lugar eclipsa tu mal juego, la mayoría de las veces provocado por el diseño mismo. A veces pienso que el “Oso Dorado” le dicen que ahorre terreno por lo pequeño que diseña sus greens. The Shark, Greg Norman, no se queda atrás, y también es un “genio del mal”, con greens pequeños, mucho movimiento y trampas por todos lados. Vistas se escapó de este “maleficio” porque en el momento de la terminación del campo el presidente del club “se le paró en dos patas” con el fin de que hiciera un campo manejable, para el disfrute de los socios. P.B. Dye sigue a su viejo (like father, like son), y aunque ha entendido que diseñar para un resort no es lo mismo que para competencias, a veces “se le va la mano”, y se inspira en angostos fairways, tiros cruzados, y para es de los que mejor maneja el tema de la dirección del viento que prevalece en el campo donde pone su mano.

El gran maestro Robert Trent Jones Sr. tiene en el país dos joyas de diseño: Playa Dorada Golf Course y Playa Grande, ambos con sus dificultades pero con hoyos que dan un notorio respiro. Guavaberry es también un campo noble en el que Gary Player, The Black Knight, puso esmero en la dificultad basada en la distancia. Mucho se podría hablar sobre el tema, así que la próxima vez que vaya a un campo que considere “difícil”, piénselo bien. A lo mejor es “un cachú” para otros. Mantengan la bola en el fairway.

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